El estado de San Luis Potosí se caracteriza por presentar su pico de precipitación durante el mes de septiembre. En este periodo normalmente se espera una cantidad considerable de lluvia, un fenómeno recurrente en la climatología de la región. Sin embargo, es importante destacar que este comportamiento está determinado por la variabilidad climática, lo que implica que las precipitaciones pueden variar de un año a otro debido a múltiples factores relacionados con el comportamiento del Sistema Climático, sean atmosféricos y oceanográficos, destacó Antonio Ávalos de la Coordinación para la Innovación y Aplicación de la Ciencia y la Tecnología, VARICLIM, de la Universidad autónoma de San Luis Potosí, UASLP.
En lo que va de septiembre, se ha observado el comportamiento de las dos primeras semanas de lluvia en el Estado. Durante la primera semana, los niveles de precipitación fueron en general normales, aunque en algunos sitios se registraron condiciones ligeramente más secas de lo esperado. En contraste, la segunda semana se caracterizó por un aumento significativo en la precipitación, con valores superiores al promedio histórico.
Este incremento en la cantidad de lluvia se debe a una combinación de factores meteorológicos propios de la temporada y perfectamente normales, en primer lugar, en el Golfo de México existe una “alberca de agua caliente”, es decir, se presentan temperaturas anormalmente altas, lo que ha incrementado la entrada de humedad desde el golfo con varios ciclones tropicales (tormentas y huracanes) y ondas del este asociadas al Monzón mexicano, este incremento en la humedad asociado a una anomalía en la temperatura continental provoca, adicionalmente, un aumento en las lluvias convectivas y diversas inestabilidades atmosféricas que generan condiciones favorables para precipitaciones intensas. La interacción entre estos sistemas es común en esta época del año y refleja la naturaleza dinámica del clima en la región.
▶️ Únete a nuestro canal de WhatsApp y recibe la información más relevante al momento
Además de la variabilidad climática, el fenómeno global conocido como La Niña también influye en la cantidad y distribución de las lluvias, incrementando la precipitación en el norte de México en el Otoño-Invierno y afectando de los patrones climáticos locales.
Como ejemplo, la ciudad de San Luis Potosí, registra en el mes de septiembre, el pico de la precipitación anual; de acuerdo con los registros climatológicos históricos, en el mes patrio, normalmente se espera que caigan 65 mm de lluvia, sin embargo, hasta el día de hoy, 17 de septiembre, ya se han registrado 106 mm, lo que representa casi el doble de lo esperado para todo el mes, y todo esto en solo 15 días.
Este comportamiento es un claro reflejo de la variabilidad climática, que puede provocar desviaciones significativas respecto a los promedios históricos. La interacción de diversos sistemas atmosféricos regionales, junto con la intensificación de fenómenos meteorológicos y fenómenos climáticos globales contribuye a que las precipitaciones superen lo previsto.
Estos fenómenos son parte de un sistema climático global interconectado. Las anomalías en las temperaturas oceánicas y las variaciones en la circulación atmosférica determinan, junto a algunas condiciones locales los eventos meteorológicos extremos, haciendo que los patrones climáticos locales difieran significativamente de su comportamiento normal.