Brenda salió cerca de la media noche de trabajar en un restaurante de la avenida Carranza, en pleno Centro Histórico de la ciudad. Es mesera, sentía los pies molidos tras una jornada de más de ocho horas de andar de un lado a otro llevando y trayendo una charola redonda con loza y alimentos, sin descanso. Se enfiló a la Alameda a tomar un taxi, cuando un sujeto la abordó.
¿A dónde vas?, ¿Te acompaño?, ¡ándale!...
Ella apresuró el paso, alcanzó a ver un grupo de personas y se refugió entre ellas. Su agresor, no tuvo más que esfumarse. No era la primera vez que era agredida. La vez anterior salvó la vida de milagro, en otras circunstancias que le mueven el alma y asoman su angustia cuando las recuerda y que la hacen reflexionar.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, Brenda profundiza sobre los retos que enfrentan las mujeres en general. Ella pide igualdad, un trabajo que le genere estabilidad económica, “estamos en la época en donde no dependemos de los hombres pero necesitamos ser remuneradas por nuestro esfuerzo. También requerimos centros recreativos seguros para mujeres”.
Este 8 de Marzo nadie la “festeja”, nadie le regala nada, “pero está bien, no se trata de festejo, me siento una mujer contenta y feliz, es un día como cualquiera, en mi trabajo no sé si regalan algo, será mi primer año aquí, no importa, a veces ni cuenta te das que es el Día de la Mujer”.
Concentrada, analiza las preguntas y suelta: “el salario de las mujeres no es igual al de los hombres, ellos tienen más oportunidad de estudiar que nosotras y por lo tanto su sueldo es más alto, además de que tienen mas chance de encontrar un buen trabajo, porque muchas veces ya no importante la experiencia, sino el género.
En su lugar de trabajo no se siente insegura ni violentada en ningún momento, al contrario, pero apenas pone un pie en la calle para ir de su casa al restaurante en la madrugada cuando tiene turno matutino o viceversa cuando entra de tarde, no le queda más que rezar. “Los hombres creen que porque las mujeres andamos solas en la madrugada o en la noche nos puede agredir”.
Es por ello que a la autoridad le pide que haya más seguridad no solo para las mujeres sino para todos los ciudadanos en general, “todos necesitamos estar más seguros, que podamos andar en la calle sin miedo a que me pase algo, a que se sientan con derecho de agredirme y atentar contra mi vida; hace falta también que haya más oportunidades de trabajo, por eso hay delincuentes, porque no tienen a qué dedicarse decentemente y les gusta el dinero fácil”.
“La sociedad como tal también debe comportarse a la altura, hay mujeres que atentan contra otras mujeres, por eso es importante hacer lo que nos gustaría que nos hicieran, todos debemos mejorar como personas, debemos cambiar el pensamiento y echarnos la mano entre todos, eso sería lo ideal”.
Brenda sigue en su jornada habitual, de aquí para allá, ganándose el sustento como miles de mujeres.