Con gran éxito se celebran las tradicionales Posadas Navideñas de una forma muy auténtica, como lo marca la tradición, con el Rezo del Santo Rosario, el canto de villancicos después de cada Misterio, la actitud de humildad de pedir Posada, cargando a los Santos Peregrinos, y recordando así su peregrinar para pedir Posada para darle un lugar donde nacer al Redentor del mundo.
Los pequeñitos, acompañados del Padre Carlos Jorge García Noyola, encargado del Templo de San Juan de Dios, realizaron representaciones del peregrinar de San José y la Virgen María a su salida de Nazaret en camino a Belén para empadronarse en el censo ordenado por César Augusto y, posteriormente, el nacimiento de Jesucristo, el Salvador del Mundo, el Hijo de Dios, que con su ejemplo de Vida nos quiso salvar de caer en pecado.
Cabe señalar que a estas auténticas Posadas Navideñas acudieron no sólo niños, sino adultos y personas de la tercera edad que disfrutaron e inicio a fin de esta hermosa tradición católica, muy mexicana.
A todos los asistentes se les dio una bolsita de dulces como reliquia por rezar el Santo Rosario y cantarle a los Santos Peregrinos. Los infantes rompieron la tradicional piñata de 7 picos, que simbolizan los siete pecados capitales, y los dulces son los frutos por vivir una vida como la de María y José, padres de Jesús.
PARA SABER MÁS…
ORIGEN DE LAS AUTÉNTICAS POSADAS NAVIDEÑAS
Las Posadas con simbolismo católico y enseñanza moral y espiritual, se crearon desde los primeros evangelizadores, como el Fraile Agustino Diego Soria obtuvo del Papa Sixto V indulgencias para la realización de las nueve “Misas de aguinaldo” en los días anteriores a la Navidad.
En el siglo XVIII, la celebración, aunque no dejó de realizarse en las iglesias, pasó a tomar más fuerza en los barrios y en las casas, y la música religiosa fue sustituida por el canto popular.
Estas representaciones se conforman de nueve Posadas, que se inician el 16 de diciembre, y consisten en solicitar alojamiento en ese simbólico camino a Belén hasta el día 24 de diciembre, víspera del Nacimiento del Niño Jesús, del Dios hecho hombre a nuestra imagen y semejanza.
Durante este peregrinar se hacen notar las penurias por las que ellos tuvieron que pasar hasta encontrar alojamiento en un pobre y abandonado establo de Belén.