Manuel y Crescencio recibieron este jueves una placa de reconocimiento en donde se menciona no sólo su nombre, sino también un poco de su historia.
Se trata de dos árboles ficus que el año pasado estuvieron a punto de ser talados, en sus troncos aún luce la "marca de la muerte", una cruz en color naranja que avisaba que serían removidos, sin embargo los ejemplares ubicados bajo uno de los brazos del distribuidor vial Benito Juárez lograron salvarse gracias a un amparo.
Fue este hecho el que dio origen a sus nombres, pues un ciudadano propuso que llevaran el nombre de Manuel Crecencio Rejón, padre del juicio de amparo, ya que gracias a él siguen con vida.
Estas placas fueron colocadas en el marco del Día del Árbol Mexicano, y al nombrarlos, la intención es que la ciudadanía se apropie de ellos y los haga parte de su entorno, que dejen de ser vistos sólo como objetos y por el contrario, visibilizar que son seres vivientes de los cuales depende el ser humano, explicó Luis González Lozano, presidente de la asociación Cambio de Ruta.
Destacó que este par de ficus tienen la particularidad de que en ellos anidan garzas, y así como ellos albergan su propio ecosistema, cada árbol de la ciudad tiene un papel en el medio ambiente, sobre todo proveernos de oxígeno y limpiar el aire que respiramos, por lo que se busca que la ciudadanía proteja los árboles urbanos y combatir el déficit de ejemplares en la marcha urbana.