- “Lo importante es adquirir calidad, deben ser de excelente tela, algunas con cuero y protector interno”
La energía del pancracio mexicano parece haberse quedado inmortalizada en las paredes y vitrinas de The Maskara Shop, donde Antonio Onofre, de 37 años de edad, ha llevado su pasión por las grandes figuras del coliseo a mercancía repleta de historia de la Lucha Libre.
Las máscaras, una pasión por la Lucha Libre
La venta de máscaras, playeras, llaveros y hasta cubrebocas que emulan a los icónicos personajes de las cuatro cuerdas, han permitido a la familia Onofre Juárez subsistir por más de 16 años, en un negocio que comenzó como resultado de su fascinación por las grandes leyendas de la AAA.
La quebrantadora, la casita, la atlántida y otras llaves luchísticas, serían el comienzo del sueño que hoy vive este comerciante y su familia, pues al quedar impresionado por el nivel de disciplina deportiva de los grandes gladiadores mexicanos, se animaría a crear de su pasión lo que hoy es su trabajo.
“Todo comenzó cuando tenía 15 años de edad, fui a la entonces Arena Coliseo, ubicada en la calle Pedro Moreno. Ese día peleaba el Perro Aguayo y su lucha me marcaría de por vida”.
Desde entonces Antonio Onofre como espectador, tendría un vínculo profundo con la Lucha Libre Mexicana, que le ha permitido no sólo conocer a grandes personajes, sino también comprender el mundo de las máscaras a profundidad.
Fue en el año 2004 que decidió comenzar a adquirir máscaras y artículos de sus luchadores preferidos, todo por gusto personal, en un distintivo local ubicado en el Eje Vial, Ponciano Arriaga, en el Centro Histórico de la ciudad. Después tendría en sus manos grandes piezas coleccionables, con las que se adentraría a la venta de este tipo de objetos cotizados y muy bien pagados entre el público conocedor.
“La primera máscara original que tuve en mis manos fue la del Cibernético, que es uno de mis luchadores preferidos, él posee carácter, además de una inmensa calidad luchística, - y pues las máscaras, también hablan de eso-. Siempre me ha llamado la atención como están elaboradas y los grandes diseños que pueden crear los mascareros para cada luchador. Una máscara refleja las habilidades y hasta la personalidad de quien la porta”
“Para coleccionistas y conocedores comprar una máscara es una buena inversión. También lo es para los fanáticos de este tipo de deporte, algunos se inclinan por adquirir las originales, otros compran alguna que sea semiprofesional y para algunos cuantos aunque sea poca la inversión, el tener la experiencia de portar la máscara de su luchador favorito lo es todo y por ende la hechura es lo que menos importa”.
Antonio Onofre ha llegado a tener en exhibición es su hogar y negocio máscaras originales de “Mini Abismo Negro”, “Crazy Boy”, “Doctor X” , “Cibernético” y hasta del mismísimo “Blue Démon”, todas ellas vendidas, como él lo señala, en su debido momento.
“Las he adquirido a través de los promotores luchísticos, también al estar presente como espectador en las luchas. Me he acercado a varios luchadores para preguntarles si me venden sus máscaras, la mayoría son costosas que superan mi presupuesto, pero la historia, anécdotas y luchas que hay detrás de ellas no tienen precio, así que hago lo imposible por conseguirlas”.
Antonio, su esposa Norma Edith Juárez y sus tres hijos, Jhovana, Diego y José, disfrutan de las peleas en el coliseo desde la primera fila, donde han tenido la oportunidad de convivir y conocer a luchadores de larga trayectoria, como también a deportistas que apenas se inician en ese deporte.
“En una ocasión, vi a Black Fantasý luchar en vivo. Al terminar el espectáculo, me acerqué y le propuse que me vendiera su máscara, pues el diseño me había impresionado mucho. Él se dio la vuelta, tomó un pasamontañas, se quitó la máscara y me la regaló. Esas son las experiencias bellas que me ha dejado mi gusto por la lucha libre mexicana”, refirió Antonio.
Trabajo y conocimiento por lo que te apasiona
En estos, más de tres lustros Antonio Onofre, ha hecho de los artículos luchísticos un negocio en el cual se ha podido desenvolver en el ambiente del pancracio mexicano, entablando fuertes amistades con reconocidos luchadores.
A la par, la venta de estos productos le ha otorgado la oportunidad de tener de cerca la incógnita hecha máscara, es decir, poder usar aunque sea por unos minutos la tela que ha resguardado la identidad de distintivos deportistas de la “lona”.
“Las máscaras que he llegado a ponerme son la de Cibernético, Blue Démon y Mil Máscaras, portarlas es como ser otra persona, es una experiencia inigualable”.
De las más hermosas, dice, es difícil elegir, pues todas tienen algo especial, pero sin duda las que más le han impresionado ver, es la de “Huracán Ramírez”, “Blue Démon” y “Cibernético”.
Ahora son estas máscaras y sus réplicas lo que le han ayudado a salir adelante. Antonio vende de todos luchadores, tamaños y estilos. En sus estantes cuelgan las máscaras de Místico, La Parka, Psycho Clown, entre otras.
Las que llega a comerciar ahora son semi profesionales o comerciales de alta calidad, las cuales adquiere con mascareros de diversos Estados del país. De los precios, depende del detalle, la hechura, material y por supuesto el personaje.
“Cada mascarero es diferente, las máscaras están elaboradas de formas diversas aunque sean del mismo luchador. Lo importante para cualquiera que quiera adquirir un artículo de buena calidad es necesario que se fije en la durabilidad. Para ello deben estar elaboradas con telas de excelente calidad, en algunas se utiliza hasta cuero. De igual forma deben de contar con un protector por dentro, que es un forro que muchas personas equivocadamente señalan que es para el sudor, no obstante, es para que la puntada tenga mayor resistencia en la tela de la máscara. Para resumir, una buena máscara no debe romperse fácilmente”.
Los costos pueden variar, pero las máscaras comerciales pueden llegar a costar desde los 200 a 500 pesos. En venta hay para todo fan y seguidor de la lucha libre, pero actualmente, la que más se vende es la de Psycho Clown.
También Antonio comercia playeras con la imagen de grandes leyendas de la lucha, frases icónicas que han hecho historia dentro de la Arena y por supuesto, ahora con la presencia del Covid-19 hasta cubrebocas con diseños especiales.
“Lo más difícil ha sido enfrentarnos a las bajas ventas en esta presente pandemia, pero afortunadamente tenemos clientela de siempre, que acude y sigue adquiriendo nuestros productos. Eso es lo gratificante de haber emprendido un negocio como este, quedarse en la memoria de nuestros compradores. En San Luis Potosí somos de los pocos comercios que se dedican a este rubro, la mayoría viene de otros estados y solo cuando hay grandes eventos”. Debido a esto tuvieron que diversificar su negocio, haciendo de las redes sociales una buena forma de llegar a más clientela.
“Ese ha sido el reto más grande, permanecer en el gusto de la gente, que nos conozcan que sepan que en San Luis Potosí hay quien puede ofrecerles artículos de sus luchadores preferidos. La Lucha Libre es algo maravilloso y cuando uno adquiere un artículo como estos, es como volver al coliseo y ver a tu deportista favorito, es revivir las llaves y acrobacias atléticas de tus ídolos, es rememorar la emotividad que te ha dejado el buen trabajo de un luchador sobre el ring”.
Entrar al negocio de Antonio, es revivir la pasión de la Lucha Libre como si se estuviera en las gradas del coliseo, es tener entre tus manos la esencia de personajes luchísticos que han hecho de este deporte algo identitario de la cultura mexicana, es volver a emocionarse como si tuvieras nuevamente de frente a “Rito Romero” haciendo una de sus icónicas llaves, o al “Cibernético” lanzándose desde la tercera cuerda.
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