Medio siglo apostada en la puerta cinco del Mercado Hidalgo; “la marchanta” María Elena Romero, nació, creció y dice que morirá realizando esta labor, herencia de su madre, que le he dejado múltiples satisfacciones.
Doña Mary, como la conocen en el edificio que alberga poco más 400 locales, arriba de lunes a sábado a las 9:30 de la mañana, para vender las verduras y hierbas que acomoda sobre un tablón, que coloca sobre cajas y cubetas.
Su madre, inició con este negocio, prácticamente desde que el Mercado Hidalgo comenzó operaciones. Desde que tiene uso de razón, Doña Mary, acude todos los días a ese lugar, que le ha dado el sustento de su hogar.
Los clientes de mi mama, ahora viene conmigo, y aquí le hablo a la gente, llévele los nopalitos, el agua miel. Aquí crecí, me venía con mi mamá, pero ella ya se retiró, y me quede yo en su lugar, y aquí voy a seguir hasta que Dios me recoja.
Doña Mary ofrece en la entrada de la puerta cinco del Mercado Hidalgo, nopalitos, agua miel, papitas, higos, escobetas, pipián, tunas, jonostles, manzanilla, jengibre, miel de colmena y tierra para los trastes.
La marchanta platicó a El Sol de San Luis, la hermosa infancia que tuvo, corriendo en los pasillos de la antigua infraestructura en la que dice permanecerá hasta que Dios se lo permita, pues a sus 50 años, se siente “fuerte para seguir aquí sentada, y gritando, pásele, pásele”.
Sentada sobre un bote recordó que hace algunas décadas, las verduras y productos que vende eran mucho más baratos, pero pese a la carestía de la actualidad, sus ventas se mantienen, pues dijo “los nopalitos son parte de nuestra cultura y todos los consumimos”.
“Claro que soy feliz, aquí paso parte de mi día, y no quiero cambiar de trabajo, me siento orgullosa, aquí nací, crecí, y quiero pasar el resto de mi vida, porque disfruto mi trabajo, aquí sentada, como me ve”.
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