Aunque Emma Argüelles ya no tiene Covid-19, lleva más de un año lidiando con las secuelas de esta desconocida enfermedad, le quedaron varios problemas de salud a consecuencia de esto.
"Me canso de caminar, aunque haga un trayecto pequeño, pareciera que estoy cruzando un desierto, me duelen las piernas cuando estoy sentada, cuando estoy parada, y cuando estoy acostada. Me arden las piernas todo el día y el doctor solamente me dice que estoy pasando por un Síndrome Post Covid, sólo me recetó vitaminas", dijo esta mujer de 40 años de edad.
Además de la fatiga que tiene está profesionista, y que se refleja también al subir escalones, le quedaron mal los nervios de los tobillos y rodillas, piensa que en cualquier momento dará un mal paso y podría desplomarse. Además del cansancio constante, le duelen las articulaciones.
Otra de las sintomatologías que tiene y que no le permiten hacer su vida como antes de la pandemia, es la caída del cabello, tanto que tuvo que cortarlo para evitar una situación peor. Aunque sabe que el cabello crece, también reconoce que las mujeres se desaniman al quedarse sin él, así que antes de que ya no le quedará cabello prefirió darle tijeretazo.
También le quedó una piel reseca, el rostro se le descarapeló, los nudillos de los dedos de la mano, los codos, y los tobillos se le enegrecieron y se endurecieron, no hay crema humectante que valga para recuperar la sedosidad de su piel.
Le salen erupciones rojizas en la piel, sobre todo en brazos manos y piernas. Se ha vuelto alérgica algunos alimentos.
También, le duelen los ojos, los dientes y le quedaron algunas palpitaciones en el corazón. Incontinencia, olor vaginal y sudoración.
Qué decir sobre el peso, el uso de dexametasona durante su tránsito en él Covid, la hizo engordar y hasta le sacó estrías en piernas y manos.
Tampoco duerme nada, queda rendida a eso de las 5 de la mañana y sólo dormita entre 3 y 4 horas al día.
También tiene algunos trastornos mentales como ansiedad, mismos que se han inhibido con rehabilitación física, acude tres veces a la semana a un centro de ayuda.
A raíz de toda esta situación, donde los médicos solo recetan rehabilitación física y no fármacos, ha recurrido a las vitaminas de todo tipo, adquirió unas alemanas muy recomendadas, biotina, vitamina D, ácido hialurónico, colágeno, y un suero japonés que le da vitalidad, éstos son algunos de los que toma para ayudar al organismo. Aunque también se ha acercado a los remedios caseros y tradicionales.
Hoy se siente consternada al ver que muchos, se toman a la ligera está enfermedad y no se preocupan por tomar las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades, como el uso de cubrebocas y la restricción en el distanciamiento social.
Ha visto que la gente se descuida sobre todo en los camiones urbanos, no hay un control y no sólo suben sin cubrebocas sino que además ha visto un incremento de personas que presentan cuadros de enfermedades respiratorias, y nadie hace nada al respecto.