La Unidad de Atención a la Violencia Intrafamiliar (UAVI) de Soledad de Graciano Sánchez, bajo la dirección de la abogada Mirian Castillo Moreno, ha realizado acciones para reducir la violencia contra las mujeres en el municipio, siguiendo las directrices del mecanismo de Alerta de Violencia de Género.
Entre las acciones más destacadas, la UAVI cuenta con un módulo de información que recorre varios puntos del municipio, con el objetivo de acercar sus servicios gratuitos a la ciudadanía. Este módulo, ubicado en Iturbide #550, ofrece trabajo social, apoyo psicológico y asesoría jurídica. "Es fundamental que las mujeres conozcan nuestra ubicación y los servicios que ofrecemos, todos completamente gratuitos, para que puedan acceder a la ayuda que necesitan", señaló Castillo Moreno.
Además, la UAVI ha enfocado sus esfuerzos en la educación y concienciación, por lo que lleva a cabo cursos dirigidos a madres de familia y estudiantes sobre los riesgos de violencia y cómo identificarla.
Estos cursos abordan no solo las violencias más visibles, sino también las formas de agresión más sutiles y modernas, como el gaslighting, doxeo, la violencia vicaria y otros temas relacionados con la Ley Olimpia.
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De igual modo la UAVI ha comenzado a ofrecer cursos de actualización y preparación para los policías de Seguridad Pública Municipal. Estos cursos, impartidos por la Procuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes (PPNNA), se centran en los protocolos de atención a menores en situación de riesgo y en conflicto con la ley.
Asimismo, se realizan capacitaciones en materia de violencia de género y protocolos de medidas de protección, impartida por el personal del Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) al personal de Seguridad Pública del municipio.
A pesar de estos avances, Castillo Moreno subrayó que Soledad de Graciano Sánchez enfrenta desafíos significativos en la lucha contra la violencia de género. Uno de los principales obstáculos es la falta de denuncias formales, ya que muchas mujeres llaman al número de auxilio pero se desisten de proceder con la denuncia. Además, se ha detectado que el consumo de alcohol y drogas por parte de los agresores, así como la falta de apoyo familiar y la dependencia económica, impiden que las mujeres rompan el ciclo de violencia.