A raíz de la crisis sanitaria, miles de sitios turísticos tuvieron que cerrar para evitar los contagios masivos, eso traerá como consecuencia acabar con el turismo masivo, será un proceso lento, paulatino, y ocurrirá porque las autoridades tendrán que hacer de este sector un servicio controlado.
“Incluso será más limpio, apegado a las reservaciones por internet, la actividad turística no puede volver a ser la misma por cuestiones sanitarias y ambientales”, esto es lo que destaca Alfredo Ávila Galarza, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, UASLP.
En el caso del Estado, hubo operadores turísticos que no soportaron cerrar sus negocios, algunos sin permisos tuvieron que funcionar, ahora que ya volvieron a la práctica tendrán que ser más cautos para evitar situaciones de riesgo.
Para el experto universitario, los ayuntamientos tienen que ser muy cuidadosos en la capacidad de carga turística, lo cual se tiene que sustentar con estudios técnicos, con ello se evita que la carga turística del 30 por ciento de aforo, sea sólo una improvisación.
La capacidad de carga turística, es un concepto nuevo que ayuda a definir cuanto es el máximo que un paraje puede soportar, sin comprometer el propio ecosistema, estos estudios no son tan conocidos, pero se tendrán que hacer en algún momento para recuperar la confianza “esto es algo muy reciente, muchos no cuentan con esta definición de capacidad de carga turística, por tanto, hoy en día que las autoridades les piden a los sitios turísticos que puedan aperturar su sitio turístico a un 30 por ciento de su capacidad de carga turística, muchos sitios seguramente se van a preguntar ¿El 30 por ciento de qué? ¿De cuánto?”.
Esta imprecisión, generará costos ambientales, será porque no tienen definidas la capacidad de carga turística para los diferentes parajes turísticos “entonces es un problema porque al no contarse con este tipo de estudios, se puede improvisar ese 20 o treinta por ciento de la visita recomendada. Aplicar los filtros, con la toma de temperatura, con la aplicación del gel antibacterial, las preguntas diagnóstico, extremar la limpieza en las superficies posibles de contacto que tengan los turistas, en los baños, en los restaurantes, evitar espacios en donde la gente pueda concentrarse, aquellos espacios que son muy atractivos, regular ahí dentro del paraje a la misma afluencia”.