La comunidad musical recibió un duro golpe con la llegada de la pandemia del Coronavirus, tanto anímico como económico, muchos han tenido que recurrir a otros oficios y trabajos para generar los recursos económicos que les dejaban las presentaciones, tal es el caso de “Blindados de la Sierra”.
Hay una gran variedad de agrupaciones de distintos géneros de música que su principal ingreso eran las fiestas o eventos sociales, pero desde que inició la contingencia sanitaria por el Covid-19, arrasó con todas sus actuaciones, dejando un futuro más que incierto.
El líder de la banda, Martiniano Ramos Aleman, compartió a El Sol de San Luis cómo la crisis sanitaria ha afectado a la industria a la que se dedican, incluso, saben de agrupaciones que se desintegraron por falta de trabajo.
“Nos ha afectado bastante, en estas fechas teníamos bastante trabajo, lo que era el 12 de diciembre empezábamos desde las 2 de la tarde hasta las 12 de la noche, por ejemplo, y ahora no hay contrataciones”, indicó, quien además es el acordeonista del grupo.
Recordó que en una ocasión, estaban amenizando en una fiesta cuando llegaron autoridades y suspendieron el evento, aunque no había muchas personas, la fiesta fue cancelada, dando inicio a una ‘sequía' de eventos sociales por meses.
El grupo de Marín, como también lo conocen, está integrado por seis músicos, Angel Rivera toca el saxofón; bajo eléctrico, Cruz; como baterista está Jorge; y en el bajo sexto, Paco Nuñez y como voz principal y compositor, Álvaro Montalvo; su género es norteño y ‘sax’.
La agrupación tiene seis años conformada, con más de 400 canciones en su repertorio, “y cuando la música era la principal fuente de ingresos, ahora pareciera que se ha convertido en un hobby”, comentó Álvaro.
Añadió que todas los grupos que conocen están en el mismo dilema, “tenemos que buscarle por otro lado, otras opciones, porque la música ha bajado, pero gracias a Dios tenemos trabajos extras, todos, pero si hay compañeros que esto era su trabajo de base”, indicó
En su caso, dijo que se dedica a la construcción cuando este oficio era el ‘extra’, “por ejemplo lunes o martes me dedicaba a hacer trabajitos y el resto de la semana era estar en la música, ahora es al revés, ahora trabajamos toda la semana y esperar haber si sale algún evento donde nos contraten”, lamentó.
Con 10 años de trayectoria, Alvaro y el resto de los integrantes no desisten y mientras se siguen dedicando a otros oficios mientras mejoran las condiciones actuales que les ha impedido trabajar de manera activa.
Por su parte Martín, había emprendido desde hace un año un negocio de venta de elotes, para generar ingresos extras, ahora es uno de los principales trabajos, y a la par acaba de instalar un negocio de ‘carnitas’ de cerdo.
Y es que, al no haber contracciones no hay recursos, y peor aún, cuando los llegan a contratar tienen que bajar su tarifa para poner amenizar la fiesta, cobrabamos alrededor de 2 mil 500 pesos la hora en un evento chico, ahora en 1,600 a 1,800, incluso hasta en 1,200 pesos, las personas están muy gastadas, y para no perder al cliente nos tenemos que acceder, y así estamos, y nos repartimos en partes iguales”, indicó.
La esperanza de los integrantes es que la crisis sanitaria termine y pueda seguir ejerciendo esta profesión para amenizar fiestas y eventos, hacer bailar y pasar un momento ameno a quienes los contraten.