El hecho de que el Gobierno Federal le esté asignando obras prioritarias de infraestructura al ejército mexicano, para que las desarrolle, está generando una repercusión indirecta en la economía del país, ya que el ejército no genera impuestos, y eso se ve reflejado en una falta de ingresos para México.
Manifestó lo anterior el presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares Alemán, en su visita por San Luis Potosí, quien señaló que, en igualdad de circunstancias, el ejército puede llegar a construir bajo los mismos estándares de calidad y costo, pero, la ventaja que hay con las empresas constructoras es que aportarían ingresos para el gobierno a través de los impuestos. No obstante, lamentó que la razón que ha dado el presidente para encargar obras prioritarias al ejército es porque piensa que las pueden ejecutar mejor que los constructores y a precios mucho más económicos.
"Actualmente la constructora más grande del país es el ejército. Ningún ejército del mundo está diseñado para hacer trabajos civiles y eso está limitando la reactivación económica en el país, ya que, el ejército no paga Impuesto Sobre la Renta (ISR) ni tampoco paga IVA", expresó.
El empresario lamentó que de 2008 a 2021, la industria de la construcción a nivel nacional ha reducido su facturación en un 37 por ciento, esto debido a la falta de inversión en infraestructura, situación que se agravó aún más con la llegada de la pandemia por el Covid-19.
En ese sentido, explicó que actualmente el 80 por ciento de la inversión en el sector se hace a través de la iniciativa privada, y el 20 por ciento a través de obras públicas. Lamentablemente, en el 2021 la inversión pública sólo llegó al 2.0 por ciento del PIB nacional, siendo que se debería estar invirtiendo cuando menos un 5.0 por ciento del PIB; mientras que en la inversión privada ha habido una desaceleración, debido a la incertidumbre que hay en el país y que los empresarios no consideran que sea un momento oportuno para invertir.