/ viernes 10 de julio de 2020

El espectáculo en vivo, moribundo

La incertidumbre reina entre la industria musical, que se debate entre el dudoso éxito de los conciertos online y la lejana esperanza de volver a los escenarios

La industria musical perderá menos dinero con los conciertos online y los autoconciertos, pero no podrá siquiera igualar los ingresos que generaba antes de la pandemia.

Según expertos consultados por Organización Editorial Mexicana, son muchos los factores que dibujan una situación compleja para el futuro de este negocio: la baja de poder adquisitivo de la clase media a causa del desempleo, la falta de aceptación de los shows virtuales con costo, el miedo al contagio cuando se declare el semáforo verde y las pérdidas que se arrastran desde febrero pasado en una industria que vale alrededor de 26 mil millones de dólares en todo el mundo, según estimaciones de Statisa y Rolling Stone.

Por lo menos 13 bandas internacionales decidieron cancelar su participación en el festival debido al coronavirus. Foto: Alejandro Aguilar | El Sol de México

Si bien hay iniciativas para reactivar el mercado, el ambiente general entre el gremio musical es de resignación. En palabras de Armando Barona, director de espectáculos del Pepsi Center WTC: “Aquí ya no se busca ganar, sino sobrevivir".

La crisis ha trastocado incluso a uno de los mayores paraísos del entretenimiento: Reino Unido. A principios de julio, un grupo de mil 500 artistas —entre ellos Paul McCartney, Coldplay, The Rolling Stones, Dua Lipa y Ed Sheeran— envió al Ministerio de Cultura británico una carta en la que solicitan “urgentemente” un programa de apoyos para evitar la quiebra de la industria, que allá tiene un valor 4 mil 400 millones de libras, según el informe Measuring Music 2018, elaborado por UK Music.

Cortesía | @PAULMCCARTNEY

“Sin que haya fin a la vista de la distancia social o un apoyo financiero del gobierno, el futuro de conciertos y festivales y los cientos de miles de personas que trabajan en ellos parece desolador”, indica el documento.

El gobierno británico respondió la misiva, aunque sin prometer nada: “Reconocemos que esta pandemia ha creado enormes desafíos para el sector y trabajamos estrechamente con él a fin de desarrollar directrices generales para que se reanuden los espectáculos y los eventos lo antes posible”.

Reglas de cobro

El mundo musical parece un gigante millonario difícil de derribar. Pero lo que pretenden todas las iniciativas de reactivación digital no es apoyar a artistas consagrados como Rihanna, Bad Bunny o Café Tacvba, sino a todo el equipo de trabajo que existe detrás de un álbum, un concierto o un festival: promotores, managers, bookers (impulsores de talento), publicistas, técnicos, productores, transportistas, músicos de sesión, músicos de concierto y un largo etcétera.

Sin embargo, también hay un gran sector de artistas que no vive de la fama. Son músicos que dependen de sus presentaciones para subsistir. Alex Mercado es uno de ellos. Jazzista desde hace más de una década y uno de los grandes exponentes del género en México, este pianista asegura que la pandemia de Covid-19 fue “un golpe muy repentino a la economía de los que vivimos de la escena de música viva del día a día”.

El desafío principal, asegura, es encontrar la manera de seguir generando ingresos y, al mismo tiempo, mantener la inercia creativa propia de la actividad artística. Sostiene, además, que una de las grandes transformaciones a las que se enfrentará este negocio es a “la excesiva generación de contenido gratuito en redes sociales”, lo cual ya ha derivado en “una sobreoferta que, a la larga, será dañina para todos”. Y aunque él ha tenido la oportunidad de realizar live streams pagados con Pitayo Music, sabe que se trata de un caso excepcional, al menos dentro del jazz.

Foto Especial

Cynthia Flores, directora del foro Indie Rocks! y una de las promotoras de conciertos con mayor experiencia en el país, está convencida de que las complicaciones se extenderán por un año más, ya que la cancelación de miles de conciertos descuadró la agenda internacional de los shows. Algo que desde antes de la pandemia ya representaba un trabajo arduo, ya sea para apartar la actuación de una banda o para definir el cartel de un festival.

“Vienen tiempos difíciles para poder ajustarnos a un nuevo camino financiero. La pérdida del poder adquisitivo de mucha gente definitivamente nos va a desequilibrar”, observa Flores, quien ha trabajado en la organización de festivales como el Vive Latino. “Si queremos sobrevivir a la crisis, debemos reestablecer los planteamientos y las estructuras de la empresa de entretenimiento tal como la conocemos”.

Foto: Alejandro Aguilar

Para esta promotora, la clave de la supervivencia está en aprender a ceder, tanto los artistas como los productores y los dueños de los recintos. “Debemos tener la apertura suficiente para que todos los que trabajamos en esto bajemos nuestros precios. La renta de un venue (lugar donde se realiza un concierto) tendrá que ser más económica y los artistas no podrán cobrar de la misma forma que antes”, agrega.

Números a la baja

En México nadie se ha animado a proporcionar una cifra que determine la magnitud de las pérdidas económicas del sector. La empresa Rock Show Entertainment, por ejemplo, tuvo que suspender 28 conciertos debido a la emergencia sanitaria.

“Todo el dinero de mi negocio se quedó en un limbo. Mis pérdidas ascienden a cuatro millones de pesos. Ahora repliquemos esa cantidad en 100 empresas más que hay como la mía. Y a eso habría que sumarle las pérdidas de OCESA”, dice Norma Gasca, directora de esta promotora que ha traído a México bandas como Los Auténticos Decadentes o Babasónicos.

Foto: Daniel Galeana | El Sol de México

Tan sólo en el primer trimestre de este año, Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) —la compañía de entretenimiento más grande de México y operadora de OCESA— no la pasó nada bien. Su flujo operativo (EBITDA) cayó 18% en comparación con el mismo periodo de 2019. Y eso que todavía no empezaba la peor etapa de la pandemia. La consultora Pollstar estima que la compañía de Alejandro Soberón vende más de cuatro millones de boletos para espectáculos en vivo al año.

El futuro de los festivales también luce complicado. El Festival Pulso GNP —originalmente programado para el 30 de mayo y pospuesto para el 31 de octubre— probablemente sufra modificaciones. “Yo no sé si Los Fabulosos Cadillacs o Madness vayan a poder venir. Los Cadillacs me parece que no podrán porque en Argentina los aeropuertos estarán cerrados hasta septiembre. El futuro de nuestros eventos depende directamente de las curvas de contagio y de las medidas sanitarias de los gobiernos. Está fuera de nuestras manos”.

Foto: Los Fabulosos Cadillacs / Facebook

En ningún país, el entretenimiento ha sido considerado una actividad económica esencial. Live Nation, la promotora de conciertos más poderosa del mundo ha cancelado más de ocho mil espectáculos, lo cual deriva en pérdidas superiores a los nueve mil millones de dólares tan sólo por concepto de entradas, según información de la propia compañía estadounidense.

“Muy probablemente vayamos a replicar el formato que hemos visto en Europa: volveremos a nuestras actividades a un tercio de la capacidad de los foros. Y eso nos da mucha emoción, sí, pero entonces tendremos que adaptarnos a recibir un tercio de los ingresos que antes podíamos facturar”, observa Gasca. “Lo que no sabemos y nos preocupa es si el venue o el talento nos va a cobrar un tercio también”.

Entre los artistas, la incertidumbre también es evidente, aunque sí se percibe un clima más optimista. Diego El Cigala asegura que la clave es la paciencia y la solidaridad; no cree que los live streams hayan llegado para quedarse y, por ahora, se dedica a promover digitalmente su más reciente disco, Cigala canta a México (2020).

Foto: Especial

Edgar Pijey Hansen, bajista de DLD, uno de los grupos de rock más populares del país, sostiene que los conciertos online son “una solución temporal ante una situación excepcional” que salva a los artistas de caer en un letargo creativo.

El tema económico no es algo que tenga en jaque a los artistas consagrados, aunque la otra cara de la moneda sea muy distinta. Sonex es un buen ejemplo. Pese a ser una banda que ha estado nominada en los Grammy Latinos por su forma de reinterpretar el son jarocho, sus integrantes hoy dependen de otras actividades para seguir generando ingresos.

Foto: DLD / Foto: Ocesa

“Desde hace meses que teníamos planeado el lanzamiento de nuestro nuevo disco (Bailando). Sabemos que es una situación bastante delicada, pero tenemos que salir con la cabeza en alto, continuando con nuestros planes, aunque nuestros ingresos no sólo provengan del grupo, sino de otras actividades dentro del ámbito cultural, como las clases online y labores de producción”, comenta Jerónimo González, miembro de esta banda y descendiente de varias generaciones soneras de México.

La pregunta es: ¿hasta cuándo se reanudarán los conciertos? En las oficinas del gobierno de Claudia Sheinbaum ya hay contemplados eventos masivos para diciembre en el Zócalo, como la proyección gratuita por los 20 años de la película Amores perros. Sin embargo, apenas esta semana Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud dijo que la pandemia se extendería hasta marzo de 2021... Lo único seguro es la incertidumbre.

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La industria musical perderá menos dinero con los conciertos online y los autoconciertos, pero no podrá siquiera igualar los ingresos que generaba antes de la pandemia.

Según expertos consultados por Organización Editorial Mexicana, son muchos los factores que dibujan una situación compleja para el futuro de este negocio: la baja de poder adquisitivo de la clase media a causa del desempleo, la falta de aceptación de los shows virtuales con costo, el miedo al contagio cuando se declare el semáforo verde y las pérdidas que se arrastran desde febrero pasado en una industria que vale alrededor de 26 mil millones de dólares en todo el mundo, según estimaciones de Statisa y Rolling Stone.

Por lo menos 13 bandas internacionales decidieron cancelar su participación en el festival debido al coronavirus. Foto: Alejandro Aguilar | El Sol de México

Si bien hay iniciativas para reactivar el mercado, el ambiente general entre el gremio musical es de resignación. En palabras de Armando Barona, director de espectáculos del Pepsi Center WTC: “Aquí ya no se busca ganar, sino sobrevivir".

La crisis ha trastocado incluso a uno de los mayores paraísos del entretenimiento: Reino Unido. A principios de julio, un grupo de mil 500 artistas —entre ellos Paul McCartney, Coldplay, The Rolling Stones, Dua Lipa y Ed Sheeran— envió al Ministerio de Cultura británico una carta en la que solicitan “urgentemente” un programa de apoyos para evitar la quiebra de la industria, que allá tiene un valor 4 mil 400 millones de libras, según el informe Measuring Music 2018, elaborado por UK Music.

Cortesía | @PAULMCCARTNEY

“Sin que haya fin a la vista de la distancia social o un apoyo financiero del gobierno, el futuro de conciertos y festivales y los cientos de miles de personas que trabajan en ellos parece desolador”, indica el documento.

El gobierno británico respondió la misiva, aunque sin prometer nada: “Reconocemos que esta pandemia ha creado enormes desafíos para el sector y trabajamos estrechamente con él a fin de desarrollar directrices generales para que se reanuden los espectáculos y los eventos lo antes posible”.

Reglas de cobro

El mundo musical parece un gigante millonario difícil de derribar. Pero lo que pretenden todas las iniciativas de reactivación digital no es apoyar a artistas consagrados como Rihanna, Bad Bunny o Café Tacvba, sino a todo el equipo de trabajo que existe detrás de un álbum, un concierto o un festival: promotores, managers, bookers (impulsores de talento), publicistas, técnicos, productores, transportistas, músicos de sesión, músicos de concierto y un largo etcétera.

Sin embargo, también hay un gran sector de artistas que no vive de la fama. Son músicos que dependen de sus presentaciones para subsistir. Alex Mercado es uno de ellos. Jazzista desde hace más de una década y uno de los grandes exponentes del género en México, este pianista asegura que la pandemia de Covid-19 fue “un golpe muy repentino a la economía de los que vivimos de la escena de música viva del día a día”.

El desafío principal, asegura, es encontrar la manera de seguir generando ingresos y, al mismo tiempo, mantener la inercia creativa propia de la actividad artística. Sostiene, además, que una de las grandes transformaciones a las que se enfrentará este negocio es a “la excesiva generación de contenido gratuito en redes sociales”, lo cual ya ha derivado en “una sobreoferta que, a la larga, será dañina para todos”. Y aunque él ha tenido la oportunidad de realizar live streams pagados con Pitayo Music, sabe que se trata de un caso excepcional, al menos dentro del jazz.

Foto Especial

Cynthia Flores, directora del foro Indie Rocks! y una de las promotoras de conciertos con mayor experiencia en el país, está convencida de que las complicaciones se extenderán por un año más, ya que la cancelación de miles de conciertos descuadró la agenda internacional de los shows. Algo que desde antes de la pandemia ya representaba un trabajo arduo, ya sea para apartar la actuación de una banda o para definir el cartel de un festival.

“Vienen tiempos difíciles para poder ajustarnos a un nuevo camino financiero. La pérdida del poder adquisitivo de mucha gente definitivamente nos va a desequilibrar”, observa Flores, quien ha trabajado en la organización de festivales como el Vive Latino. “Si queremos sobrevivir a la crisis, debemos reestablecer los planteamientos y las estructuras de la empresa de entretenimiento tal como la conocemos”.

Foto: Alejandro Aguilar

Para esta promotora, la clave de la supervivencia está en aprender a ceder, tanto los artistas como los productores y los dueños de los recintos. “Debemos tener la apertura suficiente para que todos los que trabajamos en esto bajemos nuestros precios. La renta de un venue (lugar donde se realiza un concierto) tendrá que ser más económica y los artistas no podrán cobrar de la misma forma que antes”, agrega.

Números a la baja

En México nadie se ha animado a proporcionar una cifra que determine la magnitud de las pérdidas económicas del sector. La empresa Rock Show Entertainment, por ejemplo, tuvo que suspender 28 conciertos debido a la emergencia sanitaria.

“Todo el dinero de mi negocio se quedó en un limbo. Mis pérdidas ascienden a cuatro millones de pesos. Ahora repliquemos esa cantidad en 100 empresas más que hay como la mía. Y a eso habría que sumarle las pérdidas de OCESA”, dice Norma Gasca, directora de esta promotora que ha traído a México bandas como Los Auténticos Decadentes o Babasónicos.

Foto: Daniel Galeana | El Sol de México

Tan sólo en el primer trimestre de este año, Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) —la compañía de entretenimiento más grande de México y operadora de OCESA— no la pasó nada bien. Su flujo operativo (EBITDA) cayó 18% en comparación con el mismo periodo de 2019. Y eso que todavía no empezaba la peor etapa de la pandemia. La consultora Pollstar estima que la compañía de Alejandro Soberón vende más de cuatro millones de boletos para espectáculos en vivo al año.

El futuro de los festivales también luce complicado. El Festival Pulso GNP —originalmente programado para el 30 de mayo y pospuesto para el 31 de octubre— probablemente sufra modificaciones. “Yo no sé si Los Fabulosos Cadillacs o Madness vayan a poder venir. Los Cadillacs me parece que no podrán porque en Argentina los aeropuertos estarán cerrados hasta septiembre. El futuro de nuestros eventos depende directamente de las curvas de contagio y de las medidas sanitarias de los gobiernos. Está fuera de nuestras manos”.

Foto: Los Fabulosos Cadillacs / Facebook

En ningún país, el entretenimiento ha sido considerado una actividad económica esencial. Live Nation, la promotora de conciertos más poderosa del mundo ha cancelado más de ocho mil espectáculos, lo cual deriva en pérdidas superiores a los nueve mil millones de dólares tan sólo por concepto de entradas, según información de la propia compañía estadounidense.

“Muy probablemente vayamos a replicar el formato que hemos visto en Europa: volveremos a nuestras actividades a un tercio de la capacidad de los foros. Y eso nos da mucha emoción, sí, pero entonces tendremos que adaptarnos a recibir un tercio de los ingresos que antes podíamos facturar”, observa Gasca. “Lo que no sabemos y nos preocupa es si el venue o el talento nos va a cobrar un tercio también”.

Entre los artistas, la incertidumbre también es evidente, aunque sí se percibe un clima más optimista. Diego El Cigala asegura que la clave es la paciencia y la solidaridad; no cree que los live streams hayan llegado para quedarse y, por ahora, se dedica a promover digitalmente su más reciente disco, Cigala canta a México (2020).

Foto: Especial

Edgar Pijey Hansen, bajista de DLD, uno de los grupos de rock más populares del país, sostiene que los conciertos online son “una solución temporal ante una situación excepcional” que salva a los artistas de caer en un letargo creativo.

El tema económico no es algo que tenga en jaque a los artistas consagrados, aunque la otra cara de la moneda sea muy distinta. Sonex es un buen ejemplo. Pese a ser una banda que ha estado nominada en los Grammy Latinos por su forma de reinterpretar el son jarocho, sus integrantes hoy dependen de otras actividades para seguir generando ingresos.

Foto: DLD / Foto: Ocesa

“Desde hace meses que teníamos planeado el lanzamiento de nuestro nuevo disco (Bailando). Sabemos que es una situación bastante delicada, pero tenemos que salir con la cabeza en alto, continuando con nuestros planes, aunque nuestros ingresos no sólo provengan del grupo, sino de otras actividades dentro del ámbito cultural, como las clases online y labores de producción”, comenta Jerónimo González, miembro de esta banda y descendiente de varias generaciones soneras de México.

La pregunta es: ¿hasta cuándo se reanudarán los conciertos? En las oficinas del gobierno de Claudia Sheinbaum ya hay contemplados eventos masivos para diciembre en el Zócalo, como la proyección gratuita por los 20 años de la película Amores perros. Sin embargo, apenas esta semana Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud dijo que la pandemia se extendería hasta marzo de 2021... Lo único seguro es la incertidumbre.

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