- Por años descuidada y sin atractivos
- Paseo público decretado por Vicente Chicosein; Enrique Guzmán cantó en “El Lago de las Flores”, hoy en el olvido
Cada trienio, la autoridad municipal se desvive porque se note su interés en La Alameda "Juan Sarabia"; anuncia su rescate pero no pasa más allá de su mantenimiento acostumbrado: Regado y corte de césped y barrido de sus pasillos. No rehabilitan los otrora atractivos de ese gran pulmón citadino que, alguna vez, fue la huerta privada de los Carmelitas.
Expropiada y cedida al Gobierno del Estado a finales de la década de 1850, el área pasó por grandes vicisitudes antes de convertirse en lo que es hoy la alameda "Juan Sarabia", un paseo público decretado por el entonces mandatario Vicente Chicoseín que, a la fecha, sigue siendo objeto de proyectos para su rescate, pero que van y vienen.
PATOS Y PECES, MAL ALIMENTADOS
Aunque su extensión ha perdido espacio -llegaba hasta lo que es la antigua estación del ferrocarril, y en años más recientes, desapareció un área por obras realizadas en el puente elevado de la avenida Universidad-, la alameda también ha sido considerada para convertirse en una especie de zoco.
Instalar en sus pasillos a mercaderes ambulantes para retirarlos de céntricas calles fue un proyecto que tuvo sus voces en pro y en contra pero que se concretó a medias. Luego, se utilizó como sede de una feria permanente del empleo que, hasta la fecha, permanece.
Todavía hay quien recuerda los atractivos de La Alameda, como los caballitos para tomarse la foto, y que también contó en algún momento con un pequeño zoológico; sin embargo, otros atractivos como el tradicional lago de los patos o su pileta con ya unos cuantos carpas de la variedad “koi”, poco mantenimiento han tenido.
Los patos, según la organización de Protectores Legales de Animales (Prolean), se notan enfermos y aparentemente su alimentación ha sido descuidada. En el caso de los peces, es notable la falta de limpieza de su pileta; se ignora si son alimentados o lo hacen a través de insectos o microorganismos que se forman en al agua.
SUS ESTATUILLAS HAN DESAPARECIDO
Al paso de los años, sus monumentos han sufrido daño por actos vandálicos. Ya no está, inclusive, el busto de bronce de Juan Sarabia, periodista y político liberal potosino, que una pareja desprendió hace unos años para robarlo.
Otras estatuillas que había en la alameda han desaparecido también, como la llamada "La musa del agua"; que estuvo desde 1932 hasta 1996, y se ignora qué sucedió con ella; la llamada fuente de las ranas, donde la gente solía arrojar monedas y pedir deseos, ni agua tiene.
Uno de sus lagos artificiales, conocido como "Lago de las Flores" que sirvió de casino y actuó en él uno de los cantantes de moda en aquellos tiempos, Enrique Guzmán, también está abandonado.
En 1889 fue colocado el primer monumento al centro de la alameda, la escultura de Miguel Hidalgo que estuvo en la Plaza de Armas, y en 1910 la Colonia Alemana construyó el lago de los patos y el faro, como una aportación a los festejos del primer centenario de la independencia.
Tampoco se divulga que, entre su numerosa flora, hay un retoño del Árbol de la Noche Triste, un ahuehuete donado hace dos o tres años por el Ayuntamiento de Dolores Hidalgo, Guanajuato.
FUE SEDE DE LA “FERIA POTOSINA”
La Alameda tiene historia; sus pasillos fueron recorridos en alguna ocasión por Porfirio Díaz, también por Benito Juárez. En uno de sus kioscos, en la década de los veinte, el gobernador Aurelio Manrique sufrió un atentado.
Fue durante muchos años sede de eventos cívicos y artísticos; en la década de los cuarenta albergó en una o dos ocasiones la entonces llamada "Gran Feria Potosina" -hoy Feria Nacional Potosina- que incluía exposiciones comerciales y agrícolas y ganaderas, así como eventos deportivos.
Historiadores locales recuerdan que la huerta de Los Carmelitas estuvo bardeada, y esas bardas permanecieron durante años, aún siendo ya el paseo de los potosinos.
INTEGRAR AL CENTRO HISTÓRICO
La Alameda, pocos saben, estuvo en venta en 1861, porque el Ayuntamiento se dijo incapacitado para darle mantenimiento. Luego reculó y retiró la oferta.
Sin embargo, con la llegada formal del ferrocarril el entonces llamado "Paseo de la Constitución" tuvo un auge y fue un verdadero punto de reunión por la gran actividad comercial y de hotelería a su alrededor; años después, se edificó la nueva estación, hoy convertida en Museo del Ferrocarril. Fue hasta 1932 cuando recibió oficialmente el nombre de “Alameda Juan Sarabia”.
Ahora, la alameda forma parte de un proyecto estatal de rehabilitación total y conjuntarla con las instituciones culturales que se localizan en un radio de 300 metros, para integrarla al Centro Histórico y que estaría iniciando en los próximos días.