/ miércoles 6 de julio de 2022

El patriarcado en la participación político electoral

Es una realidad que la primera vez que las mujeres votaron, fue roto un paradigma

Es una realidad que la primera vez que las mujeres votaron, fue roto un paradigma que alentó ancestralmente la mirada errónea de una sociedad que suponía que las mujeres debíamos vivir en el segundo escalón en la jerarquía social.

Y me refiero las mujeres que vivieron en épocas en donde no les fue concedida la oportunidad de estudiar, de heredar, de trabajar, de contratar, de recibir créditos por sus descubrimientos o por sus obras de arte, por mencionar algunos temas.

Siempre confinadas a las labores de cuidados. Dedicadas a la crianza, de hijos e hijas y al trabajo domestico, sin remuneración ni reconocimiento. Existiendo para otras y otros.

Aún en tiempos más recientes. Votando sólo por hombres para ocupar cargos de elección y representación popular.

Es sabido que las palabras paternalismo, padrino, patria, patrimonio, patrón, patriarca, patriarcado, patriarcal, cuya raíz es pat que significa padre. Son palabras llenas de poder, protección, autoridad, propiedad, superioridad entre otros significados.

El patriarcado, palabra que representaba un candado a la puerta de acceso a una sociedad equilibrada desde la igualdad entre hombres y mujeres. En especial me refiero a la participación político electoral.

Ha sido de esa forma como se ha silenciado, paralizado y más que nada controlado el sector con representación mayoritaria en la población mundial, mexicana y potosina que son las mujeres. Siendo en todos los casos más del 50% y además madres de la otra mitad.

Aunque el primer paso hacia la participación política para las mujeres. El derecho a ser votantes y candidatas fue logrado en 1953, entrando en vigor en la época del Presidente Adolfo Ruiz Cortines.

Fue hasta el 3 de este mismo mes de julio del año 1955, que las mujeres en México emiten por primera vez el sufragio en las elecciones federales de ese año para elegir a los integrantes de la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión.

Muy afortunadamente, los últimos años nuestro país se han reconocido avances en materia de la participación política de las mujeres.

La fuerza de las mujeres no solo rompió candados, también derribo puertas y obstáculos que mantenían neutralizadas a las mujeres evitando el acceso a un espacio ancestralmente ocupado por los varones.

Aquel sistema patriarcal que ya mencione, que justificaba la dominación basándose en la supuesta inferioridad biológica de las mujeres. Siendo una de las razones para negar el acceso a la ciudadanía plena. “Que no voten. Porque, qué tal si están embarazadas y no pueden acudir a las urnas”.

En la actualidad, se observa totalmente eliminada esa premisa con el embarazo de la Diputada Cinthia Verónica Segovia Colunga, integrante de la LXIII legislatura. Siendo ella el vivo ejemplo de que los temas biológicos como la maternidad, no son impedimento ni obstáculo que se oponga para desempeñar el cargo que ella ostenta en la participación política. Y además, la he instado para realizar con toda libertad la lactancia materna en el recinto legislativo. Lo cual marcará un precedente imborrable y una inexorable conquista más del derecho a la participación política de las mujeres en S.L.P.

Es una realidad que las mujeres, aún enfrentamos violencia política en razón de género. Somos parte de los indicadores de bajo ejercicio de poder, toma de decisiones y manejo de recursos. Aun presenciando intentos de demostraciones de superioridad masculina golpeando la mesa y que el patriarcado no ha desaparecido en su totalidad.

Pero aquel día 3 de julio hace 67 años, las mujeres evolucionamos. De manera tal que en la actualidad, en el Proceso Electoral 2018 votaron más mujeres que hombres. Los números hablan. Las mujeres 66.2 por ciento y 58.1 por ciento los hombres. Una diferencia de ocho puntos porcentuales por encima del voto masculino.

Es alentador el incremento de la presencia de las mujeres en la vida pública de nuestro país ha sido gradual pero constante. Siendo lo anterior de suma importancia ya que, quedó demostrado que sin mujeres en la política, no hay políticas para mujeres.

Traigo a colación y a manera de despedida dejo aquí una frase que sintetiza el contenido de este texto y que sugiero debemos tener presente “cuando el género suena, cambios trae” !

Es una realidad que la primera vez que las mujeres votaron, fue roto un paradigma que alentó ancestralmente la mirada errónea de una sociedad que suponía que las mujeres debíamos vivir en el segundo escalón en la jerarquía social.

Y me refiero las mujeres que vivieron en épocas en donde no les fue concedida la oportunidad de estudiar, de heredar, de trabajar, de contratar, de recibir créditos por sus descubrimientos o por sus obras de arte, por mencionar algunos temas.

Siempre confinadas a las labores de cuidados. Dedicadas a la crianza, de hijos e hijas y al trabajo domestico, sin remuneración ni reconocimiento. Existiendo para otras y otros.

Aún en tiempos más recientes. Votando sólo por hombres para ocupar cargos de elección y representación popular.

Es sabido que las palabras paternalismo, padrino, patria, patrimonio, patrón, patriarca, patriarcado, patriarcal, cuya raíz es pat que significa padre. Son palabras llenas de poder, protección, autoridad, propiedad, superioridad entre otros significados.

El patriarcado, palabra que representaba un candado a la puerta de acceso a una sociedad equilibrada desde la igualdad entre hombres y mujeres. En especial me refiero a la participación político electoral.

Ha sido de esa forma como se ha silenciado, paralizado y más que nada controlado el sector con representación mayoritaria en la población mundial, mexicana y potosina que son las mujeres. Siendo en todos los casos más del 50% y además madres de la otra mitad.

Aunque el primer paso hacia la participación política para las mujeres. El derecho a ser votantes y candidatas fue logrado en 1953, entrando en vigor en la época del Presidente Adolfo Ruiz Cortines.

Fue hasta el 3 de este mismo mes de julio del año 1955, que las mujeres en México emiten por primera vez el sufragio en las elecciones federales de ese año para elegir a los integrantes de la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión.

Muy afortunadamente, los últimos años nuestro país se han reconocido avances en materia de la participación política de las mujeres.

La fuerza de las mujeres no solo rompió candados, también derribo puertas y obstáculos que mantenían neutralizadas a las mujeres evitando el acceso a un espacio ancestralmente ocupado por los varones.

Aquel sistema patriarcal que ya mencione, que justificaba la dominación basándose en la supuesta inferioridad biológica de las mujeres. Siendo una de las razones para negar el acceso a la ciudadanía plena. “Que no voten. Porque, qué tal si están embarazadas y no pueden acudir a las urnas”.

En la actualidad, se observa totalmente eliminada esa premisa con el embarazo de la Diputada Cinthia Verónica Segovia Colunga, integrante de la LXIII legislatura. Siendo ella el vivo ejemplo de que los temas biológicos como la maternidad, no son impedimento ni obstáculo que se oponga para desempeñar el cargo que ella ostenta en la participación política. Y además, la he instado para realizar con toda libertad la lactancia materna en el recinto legislativo. Lo cual marcará un precedente imborrable y una inexorable conquista más del derecho a la participación política de las mujeres en S.L.P.

Es una realidad que las mujeres, aún enfrentamos violencia política en razón de género. Somos parte de los indicadores de bajo ejercicio de poder, toma de decisiones y manejo de recursos. Aun presenciando intentos de demostraciones de superioridad masculina golpeando la mesa y que el patriarcado no ha desaparecido en su totalidad.

Pero aquel día 3 de julio hace 67 años, las mujeres evolucionamos. De manera tal que en la actualidad, en el Proceso Electoral 2018 votaron más mujeres que hombres. Los números hablan. Las mujeres 66.2 por ciento y 58.1 por ciento los hombres. Una diferencia de ocho puntos porcentuales por encima del voto masculino.

Es alentador el incremento de la presencia de las mujeres en la vida pública de nuestro país ha sido gradual pero constante. Siendo lo anterior de suma importancia ya que, quedó demostrado que sin mujeres en la política, no hay políticas para mujeres.

Traigo a colación y a manera de despedida dejo aquí una frase que sintetiza el contenido de este texto y que sugiero debemos tener presente “cuando el género suena, cambios trae” !

Local

Daniela Cid, la segunda alcaldesa interina en la historia de SLP

La primera vez que hubo una mujer presidenta interina en la capital fue Socorro Blanc, en 1955, y que a la vez fue también la primera mujer Presidente Municipal en todo el país

Local

MetroRed: nueva ruta tendrá 16 paradores y carril confinado, prometen

Ya se tienen focalizados los puntos donde serán las paradas, “la nueva ruta va a ser una vía rápida"

Local

Perros “de moda” terminan en las calles: rescatista potosina

Razas como los huskys, los pit bull, chihuahuas y pugs, son fáciles de detectar entre las jaurías que circulan en la zona metropolitana

Local

Gobierno de SLP, en contra de crear fideicomiso con “impuesto ecológico”

José Guadalupe Torres Sánchez afirmó que “se ha demostrado que el uso de fondos, fideicomisos, o cualquier otro instrumento parecido utilizado en años pasados, finalmente se convirtió en botín personal o de grupo”

Local

¿Qué espera el sector empresarial potosino de las y los candidatos?

Empresarios ya han recibido solicitudes de diversos aspirantes que quieren exponer sus propuestas a la Alianza Empresarial

Local

UASLP pone en marcha su Laboratorio de Monitoreo de Medios

En el trabajo que realizan se destaca que se estudió a medios de comunicación nacionales, entre ellos El Sol de México, que es uno de los que sí habla sobre las campañas presidenciales