La madera de Mezquite y Mora son uno de los principales recursos artesanales de los municipios de Ciudad del Maíz y El Naranjo, en el estado de San Luis Potosí.
Entre estas dos localidades se encuentra la comunidad de El Aguacate, una región en dónde se elaboran artesanías elaboradas en madera y una de las más distintivas -de entre entre todas ellas- es el molcajete: Un utensilio tradicional de la cocina prehispánica mexicana.
Para muchos es desconocido que el molcajete de madera, es una pieza artesanal que se comercializa principalmente en la zona Media y Huasteca de la entidad, pero también es elaborado en algunas comunidades del norte del país.
Este aditamento culinario, lo elabora Isidoro Castro Martínez, quien cada fin de mes oferta a través de sus redes sociales este singular utensilio.
Isidoro cuenta para El Sol de San Luis que, elaborar este tipo de molcajete es toda una “travesía”, ya que se requiere ir a buscar la madera de mezquite y de mora a diferentes partes de la huasteca y zona media.
Lo singular y distintivo de todo este procedimiento, menciona Isidoro, es que, la madera que se utiliza comúnmente es recolectada de suelo, es decir proviene de árboles caídos.
"Tenemos que ir a buscarla a la zona que está más o menos cerca de donde vivimos. Específicamente cada tres o cuatro semanas pues de un sólo tronco salen muchas piezas", señaló Isidoro.
El proceso comienza con el corte de la madera, ya sea de mezquite o mora, en sitios -según lo indicado por Isidoro- de producción forestal específica de estas especies.
"Nosotros preferimos el mezquite, porque su madera es fuerte y durable, también muy buena para hacer muebles. Esto nos ayuda a tallar con mayor precisión e incluso, que sea usado de manera efectiva para moler de manera tradicional ingredientes".
Después de recolectar la madera -la cual tiene que estar ya semi seca-, se corta en rodajas de unos 30 ó 40 centímetros de ancho.
Tiene que tener este grosor debido a que se tallará, comenzando desde la parte superior sacando pedazo a pedazo la partes con dos herramientas esenciales: navaja o gurbia.
Posterior a tallar el pedazo de mezquite o mora, se le dan dos formas al molcajete, una rústica, es decir, queda de la forma natural del tronco y otra un poco más estilizada, la cual, se talla más detenidamente para darle forma de “boul”, en un tiempo estimado de cuatro a seis horas de trabajo por cada molcajete.
"La forma depende del gusto de la gente. En ciudades grandes se vende mejor el de acabado "fino". Pero ambos funcionan para lo mismo. La forma del pilón, temolote o temachin, dependerá del estilo del artesano pues hay quienes los tallan medianos o muy grandes, incluso con algo de textura para facilitar el moler cualquier alimento".
El costo de estas piezas únicas varía, pero el costo, según el tamaño oscila entre los 800 y mil 500 pesos.
Para utilizarlo, menciona Isidoro, es necesario "curarlo", es decir realizar un procedimiento previo para que este molcajete funcione mucho mejor.
"Se cura poniéndole un poco de aceite comestible, sal de grano o bien arroz, se vierte todo dentro del molcajete y se empieza a triturar por todo el hueco. Sin dejar ningún espacio sin pasar la mezcla. Esto dura como 15 minutos y con eso ya se puede usar, no es necesario lavarlo, con el uso de una toallita se puede limpiar".
Los productos de don Isidoro se pueden encontrar en la comunidad El Aguacate en Ciudad del Maíz, o bien, en las ferias artesanales. Anteriormente don Isidoro asistía a la Feria Nacional Potosina a vender parte del trabajo que elaboraba con sus propias manos, pero la presente pandemia ha limitado parte de la comercialización de sus productos.
"Continuaremos trabajando. Siempre hay quien esté interesado en conseguir un molcajete de madera, afortunadamente hemos tenido algunos pedidos de paisanos en el norte de Estados Unidos, y con eso nos hemos mantenido. Agradecemos todo el apoyo a los productores artesanales", comentó.
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