El Centro Histórico de la capital potosina que alberga 70 hectáreas, 42 calles, y mil 500 inmuebles antiguos y el cual puede presumir desde el año pasado haber obtenido el reconociendo como Patrimonio de la Humanidad, lamentablemente a la fecha de hoy, pintas y graffiti imperan en sus calles.
Apenas el pasado 8 de marzo de 2018, el corazón de la ciudad obtuvo su certificación como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hoy sus monumentos más emblemáticos y señaléticas son reflejo de vandalismo.
El centro potosino cuenta con edificaciones de gran distinción por tener un cuarto de siglo de vida y una excelente conservación de su arquitectura, como ejemplo están monolitos como la Catedral, el Museo Nacional de la Máscara, el reciento que alberga El Centro de las Artes, la Plaza de Aranzazú, la Iglesia del Templo del Carmen, el Teatro de la Paz, el museo del Virreinato, la Plaza de San Francisco y el Jardín Hidalgo.
San Luis Potosí es el primer estado mexicano que ambas instituciones reconocen como Patrimonio Mundial.
Dicho nombramiento incluso incluye también al Camino Real de Tierra Adentro, ruta utilizada entre los siglos XVI y XIX para transportar la plata extraída de las minas de San Luis Potosí, Zacatecas y Guanajuato
Sus calles coloniales se ven cada día deterioradas por las pintas que afean el patrimonio de las y los potosinos, basta con dar un recorrido por las calles para observar pintas en señaléticas turísticas o pintas sobre bardas con frases de protesta que dan un mal aspecto a la ciudad.
En plenas vacaciones de verano la ciudad recibe a turistas en medio de pintas, suciedad, inseguridad y calles en reparación o invadidas por ambulantes, reflejo también de una grave crisis de gobernabilidad municipal y omisión de autoridades estatales.