Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad pasó de 71.3 por ciento en 2012 a 75.2 por ciento en 2018, lo que se traduce en que el 39.1 por ciento de la población presenta sobrepeso y un 36.1 por ciento obesidad, llama la atención que el sector masculino es el más afectado.
En nuestro país, más del 70 por ciento de la población adulta tiene exceso de peso. La prevalencia de sobrepeso es más alta en hombres que en mujeres, mientras que la prevalencia de obesidad es mayor en las mujeres que en los hombres.
En la actualidad, constituye uno de los problemas más importantes de salud en el mundo, dada su magnitud, la rapidez de su incremento y el efecto negativo que ejerce sobre la salud de la población que lo padece.
Hablar de este tema radica en que son factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, incluidas las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, además de que aumentan significativamente el riesgo de muerte prematura y el uso de los servicios de salud.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Y para sacar el índice de masa corporal (IMC) que es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
Cabe destacar que los hombres acuden con menos frecuencia a consulta médica, lo que puede generar una brecha en la detección oportuna de padecimientos prevenibles, controlables y curables, ya que más de la mitad de los padecimientos que aquejan a este sector, puede ser limitado mediante la práctica de estilos saludables de vida, así como un correcto chequeo médico de forma frecuente.
Por lo que se emiten algunas recomendaciones para contribuir en su estilo de vida como Limitar el consumo de alimentos que sean ricos en azúcares y grasas. Puedes comprobarlo mirando la etiqueta de los productos que comes. Por ejemplo, algunos cereales son ricos en fibra, pero también en azúcares, Comer varias veces al día fruta y verdura, así como legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Realizar actividad física frecuente: unos 60 minutos por día para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos. En el caso de que haya un alto grado de obesidad, se recomienda comenzar por caminar 30 minutos al día a paso ligero y Deja de fumar.