La matanza de cabezas de ganado ha disminuido considerablemente, reconoció el director del Rastro Municipal, Jorge Soto, lo que atribuyó al refuerzo de protocolos que se han aplicado para rechazar carne contaminada.
Sin embargo, dijo, también se aplican acciones para alentar a los ganaderos al uso de ese centro de matanza, como la reducción de tarifas que se pagan, así como el mejoramiento en los procesos.
En este sentido, el funcionario municipal resaltó que desde hace tiempo que no se detectan animales con clembuterol, debido a que las revisiones a los animales que ingresan al rastro se reforzaron.
En este sentido, recordó que al inicio de la administración se contaba con apenas dos médicos veterinarios, además de que las antiguas instalaciones del rastro ya eran insuficientes.
Hoy, dijo, se cuenta con un equipo de seis médicos veterinarios que se dedica a revisar la calidad del ganado que ingresa al centro de matanza, y detectar que no esté contaminado y que sea apto para consumo humano, para lo cual deben pasar varios filtros antes de su sacrificio.
Asimismo, señaló que es complejo alcanzar la certificación Tipo Inspección Federal (TIF) para el rastro municipal, se han dado pasos importantes para conseguirla.