Entre las estrategias más importantes para hacer eficiente la medición de la calidad de aire en el estado y la zona metropolitana -condición que se complica en esta temporada por la inversión térmica-, está garantizar el correcto funcionamiento de las casetas de monitoreo.
Para cumplir lo anterior, la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental intensificará sus esfuerzos “al ser un tema prioritario, que tiene impacto directo en la salud de la población”.
Así lo afirmó la titular de la dependencia, Sonia Mendoza Díaz, luego de recorrer durante la semana que concluye, las cuatro casetas de monitoreo de calidad del aire, para supervisar el correcto funcionamiento de esos equipos, “en el entendido de que el monitoreo es esencial para evaluar los niveles de contaminación y tomar decisiones informadas para brindar apoyo en salud de las y los potosinos”, dijo.
Reiteró que la calidad del aire es un tema prioritario para la Secretaría de Ecología, “sabemos que hay un impacto directo en la salud de la población, por lo que hemos enfocado nuestro trabajo, entre otros temas, en fortalecer las acciones de vigilancia, prevención, así como en aplicar las medidas correctivas para mitigar los efectos de la contaminación”.
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La funcionaria estatal recordó que durante la temporada invernal hay un incremento en la contaminación del aire, por factores como las bajas temperaturas, la falta de viento, y la poca ventilación atmosférica, “lo que provoca una acumulación de contaminantes, incluyendo partículas PM10 y PM2.5”, explicó.
Finalmente, Mendoza Díaz indicó que estas condiciones se agravan por el fenómeno de inversión térmica, añadió, lo que dificulta la dispersión de las partículas contaminantes generadas principalmente por vehículos, procesos industriales, actividades comerciales y obras de construcción.
Las partículas PM10 y PM2.5 son contaminantes atmosféricos que se diferencian en su tamaño y en los efectos que producen en la salud; las PM10 son partículas inhalables con un diámetro de hasta 10 micrómetros, el cuerpo puede defenderse de ellas estornudando o tosiendo, pueden incrustarse en los pulmones y causar daños en el tejido pulmonar y asma; mientras que las PM2.5 son partículas inhalables finas, con un diámetro de hasta 2.5 micrómetros, más pequeñas que el grosor de un cabello humano, tienen mayor potencial para provocar problemas de salud porque pueden llegar a la profundidad de los pulmones y pueden alcanzar el torrente sanguíneo.