Cristina Villegas, crítica de arte, habla en exclusiva para “El Sol de San Luis”, y nos describe una analogía acerca de la interesante y conmovedora exposición “Machete al “Machote”, la cual se exhibe en las galería “Las Bóvedas”, y muestra fotografías muy dolorosas apegadas a la realidad, como es la violencia contra la mujer y los terribles feminicidios de los que han sido objeto, así como muchos otros crímenes de impunidad que se han cometido en contra de la dignidad de la mujer y que demuestran el poco o nulo respeto que se le tiene al sexo débil.
Cristina Villegas, Crítica de Arte, explica a su periódico “El Sol de San Luis”:
“A las mujeres el sistema nos cruzó con la violencia de muchas formas, dolores y sonidos. El asunto se convirtió en cuestión de vida o muerte. El patriarcado nos ha arrebatado el derecho a una vida libre de violencia y el feminismo nos ha conferido de la agencia y la sobrevivencia”.
“Poder, miedo y complicidad son algunas de las herramientas de las que se han hecho los machotes aquí denunciados a los que hoy, desde el plano emocional y catártico, les estamos devolviendo el machetazo”.
“Sahiye Cruz Villegas, la autora y gestora de esta exposición donde colaboramos otras mujeres, se dio la tarea de recopilar el nombre de agresores denunciados públicamente o algunos no denunciados todavía, porque a la semejanza de sus figuras están hechas nuestras memorias de violencia y estos cuerpos, casi consumados por la angustia y las náuseas, se reúnen aquí para defenderse a nombre de las víctimas de estos y otros hombres”.
“Machete al machote es, además, un espacio de visibilización ante un mundo que escupe odio contra la resistencia de las niñas y mujeres que estamos armadas con la defensa feminista y que acuerpamos por ti, por nosotras y por todas desde las libres gotas de sangrado menstrual hasta nuestros pies invadiendo las aceras junto a los gritos que demandan dignidad y vida”.
“La pobre lectura que muchas personas han dado sobre el feminismo les ha impedido reconocer que las mujeres no estamos reproduciendo más violencia; que cuando decimos “machete al machote” o “miembro masculino violador a la licuadora” en realidad no se está ejecutando ninguna de las dos acciones, sino que es el acto de la denuncia porque ayer, hoy y mañana lo decimos: haremos ruido, el que podamos, porque nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio.
Entretanto, el mundo sigue su rumbo: mientras que las mujeres intervenimos paredes que no respiran ni sienten, mientras que se gritan consignas en las calles y universidades, mientras que se rompen piñatas a la imagen de agresores como síntoma de nuestro rechazo, tanto ellos como toda misoginia reproducida en mentes patriarcales van a poder seguir viviendo en la tranquilidad de un país donde, en lo que va hasta octubre de 2019, se han cometido más de 600 feminicidios.
Parece que les irritan más las denuncias que el motivo por el que las hacemos; y las niñas y mujeres desaparecidas sabrán que desde aquí, el arte y el cuerpo, estamos resistiendo sus ausencias. No se desiste al decir “¡machete al machote!” porque el machete es la defensa y el machote es la violencia. No desistimos, porque el patriarcado nos ha quitado hasta el miedo.
Así lo señaló Cristina Villegas a su periódico “El Sol de San Luis” en un tono consternado en el que refleja su dolor e impotencia ante el dolor que clama al cielo por tanta violencia contra el sexo débil sin que nadie ponga un freno a estos actos criminales indignantes que no tienen nombre.