Para muchos la Navidad solo es un tiempo de regalos y familia, una temporada comercial, ocultando tras de sí, el glorioso y verdadero significado de la Navidad
El llamado “espíritu de la Navidad” que tanto se anuncia en estos días tiene como único propósito despertar el apetito comercial, banal, estomacal y hasta el apetito sensual y de protagonismo, pero jamás el apetito espiritual. Esta es una época para el derroche material, el desenfreno de la carne, la glorificación a lo efímero y el menosprecio a la memoria de quien es y a quien pertenece la Navidad.
Es como lo ha dicho Herbert W. Armstrong en su libro sobre la “la pura verdad acerca de la Navidad”, quien al referirse al mal llamado “espíritu de la época”, ha expresado lo siguiente:
“La Navidad se ha convertido en una temporada comercial. Es patrocinada, mantenida viva, por las más fuertes campañas publicitarias del año. Usted ve a un ‘Santa Claus’ enmascarado en muchas tiendas. Los anuncios nos mantienen engañados acerca del ‘hermoso espíritu navideño’.
Los medios, que venden anuncios, imprimen floridos editoriales exaltando y elogiando la temporada pagana, y su ‘espíritu’. Una ingenua población se ha impregnado tanto, que muchos se ofenden cuando se les dice la verdad.
Pero el ‘espíritu navideño’ es creado cada año, no para honrar a Cristo, ¡sino para vender mercancía! Igual que todos los engaños de Satanás, que aparece como un ‘ángel de luz’, lo hacen parecer bueno.
¡Billones de dólares son gastados en este frenesí de comercialización cada año, mientras la causa de Cristo debe sufrir! ¡Es parte del sistema económico de Babilonia! Hemos profesado ser naciones cristianas, pero estamos en Babilonia, tal como lo predijo la profecía bíblica, ¡y no lo sabemos! ‘Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas’ — las cuales vendrán pronto — es la advertencia de Apocalipsis 18:4.
Este año, en vez de intercambiar regalos, ¿por qué no adornar nuestra alma con actitudes de amor e intercambiar nuestras virtudes con los demás?”. Esta es la forma como una sociedad consumista, materialista y hasta pagana, celebra la Navidad. Usted va a observar que el gran ausente de este cumpleaños será Jesús mismo.
No le darán regalos, no le adorarán; es más, ni siquiera lo mencionaran. Así es como la humanidad sin Cristo celebrará la Navidad. No hay nada de asombroso para el mundo, pero no fue así como nació la Navidad. Toda ella está llena de hechos asombrosos. Estudiarlos nos hará amar más al Salvador.
Este año, en vez de intercambiar regalos, ¿por qué no adornar nuestra alma con actitudes de amor e intercambiar nuestras virtudes con los demás?”. Esta es la forma como una sociedad consumista,
Este año, en vez de intercambiar regalos, ¿por qué no adornar nuestra alma con actitudes de amor e intercambiar virtudes?.