Adiós a las melodías del tecladista Gerardo Matamoros, en el pasaje de Zaragoza del Centro Histórico de San Luis Potosí.
Entre las prisas de nuestra vida cotidiana, era común escuchar el repertorio musical de este gran personaje, a pesar que era invidente esto no fue impedimento para alegrar a los transeúntes con hermosas canciones. Por su discapacidad visual fue difícil que encontrara trabajo, por lo cual optó por ser un músico callejero.
Su padre le inculcó el gusto por la música, le enseñó a tocar el teclado, a los 8 años, la primer canción que aprendió fue: "Solamente una vez".
En Nayarit, adquirió conocimientos en sistema de audio, a ecualizar y editar gracias a un Ingeniero en sonido de la "Banda R15"
Su "debilidad" fueron las mujeres, por lo cual les dedicaba bellas melodías. Gerardo se fue de este plano terrenal a los 43 años, dejó dos hijos.
El buen Gerardo, tocó por 25 años en este pasaje tan concurrido, durante su carrera músical exigió apoyo a las autoridades para que tomarán en cuenta a los invidentes.
Gerardo, además abrió su cuenta de Facebook, donde llegó a compartir contenido y pedía tips de música con sus colegas.
Sin duda, partió un genio de la música, la filosofía de vida de Gerardo fue pensar que hubo gente que necesitó un poquito de él, y claro que cumplió su misión en este mundo, alegró a miles de potosinos y turistas con la magia y el sentimiento que transmitia en cada una de sus melodías, QEPD. Por qué nos enseñaste que la música se disfruta con el alma. Gracias por compartir tu talento y musicalizar día con día el pasaje de Zaragoza.