Un concierto de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí realizado el 21 de enero de 2014 en el Palacio de Bellas Artes, de la Ciudad de México, y que marcó el debut como solista del pianista ruso con arraigo potosino Vladimir Petrov, será el programa que se transmitirá este viernes 24 de julio a las 9 de la noche y domingo 26, a la 1 de la tarde a través del Canal 13 local como parte de la programación virtual #CulturaVivaEnCasa que presenta la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí por la contingencia COVID-19.
Escrita por Sergéi Prokófiev durante un viaje que realizó a Estados Unidos en 1919 y estrenada un año después, la Ob. sobre Temas Hebreos será la obra con que iniciará esta transmisión. Originalmente se creó para clarinete, piano y cuarteto de cuerdas, y en 1924 se orquestó con el Op. 34b. Esta pieza surge por encargo del grupo Simro (Zimro), quienes habían emigrado de la Unión Soviética a Nueva York. Le entregaron una libreta con canciones populares hebreas y como en la música popular judía se reflejan aspectos de felicidad, tragedia y a la vez es festiva, con mucha fuerza y se ve vívidamente, ha servido de inspiración a innumerables músicos, como Prokofiev, en cuya obra pueden encontrarse abundantes disonancias y un estilo excesivamente sonoro y que marcaron su estilo, con una inagotable fantasía y asombrosa capacidad para crear hermosas y sugestivas melodías.
Luego veremos a un muy joven Vladimir Petrov por primera vez como solista con orquesta en el emblemático Palacio de Bellas Artes interpretar el Concierto para Piano no. 1 en Mi menor, Op. 11, de Frédéric Chopin. Escrito en Varsovia, cuando Chopin tenía entre 19 y 20 años, realmente se trata del segundo de los conciertos para piano del músico polaco, pero al publicarse primero, recibió esa nomenclatura. Esta pieza la dedicó a Friedrich Kalkbrenner y como en muchas de sus obras, puede reconocerse el homenaje a su tierra natal. Su estreno se realizó en una de las numerosas veladas organizadas para despedir al virtuoso joven que abandonaba Varsovia con la idea de estar fuera quizá "unos tres años", pero que jamás regresaría.
Se trata de una pieza integrada por tres movimientos y en donde el piano es abiertamente el protagonista, con la orquesta en un plano secundario (encargada de la exposición inicial de los temas y de subrayar los momentos de gran expresividad en apoyo al solista). Con una escritura pianística sin igual, esta obra marcó el debut del entonces pianista de 16 años Vladimir Petrov, quien nació en Rusia en 1997 y se nacionalizó mexicano y actualmente estudia en el Conservatorio Tchaikovsky, de Moscú, con la gran pianista Eliso Virsaladze.
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