- Empresas europeas y asiáticas son las que reinan el comercio de la relojería, por calidad y diseño
- El mejor reloj es el que tiene máquina, tiene duración de 15 años. De pila o cuarzo 3 años
- Ha dado mantenimiento a máquinas monumentales y capacitado en Cuba
El sonido de las manecillas avisan el recorrer del tiempo en el negocio del señor José de Jesús Cañizales, quien desde hace más de 70 años aprendería de su padre Ángel Cañizales la meticulosa profesión de relojero. Hoy este maestro de la maquinaria de las horas es considerado uno de los más grandes conocedores de la relojería, no sólo en San Luis Potosí, sino también del país.
José de Jesús de 74 años, comenzaría desde muy pequeño a observar la magia de su padre con los relojes y sin pensarlo decidiría dedicarse al arte de la reparación de los mismos, el cual lo llevaría a aprender de grandes maestros de la relojería en Japón, Suiza y diversas partes del mundo.
“Yo soy relojero desde que nací. Mi padre toda su vida se dedicó a ser joyero aquí en el área del Mercado de la Merced. En este sitio hace más de 100 años llegaba la Línea Guadalupe y los choferes utilizaban el reloj de bolsillo, entonces iban con él a repararlos, y al observarlo ahí en su local aprendí”.
“Después de unos años, viajé a la Ciudad de México a estudiar la relojería donde tomé varios cursos y capacitaciones por parte de grandes empresas joyeras, y fue entonces que me uní a mi padre para arreglarlos”
Con el pasar del tiempo este experto relojero se independizó y creó su propio negocio “Relojería Cañizales”. Ahora péndulos, herramientas y el unísono cambio de hora, es el aura que rodea sus más de 55 años de trayectoria experticia en la venta y compostura.
“Suiza y Japón fueron los lugares donde realicé mi educación entorno a la relojería por parte de Citizen. Después de esa experiencia, me hice instructor de relojería y por el cual tengo mi título en esa área y lo que me ha permitido también viajar hasta Cuba para enseñar y capacitar a más relojeros”.
A lo largo de su historia como relojero don José de Jesús ha compartido a cientos de personas, un poco de la sabiduría que posee acerca de la relojería, clases y enseñanzas que le han dejado grandes satisfacciones.
“Es un gran orgullo dedicarme a este trabajo. La verdad, es muy raro que se otorguen clases para que las personas interesadas en el oficio, sepan desarrollarlo y entenderlo, afortunadamente yo he tenido la oportunidad de instruir a varios relojeros no solo de la ciudad, sino también a nivel internacional”, recalcó.
LAS MANECILLAS DE LA HISTORIA
Su estudio y preparación han marcado en él, el reconocimiento de la población, fue elegido durante una larga temporada, el relojero oficial del Jardín Colón.
“Arreglar relojes monumentales o de ese diámetro no es difícil, es como cualquier otro de máquina, el mecanismo es el mismo, se rigen bajo una fuerza motor, las piezas son de un mayor tamaño. Duré más de 20 años de servicio hasta que el Gobierno del Estado decidió que ellos se harían cargo de darle mantenimiento”.
“También tuve bajo mi cuidado el reloj de El Santuario, donde el padre José Luis Dibildox Martínez (†), me solicitó realizarle las reparaciones necesarias para que volviera a funcionar. Ahí se hizo más notorio mi trabajo, pues muchas de las personas que realizaban caminatas por las mañanas de El Santuario al Jardín Colón, checaban su tiempo y notaban aún más el funcionamiento de ambos relojes”.
José de Jesús sostiene un álbum de fotos en el que se vislumbran cartas y recados realizados a mano, en ellos resguarda algunas notas que le avisaban sobre los desperfectos en el tiempo del reloj, así también como su entera gratitud por repararles.
“Señor relojero: Hemos notado que el reloj va 15 minutos adelante. ¿Sería posible que lo pusiera a tiempo? Se lo agradecería todos los días, respetuosamente un servidor. No pongo firma porque tengo el honor de conocerle”. Es uno de los tantos recados que de manera anónima dejaban los transeúntes para este talentoso relojero.
EL TIEMPO HECHO HOMBRE
Este experimentado maestro menciona que a lo largo de su carrera ha atendido a miles de personas en su local y como buen hombre de tiempo, metódicamente llevaba un conteo de las veces que regresaba cada cliente, qué tipo de composturas realizaba y cuántas personas llegaban a buscarlo para reparaciones.
“Hasta el año 2017, han sido miles de clientes que han llegado a venir a mi negocio durante estos más de 50 años, por supuesto con ellos, llegué a registrar hasta 8 mil 268 relojes que he reparado. Dejé de llevar un conteo por la carga de trabajo. Muchos de ellos son clientes asiduos, otros vienen de pasada y algunos tantos por recomendaciones”.
Máquinas, herramientas y diversas piezas diminutas, acompañan los días de José de Jesús Cañizales, quien pacientemente atiende a cada persona que entra por la puerta de su local.
Una lupa doble es uno de los instrumentos más importantes de su trabajo, la cual todos los días corona su rostro. Con ella analiza la estructura de los relojes, distingue el problema y se prepara para solucionarlo. Una hora puede tardar en desarmar una máquina, minutos en solucionar una avería.
Rolex, Chopard, Cartier y Citizen son algunas de las marcas lujosas y de excelente calidad que ha tenido en sus manos. También piezas antiquísimas como relojes de mano elaborados en oro, péndulos y los tradicionales relojes de pared. “Cada reloj tiene su funcionamiento, con el tiempo la calidad de éstos ha ido decreciendo. Antes la gente invertía en los relojes de marca o bien extranjeros, ahora se van por las copias. En México son las empresas europeas y asiáticas las que reinan en el comercio de la relojería, por su vasta calidad, diseño y funcionamiento. Ahora hay mucho reloj de pila, ya no hacen relojes mecánicos, que son los que vienen más completos, a esos no hay que cambiarles la pila. Los de pila se apagan con el tiempo, se sulfatan y se echan a perder”.
El señor José insiste que el mejor reloj que una persona puede adquirir es aquél que tenga máquina, e invertir en ellos dependerá de la vanidad y solvencia económica de la persona. “Ahora a la gente le gustan mucho las réplicas o clones, pero como llaman mucho la atención, le piensan en comprarlos, por los robos. Son pocos los que buscan relojes mecánicos, la mayoría lleva y tiene relojes de cuarzo o digitales”.
De los arreglos que más realiza en su local, el cambio de máquina, de pila, reparación de pulsadores, chequeo de agujas, cambio de correa, ajuste de pulsera, entre otros.
“El mantenimiento de un reloj puede ser desde una simple limpieza, hasta un servicio completo de desmontaje. Los relojes de pila y cuarzo, comúnmente pueden durar en funcionamiento de uno a tres años, en cambio los de máquina hasta más de 15 años, dependiendo del cuidado y la marca”.
Relojería Cañizales, ahora prepara a la cuarta generación en el oficio de la relojería, su legado abrazó -desde hace décadas-, a su hijo Francisco Javier Cañizales y es ahora su nieto Tonali Hernández Cañizales, de 20 años de edad el que persigue los pasos de su abuelo, como los minutos a las horas.El señor José de Jesús sin duda es el tiempo hecho hombre, un arquitecto de la horología, un diestro de la relojería.
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