México aplicó en un mal momento el cambio radical en el sistema de salud, destacó la doctora Felicia Knaul, directora del Instituto de Estudios Avanzados de las Américas y de la Oficina de Asuntos Hemisféricos y Globales de la Universidad de Miami, quien colaboró en el desarrollo del extinto Seguro Popular.
En su participación en el Congreso Internacional de Investigación sobre Obesidad realizado por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la doctora Felicia Knaul presentó los avances de una investigación respecto al sistema de salud en México, en donde por ejemplo, México se encuentra por debajo del promedio de inversión en salud entre los 38 países que conforman la OECD, y también por debajo de la media de los países de América Latina.
Agregó que mientras el Seguro Popular tuvo resultados efectivos en cuanto a afiliación y cobertura de padecimientos, a partir de 2015 comenzó a disminuir el presupuesto, lo que derivó en que comenzara a elevarse el gasto de la población en servicios privados de salud, pasando de $901 en 2018, a $1,266 en 2020, cuando se eliminó el Seguro Popular.
A ello se sumó el hecho de que se aplicó una reforma radical al sistema de salud en el país al mismo tiempo que llegó la pandemia, pues se eliminó el Seguro Popular en 2020, "hay momentos para hacer cambios y momentos donde esos cambios son mucho más arriesgados, y la pandemia coincidió con un cambio muy profundo en el sistema de salud generando un desafío doble para este país".
Además, a un par de años de la creación del Insabi, éste fue eliminado para dar paso al IMSS Bienestar, a un año de que concluya la administración federal, "hay una serie de cosas que se pueden hacer en corto plazo que tienen que ver con una rectoría más eficaz, pero en el último año de cualquier administración es difícil hacer cambios profundos".
Igualmente, señaló que la llegada de la pandemia puso en suspenso la detección de otros padecimientos, como los diferentes tipos de cáncer, y ahora que se han reactivado los servicios de salud, se prevé un "tsunami" de todas esas enfermedades que no fueron detectadas de manera oportuna, lo que implica un problema no sólo para los pacientes, sino también para el propio sistema de salud y para la esperanza de recuperación.
Debido a ello destacó la necesidad de fortalecer el sistema de salud en el país, y dio algunas sugerencias: mejorar el acceso a medicamentos y la forma de acceder a ellos; expandir la telemedicina; la portabilidad de servicios entre el sector privado y público; tener en cuenta que lo que no se puede lograr a nivel nacional, se puede hacer a nivel estatal. En este último caso, mencionó que por ejemplo, Nuevo León pudiera implementar una reforma en salud que sea documentada, evaluada, y usar el aprendizaje para gestionar reformas de salud que a futuro pueden ser para todo el país.
Insistió en que México requiere una reforma que incluya lo financiero, lo legal, y sea de forma más participativa; en el aspecto legal indicó que por ejemplo, hay una contradicción en la Constitución, ya que el acceso a la seguridad social está condicionado al lugar donde trabajan las personas, y en materia financiera hace faltar aumentar la inversión en salud al menos al 7% del PIB, crear un fondo único público, y un paquete universal de salud acorde a las necesidades de la población mexicana.