En la calle Libertad se ubicó por 151 años un nicho funerario que data 1869, pero al ser continuamente vandalizado y faltando varias piezas, la dirección de Cultura lo rescató y puso bajo resguardo en el panteón Nuestra Señora del Refugio.
De acuerdo al Cronista Municipal, Amado Juan Sanchez Cabrera, se localizaba en la acera oriente de la tercera cuadra de la calle Libertad, en la zona Centro. La placa que presenta en su base es casi ilegible, pero gracias al trabajo de historiadores y especialistas en la materia, se logró saber el contenido de su escritura y dice lo siguiente:
“Marzo de 1869, murió siendo Juez Único de Paz.../fue asesinado alevosamente Sebastian Amador al hacer su aparición. Las autoridades y amigos dedican este recuerdo”.
Lugareños señalaron en su momento que el monumento fue construido en honor a esta persona, quien fue asesinado por un contrincante que deseaba obtener su puesto. Desde ese año y hasta que estuvo colocado en dicha calle, se le rendía honor por los habitantes de la zona.
El nicho fue construido en cantera gris, se integra por un basamento con plaza en su fachada principal, flanqueado por dos columnillas, arriba arco de medio punto y en el interior una cruz, sirve de remate un friso con adornos florales y más arriba una cubierta con molduras.
El rescate
Tras recibir varios reportes de vecinos de la calle Libertad, sobre el deterioro que estaba teniendo el nicho a manos de desconocidos, el director de Cultura Municipal, Roberto Mateo Posadas Martínez, decidió, con anuencia de los vecinos, retirar el nicho.
“Lo grafitearon, y luego se empezaron a robar partes, entonces también consultamos con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el propio alcalde, y se nos pidió que lo mejor era retirarlo para conservarlo”, explicó.
Añadió que para los vecinos también es muy importante que esté en la calle donde inicialmente se colocó, pero con el paso del tiempo quedó en un predio que hoy es particular, y no pueden intervenir para su mantenimiento.
Así, nació un proyecto de crear un espacio para que esté protegido y las personas que estén interesadas puedan conocer el nicho y su historia, además de colocar alguna placa en la vialidad para recordar que ahí estuvo alguna vez el monumento.
Posadas Martínez, abundó que ya se tiene contacto con un maestro de la cantera en Escalerillas, y avalado por el INAH, y será él quien arme nuevamente el nicho y las piezas que hagan falta se harán réplicas para que esté completo.
“No creo que haya familiares del difunto, alguna vez se quiso mover el nicho y los vecinos se opusieron y no salió ningún familiar, eran los mismos colonos quienes lo custodiaban, pero al empezar estos ataques nos pidieron mejor que fuera removido para conservarlo”, abundó