/ miércoles 28 de octubre de 2020

Investigadores buscan producir etanol e hidrógeno mediante una bacteria modificada

La Escherichia coli  utilizada es capaz de realizar eficientemente la coproducción de hidrógeno y etanol en comparación con otros procesos.

En un trabajo de investigación interinstitucional entre investigadores del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINESTAV) han demostrado que mediante la modificación genética de la bacteria Escherichia coli, se podría llegar a coproducir etanol e hidrógeno en biorrefinerías de una manera sustentable, ambiental y económica.

Antonio De León Rodríguez, Investigador de la División de Biología Molecular, dio a conocer que este trabajo de investigación ha sido publicado recientemente en la revista Chemical Engineering Journal, una de las más importantes a nivel mundial por su factor de impacto (FI=10.652), bajo el nombre de: “Coproducción de etanol-hidrógeno por Escherichia coli modificada genéticamente en biorrefinerías sostenibles para la producción de etanol lignocelulósico”.

“Demostramos el impacto que tiene la coproducción de hidrógeno y etanol mediante un proceso denominado fermentación oscura, en el que se utiliza una Escherichia coli (bacteria) genéticamente modificada, que produce simultáneamente ambos biocombustibles en lugar de ácidos carboxílicos a partir de residuos agrícolas, esto tiene un gran impacto en la sustentabilidad ambiental y económica de una biorrefinería basada en residuos agroindustriales”, explica el Investigador del IPICYT.

De León-Rodríguez explica este proceso de coproducción: “Se utilizó paja de trigo y rastrojo de maíz como materia prima tratados con ácido sulfúrico diluido, para que la bacteria desarrollada por nuestro grupo en el IPICYT, lo convierta eficientemente en etanol e hidrógeno, ambos productos son de gran interés para sustituir el uso y abuso de combustibles fósiles y así reducir el daño ambiental”, agrega.

La Escherichia coli modificada genéticamente utilizada produce un 30% más de hidrógeno y etanol mediante la coproducción, en comparación con otras cepas modificadas genéticamente y los resultados demuestran que los esquemas de coproducción pueden ser una alternativa más eficiente para el establecimiento de biorrefinerías de etanol lignocelulósico.

En este trabajo participaron del CINVESTAV, Unidad Guadalajara, Gabriela Magaña, Felicia Rodríguez y Arturo Sánchez y por el IPICYT en San Luis Potosí, Ángel Mario López Hidalgo y Antonio De León Rodríguez.

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En un trabajo de investigación interinstitucional entre investigadores del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINESTAV) han demostrado que mediante la modificación genética de la bacteria Escherichia coli, se podría llegar a coproducir etanol e hidrógeno en biorrefinerías de una manera sustentable, ambiental y económica.

Antonio De León Rodríguez, Investigador de la División de Biología Molecular, dio a conocer que este trabajo de investigación ha sido publicado recientemente en la revista Chemical Engineering Journal, una de las más importantes a nivel mundial por su factor de impacto (FI=10.652), bajo el nombre de: “Coproducción de etanol-hidrógeno por Escherichia coli modificada genéticamente en biorrefinerías sostenibles para la producción de etanol lignocelulósico”.

“Demostramos el impacto que tiene la coproducción de hidrógeno y etanol mediante un proceso denominado fermentación oscura, en el que se utiliza una Escherichia coli (bacteria) genéticamente modificada, que produce simultáneamente ambos biocombustibles en lugar de ácidos carboxílicos a partir de residuos agrícolas, esto tiene un gran impacto en la sustentabilidad ambiental y económica de una biorrefinería basada en residuos agroindustriales”, explica el Investigador del IPICYT.

De León-Rodríguez explica este proceso de coproducción: “Se utilizó paja de trigo y rastrojo de maíz como materia prima tratados con ácido sulfúrico diluido, para que la bacteria desarrollada por nuestro grupo en el IPICYT, lo convierta eficientemente en etanol e hidrógeno, ambos productos son de gran interés para sustituir el uso y abuso de combustibles fósiles y así reducir el daño ambiental”, agrega.

La Escherichia coli modificada genéticamente utilizada produce un 30% más de hidrógeno y etanol mediante la coproducción, en comparación con otras cepas modificadas genéticamente y los resultados demuestran que los esquemas de coproducción pueden ser una alternativa más eficiente para el establecimiento de biorrefinerías de etanol lignocelulósico.

En este trabajo participaron del CINVESTAV, Unidad Guadalajara, Gabriela Magaña, Felicia Rodríguez y Arturo Sánchez y por el IPICYT en San Luis Potosí, Ángel Mario López Hidalgo y Antonio De León Rodríguez.

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