Hay un personaje en el deporte potosino, que es muy conocido, se llama Arturo o armando Leyva y le dicen El Olímpico, esto por que varios años de su vida se la pasó viviendo en el Comité Olímpico Mexicano.
Algunos dicen que tiene un problema mental, pero gracias a su creatividad y su forma de ser, llegó a convencer a varios entrenadores para que lo dejaran viviendo en el Comité Olímpico.
Dicen, los que lo conocieron ahí, que esto fue antes de la Olimpiada de México y que llegaba con algún entrenador, digamos que con el de atletismo, el caso es que le decía: mire, yo vengo de San Luis Potosí, mis pruebas son esta y esta y mis tiempos son tales.
Ante eso, los entrenadores se interesaban y le decían que se quedara concentrado y cuando llegaba el momento de entrenar, El Olímpico sacaba como escusa que estaba lesionado y con esto ganaba unos meses para quedarse en ese lugar.
Lo que también favorecía a nuestro personaje, es que realmente tenía un cuerpo muy atlético y esto convencía a los entrenadores.
Ya cuando los entrenadores se daban cuenta de que no tenía los tiempos que él había dicho, pues lo sacaban de la selección, pero lo que hacía este personaje es que se iba con el entrenador de otro deporte y así recorrió varias disciplinas y estuvo varios meses en ese lugar de concentración deportiva.
Todo esto, lejos de ser una acusación o un reproche, es una exaltación a su capacidad de convencimiento, su creatividad y que realmente le gustan y sabe de los deportes.
Hay mucha gente en nuestra ciudad que estima mucho al Olímpico y que le reconocen su trayectoria y sólo por mencionar a algunas de esas personas, está Fernando Montelongo, Ricardo “Cero” Monreal y Juan Monsiváis. Para ellos, el tema del Olímpico, no es motivo de risa, si no motivo de reconocimiento