Posee una mirada profunda, retadora, su presencia impone y atemoriza, su belleza cautiva. Se trata de Akala, hermosa pantera negra que recién llegó al Parque Tangamanga, oasis natural en la jungla de asfalto de la capital de San Luis Potosí.
En el mundo existen 64 mil ejemplares de pantera; es una especie amenazada; en México se cuentan apenas 7,000 y una de ellas está en territorio potosino.
Las panteras negras son jaguares con melanismo, es decir, su pelaje adquiere genéticamente un único color negro.
Akala se encuentra en la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) que alberga y protege a unos 300 animales, la mayoría han sido decomisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa); en este espacio podemos encontrar faisanes, martuchas, mapaches, tecolotes, urracas, halcones, cocodrilos, coyotes, así como Nala una puma de circo rescatada en el municipio de Charcas y Pazum el precioso jaguar huasteco que llegó al parque en febrero del año pasado y que desde entonces espera la llegada de su alma gemela como una esperanza de conservación de la amenazada especie.
Uno de los objetivos de la UMA es que la población haga conciencia de la importancia de la preservación de la fauna de nuestro planeta.
Marco Sergio Arévalo, director del parque Tangamanga l dijo que la pantera negra era esperada desde el año pasado porque la idea es que sea la pareja de Pazum para que puedan reproducirse.
“La intención es esa, traerla, procrearlos, quedarnos con una cría, y llevarlos a la Unidad de Manejo Ambiental de la Huasteca Potosina, porque los jaguares viven en espacios de mayores hectáreas y en ese tipo de entorno natural”.