Investigadores del Ipicyt están desarrollando un sistema de monitoreo de la concentración de CO2 (dióxido de carbono) en el aire de las oficinas, aulas y laboratorios del ese organismo científico para prevenir el contagio de Covid-19.
Rubén López Revilla, jefe de la División de Biología Molecular, dio a conocer que durante la inhalación aspiramos el aire de la atmósfera, formado principalmente por nitrógeno y oxígeno. El oxígeno se difunde a la sangre a través de los alveolos pulmonares, es captado por los glóbulos rojos y transportado a todos los órganos, donde se llevan a cabo procesos metabólicos que lo utilizan y generan CO2 como producto final, durante la exhalación expulsamos aire que contiene menos oxígeno y mucho más CO2, acompañado de miles de gotitas líquidas de tamaño variable ‑entre las que predominan gotitas microscópicas o ”aerosoles”‑ que provienen de las vías respiratorias y la saliva.
Las infecciones respiratorias se deben a los virus o bacterias causantes de enfermedades respiratorias que van incluidos en los aerosoles expulsados durante la exhalación por las personas infectadas que así se transmiten y contagian a las personas susceptibles.
La evolución de la pandemia de COVID‑19 ha permitido precisar el mecanismo de transmisión de la enfermedad y definir medidas eficaces para prevenir el contagio por los aerosoles que SE emiten al hablar, toser o estornudar junto con el CO2, que en el aire exhalado tiene una concentración cercana a 40 mil partes por millón (ppm), unas 100 veces mayor que la de 420 ppm en el aire del exterior.
“La relación entre la concentración de CO2 y la contaminación por aerosoles respiratorios en espacios interiores ha dado lugar al monitoreo de CO2 con medidores basados en sensores de infrarrojo no dispersivos (NDIR, por sus siglas en inglés), con pantallas que despliegan la concentración de CO2 en ppm y alarmas que se encienden al rebasar el umbral de seguridad, que ronda las 800 ppm”.
El nivel de CO2 es proporcional a la concentración de aerosoles respiratorios, depende del número y tiempo de permanencia de los ocupantes. Ha sido ampliamente demostrado que el riesgo de contagio por COVID‑19 en recintos mal ventilados depende del número y tiempo de permanencia de las personas.
“En oficinas, aulas y laboratorios del IPICYT instalaremos sensores de CO2 fijos, conectados a la red inalámbrica, que envíen continuamente los datos de la concentración de CO2 a servidores que alimenten aplicaciones de teléfonos celulares con alarmas que se enciendan al rebasar el umbral de seguridad”.