Pertenece a la tercera generación familiar que se dedica al sector agrícola, actividad económica que está desapareciendo en el municipio de Soledad por falta de apoyos gubernamentales, lo que ha provocado que la única opción para que subsista la actividad es vendiendo los productos a otros estados del país.
Humberto Quintana, el último de la tradición agrícola familiar
Se trata de Humberto Quintana Rosales, agricultor local que aprendió la actividad de su padre y éste de su abuelo, y al parecer con él morirá la tradición agrícola, porque su único hijo, dijo, no se quiere dedicar a la agricultura, una historia que se repite en las familias que por décadas se han dedicado a esta actividad.
Ubicado en la colonia El Morro sobre la calle Negrete casi esquina con Fausto Nieto, se ubica un predio de dos hectáreas que renta don Humberto para realizar el noble arte de cultivar la tierra.
Él forma parte de un censo estimado de 2 mil pequeños productores locales, de acuerdo a dirección de Desarrollo Rural y Agropecuario, sin embargo podrían ser más, o menos.
Las hortalizas han sido cosechadas recientemente y en teoría supondría que al comprarle directamente al agricultor el costo sería menor, ya que se eliminan los intermediarios y el costo por acarreo, sin embargo la realidad es otra, porque lo que cultiva don Humberto no se queda en Soledad, ni una sola pieza.
Además, el terreno donde trabaja la tierra es de los pocos que se ubican en el primer cuadro del municipio y que no han sido urbanizados porque agricultores se siguen aferrando a la siembra de flores, hortalizas y forraje para ganado.
Es una actividad que está desapareciendo, somos pocos los que nos dedicamos a esto
indicó mientras daba órdenes a sus trabajadores, y es que, mientras unos cortaban lechuga, otros más las lavaban y empacaban, para luego ser acomodada por pedidos en camionetas para su entrega en las ciudades de Saltillo, Monterrey y Matamoros, principalmente.
A nivel local no vende su cosecha
Y es que, lamentó que a nivel local no vende su cosecha porque les compran su mercancía muy barato; ejemplificó en el caso de la lechuga, que fue una temporada difícil por las bajas temperaturas que se registraron en diciembre y enero pasado, lo que ocasionó que se abaratara la hortaliza, vendiéndolo a 1.50 pesos el manojo, y aunque se produjeron 10 mil manojos, la ganancia fue de apenas 5 mil pesos, cuando pudo ser lo doble o más.
Los factores meteorológicos, las pocas ventas, pagar la renta del terreno y sueldos a 14 trabajadores, entre hombres y mujeres, la ganancia que le queda al productor es muy poca, “no hay excedente”, lamentó.
Bajas ventas desaniman al productor
Sin embargo la cosecha de lechuga ya está vendida, lo mismo que la acelga, rábanos y espinaca, pero auguró que podrían ser de las últimas que emprenda en su vida como agricultor, nuevamente, por las bajas ventas y la falta de apoyos.
Urgió a fomentar la economía local aunque sean productores locales, ya que eso ayuda a los agricultores a sostener a sus familias de forma digna y sobre todo para quienes se han dedico por años al sector.
Por otro lado, el director de Desarrollo Rural y Agropecuario, Gerardo Mota Martínez, informó que en promedio son alrededor de 2 mil pequeños productores los que, de acuerdo a estimaciones, se dedican a la actividad agrícola conformados por agricultores de los 7 ejidos que se ubican en Soledad y particulares.
Destacó que tras haber firmado un convenio recientemente con la Faculta de Agronomía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), se hará un diagnóstico para conocer las fortalezas y debilidades del sector, y sobre todo, conocer el número real de agricultores en todo el municipio, extensión de cultivos y de qué son.
Si bien es cierto que el segundo municipio más grande del estado San Luis Potosí ha crecido de manera exponencial en los últimos años, la mancha urbana se niega a ‘comerse’ los terrenos donde se cultiva, pese a estar algunos en ubicaciones estratégicas.
Pese a lo anterior, reconoció que el sector agrícola requiere de apoyos, ya que los productores no trabajan con las nuevas técnicas, no utilizan fertilizantes y se limitan al riego con agua de pozo en el caso de las hortalizas, aclarando que no es con aguas residuales, contrario al forraje para ganado; no se atacan las plagas o enfermedades en algunos cultivos y el sistema de riego es obsoleto.
También lamentó que el productor local se ve en la necesidad de vender sus productos a mercados de otras entidades, donde se les ofrece mejor precio.
Por otro lado, el funcionario municipal dijo que para elevar esta actividad agrícola, se necesita del apoyo de las instancias gubernamentales de los tres niveles, “para el municipio de Soledad es mucho, estamos haciendo todo lo que podemos, pero sí otras entidades pueden intervenir, se aligera la carga, y es para beneficio de los productores, porque sí, se necesitan de muchos apoyos y hay que repartirnos las tareas”, insistió.
Mota Martínez, añadió que el agricultor se está desanimando, porque no ve ganancia en su bolsa, ni mejoras en su casa y en su vida personal, cuando es una actividad rentable.
Los productos locales han sido cosechados recientemente, por lo que conservan sus propiedades por más tiempo. Colores más brillantes y mejor textura. Estos productos tardan más en dañarse, a lo que tardan días antes de llegar a los supermercados locales, y en Soledad, esto es desaprovechado.
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