En el corazón de una de las calles más tradicionales de Santa María del Río, San Luis Potosí, “Primo Feliciano Velázquez 1594, colonia Guadalupana, se encuentra Campechanas Michel, un negocio que ha conquistado paladares y corazones durante los últimos 13 años. Fundado por José Juan Paulín Ventura y su esposa María Teresa Vázquez Agundis, este emprendimiento familiar ha llevado las campechanas, ese postre de hojaldre crujiente y dorado, a todos los rincones de México, y ahora se prepara para conquistar otras partes del mundo.
Un origen artesanal con tradición familiar
El sueño de Campechanas Michel nació en un pequeño horno, donde José Juan y María Teresa trabajaban hombro a hombro para producir las primeras campechanas. “Empezamos los dos solos, con un horno pequeño del lugar donde trabajábamos. Poco a poco fuimos avanzando y ahora tenemos dos hornos y un equipo de producción”, relata María Teresa.
El esposo de María Teresa proviene de una larga tradición de panaderos, y juntos decidieron mantener viva la esencia artesanal de este postre. “El pan se hornea en un horno de leña elaborado por nuestra familia, usando madera de mezquite, lo que le da ese sabor y aroma único que distingue a nuestras campechanas”, comenta orgullosa.
Un sabor sin fronteras
Con ingredientes naturales y sin conservadores, Campechanas Michel ha logrado posicionarse como un referente de calidad. La creciente demanda, especialmente por parte de los paisanos que residen en los Estados Unidos, ha impulsado los planes de expansión de esta empresa familiar. “Nuestros paisanos en Estados Unidos extrañan mucho este postre y nos lo piden constantemente. Estamos trabajando para llevar la magia de las campechanas hasta ellos”, explica María Teresa.
Compromiso con la comunidad
Campechanas Michel también se ha convertido en un aliado de eventos locales, como la reciente 5ª Carrera de El Sol de San Luis, donde fungen como patrocinadores oficiales y quienes con sus presentaciones de 60, 40 y 20 pesos, llevan el nombre de esta justa atlética por el 72 aniversario, a todos los rincones, pero sobre todo a aquellos amantes de la campechana tradicional.
Este gesto refleja el compromiso de la empresa con la comunidad que los vio nacer, por que además han creado oportunidad de empleo a más diez familias.
Un legado que perdura
Las Campechanas Michel no solo son un postre; son un testimonio vivo de tradiciones que pasan de generación en generación. Cada pieza, elaborada con dedicación y cuidado, cuenta una historia de esfuerzo, familia y pasión. Para quienes visiten Santa María del Río, una parada en Campechanas Michel es imprescindible para saborear la esencia de esta tierra.
El horno que guarda historias
Detrás de las deliciosas campechanas de Michel está un horno de leña con más de una década de historia. Construido por la familia, este horno es mucho más que una herramienta de cocina: es el corazón del negocio. “Hornear con leña de mezquite le da un toque especial a las campechanas. Cada vez que abrimos el horno, es como abrir un cofre de recuerdos y tradiciones”, comparte María Teresa.
La cocina, impregnada del dulce aroma del hojaldre y la madera, se llena de risas y charlas mientras el equipo trabaja con precisión. En un rincón, las hojas de mezquite se apilan como testigos silenciosos de una tradición que se rehúsa a desaparecer, para hornear más de 5 mil campechanas diarias.
El arte de elaborar campechanas: un proceso lleno de secretos y tradición
Hacer campechanas es mucho más que un proceso culinario; es un arte que combina técnica, tradición y un toque de creatividad. Desde Santa María del Río, este postre tradicional ha deleitado paladares con su textura crujiente y sabor dulce, resultado de un cuidado proceso de elaboración que a continuación te compartimos.
Preparación de la masa
Todo comienza con una masa de consistencia intermedia, ni muy dura ni muy suave, que permita trabajarla con facilidad. De un total de 400 gramos de masa, se dividen en cuatro bolitas iguales. Estas bolitas se extienden una por una en una mesa enharinada, utilizando manteca vegetal para darles textura.
El ingrediente secreto: el betún
El siguiente paso crucial es el betún, un ingrediente secreto que le da a las campechanas su característico sabor y textura. Este betún se prepara batiendo manteca vegetal con harina hasta obtener una mezcla uniforme. Con la mano, se aplica una pequeña cantidad de betún sobre cada bolita de masa extendida, como si fuera una crema.
Formación de las capas
Con ayuda de un palito, la masa se enrolla cuidadosamente, formando capas que determinarán la textura final de la campechana. “Entre más fuerte enrolles el pañito de masa, más capas tiene la campechana y más suave queda”, explican los artesanos.
Una vez que el palito está completamente cubierto de masa, se corta en cuatro partes iguales. Estas se colocan en charolas y se dejan reposar durante 20 minutos. Posteriormente, se extienden y se les da la forma típica de campechana.
El toque final: azúcar y caramelo
Antes de hornearlas, las campechanas se cubren con azúcar. Se dejan reposar media hora más y luego se hornean a 180 grados centígrados durante 20 minutos. Al final del horneado, se utiliza leña o un soplete de gas para caramelizar el azúcar, lo que da como resultado el característico color dorado y brilloso.
“Mucha gente me pregunta por qué algunas campechanas tienen más azúcar que otras. Todas llevan la misma cantidad, pero el secreto está en cómo se carameliza el azúcar. Si no se quema bien, puede quedar granulada, pero cuando el proceso es perfecto, el resultado es una campechana con un caramelo uniforme y delicioso”, comparten los expertos.
Un dulce legado artesanal
Elaborar campechanas es un proceso lleno de detalles que reflejan el amor y la dedicación de quienes lo realizan. Cada campechana es un homenaje a la tradición panadera, con sabores que transportan a quienes las disfrutan al corazón de Santa María del Río. Una experiencia que no solo endulza el paladar, sino también el alma.