Al oriente de la Capital Potosina, se logra ver con dificultad el borde de una figura monumental hecha de cantera. Poco se atisba de la imagen victoriosa e imponente del monumento elaborado en honor al Benemérito de las Américas, el polvo, la erosión, desbaste de algunos detalles, y los tentáculos de concreto del Distribuidor Vial que lo rodean, hacen difuso a este colosal tesoro escultórico.
Estatua elaborada por el artista escultor Joaquín Arias, en el año de 1958, es una de las piezas más representativas del nacionalismo mexicano posrevolucionario, también pieza considerada una de las más importantes en la historia del quehacer artístico de este creador ixtlahuaquense.
La finalidad del trabajo creativo de Arias en la localidad, era el de engalanar los espacios de la creciente urbe potosina. Esta obra fue una de las tantas piezas escultóricas comisionadas por el Gobernador del Estado de aquél entonces , C. Don Manuel Álvarez.
Lamentablemente hoy día esos más de 14 metros de altura de cantera morada o pizarra, donde se esculpió el recio rostro fenotípico, del indígena mexicano de esta icónica efigie, se han vuelto casi imperceptibles, si no se está cercano a la glorieta que la circunda.
DE UNA GLORIETA A UN DESCOMUNAL DISTRIBUIDOR
Nada queda de las postales panorámicas que se vislumbraban a mediados del siglo XX, de lo que era la glorieta construida en homenaje al presidente Benito Juárez. Poco a poco las arterias aledañas se agrandaron y la afluencia de tráfico se acrecentó, un reclamo obligado por el crecimiento incontrolable de la metrópoli.
Ahora señalamientos y semaforizaciones la rodean, trabes de asfalto se construyen y se embonan en las columnas de concreto, unas curvas amplias y elevadas, hacen casi imposible divisar uno de los monumentos más simbólicos de la entidad.
Por debajo y cercana a la glorieta, la pesadumbre de la atmósfera es notoria, el smog y la tierra que cae en esta área, nublan la vista para poder observar con detenimiento la majestuosidad trasladada en piedra. Solo el sol como testigo anuncia la grandiosidad de esta obra monumental, cada pliegue y detalle se recalca en el contraste de la luz del día, pero al llegar la noche se tornan difusas entre las olas de calcina.
A esta estatua sólo la pueden observar con detenimiento aquellos que se acercan. Pareciera que la figura icónica del Benemérito Juárez, trata de asomarse entre los varios niveles y rampas de imponente distribuidor.
En ocasiones se aprecia disminuida a la distancia, y es que, la construcción de estas vías alternas han hecho que desde la década del año 1993, esta efigie del abogado y mandatario zapoteco, quede en la indiferencia de muchos.
A finales del año 2018 el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Juan Carlos Machinena Morales, proyectaba la intención de elevar esta figura escultórica. En el año 2019 la Junta Estatal de Caminos (JEC), analizó la remodelación del Monumento a Juárez, (como también es conocido), al comenzar la construcción de los dos nuevos brazos que conectan hoy día a las carreteras a Rioverde y a México con la Avenida Salvador Nava Martínez.
Pero estas intenciones quedarían pospuestas al inicio de este 2020, al anunciar el gobernador del Estado, Juan Manuel Carreras López, la carencia de presupuesto para sobreelevar y restaurar dicha estatua.
Parece que esta escultura permanecerá en el desinterés de una sociedad que desconoce mucho del valor estético y patrimonial de esta obra monumental, que forma parte de la identidad nacional, pero que sobre todo pertenece al arte que ha definido el concepto de patria y mexicanidad.
BENITO JUÁREZ Y SU LAZO CON LA ENTIDAD POTOSINA
Este monumento es un ícono de la Capital Potosina, no sólo por la imagen que representa de Benito Juárez, sino también porque forma ya parte del imaginario colectivo que tiene la ciudad de San Luis Potosí. Es un referente y un punto de entrada a la entidad, por estas razones es importante contextualizar el por qué de la importancia de este mandatario como referente destacado y distintivo de la Ciudad, así lo refirió el catedrático historiador y egresado de la Maestría en Historia (Colsan), Cristhian Martínez.
Juárez fue un presidente totalmente laico y con ideas liberales, separación Iglesia- Estado, era su principal objetivo. Su lucha contra los conservadores y todo tipo de privilegios dados por la Corona Española y la Iglesia como principales rectoras e institución de gobierno, fueron un parteaguas en la búsqueda de la obtención de más libertades.
En 1863 reside en el Estado potosino, trasladando su gobierno itinerante -como se le conoce-. Primero se establece en SLP, y después parte a otras localidades. Eran estadías temporales, para nada permanentes. Lo importante fue que entre junio y julio del mismo año, estableció a San Luis Potosí como recapital de la República Liberal, es decir la entidad potosina fue capital de la República Mexicana de manera oficial.
Así lo explicó el Catedrático Historiador Cristhian Martínez, quien además refirió que, “ este Estado no fue el único al que se le dió tal distingo, pues veracruz y otras entidades también fueron nombradas capitales. Su paso por San Luis, y otras localidades, fue el camino para elegir lo que es hoy Ciudad Juárez, donde se estableció para poder atacar al ejército francés”.
“La primera vez que radicó aquí en la Capital, estableció las Leyes de Reforma, que primero fueron leves y después se tornaron radicales. Algunas de estas leyes consistían en suspender el diezmo y vender los terrenos en desuso de la Iglesia, de igual forma se incluyó la Ley de Exclaustración de Conventos donde prohibían los monasterios y los claustros, haciendo de todos esos espacios, parte de la nacionalización de los bienes eclesiásticos”.
“Un ejemplo evidente de ello, fue el Templo de La Merced, que pasó a convertirse en un Mercado con el mismo nombre, por la leyes de Benito Juárez”, explicó.
“En las siguientes estadías del Benemérito Juárez, el hoy Edificio Central de la UASLP, pasó a ser parte del Palacio Legislativo y el Palacio de Gobierno de SLP, se convirtió en la residencia o Palacio Nacional, así como varios recintos de la entidad se utilizaron en su estadía parte de las instituciones gubernamentales de aquél entonces”.
Además el profesor Martínez anexó que uno de los acontecimientos más importantes que rodean la permanencia temporal de Benito Juárez en la entidad, fue el acto que protagonizó Inés, princesa de Salm-Salm, por haberle rogado a este mandatario por la vida del emperador Maximiliano I de México.
Este hecho está representado en el Palacio de Gobernación de San Luis Potosí, en la “Sala Juárez” con dos figuras que emulan al entonces Presidente de México y la Princesa, donde existe una placa en la pared oriental con la leyenda “1863, 1867 “, que es alusivo a las dos ocasiones en las que Benito Juárez se hospedó ahí.