/ domingo 28 de octubre de 2018

Ya vienen los muertos

Como cada año, se repite el día de los muertos, yo me pregunto, ¿Y.., estar vivos?

¿Cuándo los festejamos?, Porque el festejar a nuestros muertos tal parece que es un festejo de alegría tanatológica permanente, es un acto que se encargará de redireccionarte, consolarte y mostrarte el camino, ese camino que generalmente por obstinación, abandonamos o dejamos sin caminar cuando estamos vivos, sin percibir que la muerte es el amante de la vida, pues desde el momento en que nacemos nos acompaña, y tal vez, es lo único seguro que tenemos y que permanece junto y dentro de nosotros desde la concepción de nuestro ser, por eso hay cosas que no comprendo, como es el aborto y no soy nadie para juzgar decisiones personales, pero si tanto deseamos vivir ¿por qué querer impedir el nacer a alguien a quien concebimos? Tal vez, porque no estamos muertos y simplemente andamos de parranda sin parar, o tal vez, por aquello de que el muerto al pozo y el vivo al gozo, sin reconocer que en este mundo matraca de la muerte nadie se escapa, así que si voy a morir, espero que me maten a besos aunque no me llenen de flores, pues hasta miedo me da recordar que entre flores nacemos y con flores nos despiden, por lo que pido a mi Dios que sea generoso como el Dios Tonatiuh de la leyenda azteca donde nace la flor de Cempoal Xóchitl, quien a solicitud de Xóchitl -narra la leyenda- la convirtió en flor con los colores del Sol, para estar con Huitzilac quien con forma de colibrí llegó para entregarle toda su pasión, de ahí que ahora esta sea la flor que representa la flor de muertos con toda su alegría y colorido. Como la muerte nos anda buscando para podernos llevar prefiero me encuentre convertida en una Catrina fina y llena de elegantes y bellas vestimentas; por eso sé que soy mexicana, porque la muerte no me asusta, al contrario, simboliza la posición de nosotros, los mexicanos frente a la muerte y nos enseña que sin pertenecer a partidos políticos, sí es democrática, pues nos deja observarla, acercamos a ella no solo el día de muertos y la vemos en propios y extraños sin reconocer que es ella quien nos observa y tiene atrapados, por eso me gusta más celebrar a mis muertos como lo hacemos en México, entre comida, bebida, cempaxúchitl, papel picado y veladoras, fiesta y recuerdos encabezados por las fotos de los que partieron y regresan ese día para visitarnos y no con una fiesta de Halloween que tiene su origen en las celebraciones satánicas del año 300 entre Celtas y Fridas a San Jair, donde le ofrecían sacrificios humanos que aún se ofrecen y se basan en la Biblia Satánica donde Halloween tiene un origen demoniaco y sigue teniendo este fin, como muchos creen, no proviene de Estados Unidos de América sino de Europa y aún ahora, algunas personas pertenecientes a estas sectas satánicas hacen sacrificios el 31 de Octubre, por lo que prefiero celebrar a mis muertos entre cantos y llantos, risas y encantos, sabiendo que Dios nunca decepciona a quien en El deposita su confianza, por eso rezo con los ojos cerrados no solo por mis muertos, sino por mis vivos, pues el camino de la sanación ante una pérdida es el de la aceptación, aceptar la partida para poder entrar en duelo y verdadera sanación, ya que hay personas que viven en la negación permanente ante la ausencia de un ser querido y dejan lugar en la mesa puesta, no solo el día de muertos, sino diariamente entre los vivos y conservan sus ropajes y pertenencias pensando que así podrán seguir con ellos en vida, sin percibir que están llevando una eterna agonía y probablemente quien se fue no logre descansar por los apegos de sus vivos.

Considero que el no dar sentido a nuestra vida puede hacer que no necesitemos que lleguen los muertos a visitarnos, porque probablemente estemos muertos en vida, hay quien ante una pérdida busca el atarantamiento y se dedica a pasear y gastar y malgastarse buscando lo que se le perdió, como el Unicornio Azul, hasta que un día, tal vez sin siquiera notarlo percibe que el otro ya no está y debe encontrar de nuevo el saber ser y estar, por eso es mejor muerta que sencillita y más vale comer pan que tierra, como de cualquier forma vamos a morir, rezo porque Dios me siga dando suerte, ya que buen amor y buena muerte no hay mejor suerte y mientras celebramos este día de muertos, uno propone Dios dispone y viene el diablo y todo descompone por eso ¡Asústame Panteón¡ para no estar cerca de ti y gozar de mi razón de ser y mientras la muerte nos agarra en bicicleta y espero al menos confesada, yo deseo que celebren su día de muertos entre vivos y a los muertos los lleven siempre en los buenos recuerdos, mientras, yo espero sus comentarios con total agradecimiento en angeldesofia@yahoo.com.mx










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Como cada año, se repite el día de los muertos, yo me pregunto, ¿Y.., estar vivos?

¿Cuándo los festejamos?, Porque el festejar a nuestros muertos tal parece que es un festejo de alegría tanatológica permanente, es un acto que se encargará de redireccionarte, consolarte y mostrarte el camino, ese camino que generalmente por obstinación, abandonamos o dejamos sin caminar cuando estamos vivos, sin percibir que la muerte es el amante de la vida, pues desde el momento en que nacemos nos acompaña, y tal vez, es lo único seguro que tenemos y que permanece junto y dentro de nosotros desde la concepción de nuestro ser, por eso hay cosas que no comprendo, como es el aborto y no soy nadie para juzgar decisiones personales, pero si tanto deseamos vivir ¿por qué querer impedir el nacer a alguien a quien concebimos? Tal vez, porque no estamos muertos y simplemente andamos de parranda sin parar, o tal vez, por aquello de que el muerto al pozo y el vivo al gozo, sin reconocer que en este mundo matraca de la muerte nadie se escapa, así que si voy a morir, espero que me maten a besos aunque no me llenen de flores, pues hasta miedo me da recordar que entre flores nacemos y con flores nos despiden, por lo que pido a mi Dios que sea generoso como el Dios Tonatiuh de la leyenda azteca donde nace la flor de Cempoal Xóchitl, quien a solicitud de Xóchitl -narra la leyenda- la convirtió en flor con los colores del Sol, para estar con Huitzilac quien con forma de colibrí llegó para entregarle toda su pasión, de ahí que ahora esta sea la flor que representa la flor de muertos con toda su alegría y colorido. Como la muerte nos anda buscando para podernos llevar prefiero me encuentre convertida en una Catrina fina y llena de elegantes y bellas vestimentas; por eso sé que soy mexicana, porque la muerte no me asusta, al contrario, simboliza la posición de nosotros, los mexicanos frente a la muerte y nos enseña que sin pertenecer a partidos políticos, sí es democrática, pues nos deja observarla, acercamos a ella no solo el día de muertos y la vemos en propios y extraños sin reconocer que es ella quien nos observa y tiene atrapados, por eso me gusta más celebrar a mis muertos como lo hacemos en México, entre comida, bebida, cempaxúchitl, papel picado y veladoras, fiesta y recuerdos encabezados por las fotos de los que partieron y regresan ese día para visitarnos y no con una fiesta de Halloween que tiene su origen en las celebraciones satánicas del año 300 entre Celtas y Fridas a San Jair, donde le ofrecían sacrificios humanos que aún se ofrecen y se basan en la Biblia Satánica donde Halloween tiene un origen demoniaco y sigue teniendo este fin, como muchos creen, no proviene de Estados Unidos de América sino de Europa y aún ahora, algunas personas pertenecientes a estas sectas satánicas hacen sacrificios el 31 de Octubre, por lo que prefiero celebrar a mis muertos entre cantos y llantos, risas y encantos, sabiendo que Dios nunca decepciona a quien en El deposita su confianza, por eso rezo con los ojos cerrados no solo por mis muertos, sino por mis vivos, pues el camino de la sanación ante una pérdida es el de la aceptación, aceptar la partida para poder entrar en duelo y verdadera sanación, ya que hay personas que viven en la negación permanente ante la ausencia de un ser querido y dejan lugar en la mesa puesta, no solo el día de muertos, sino diariamente entre los vivos y conservan sus ropajes y pertenencias pensando que así podrán seguir con ellos en vida, sin percibir que están llevando una eterna agonía y probablemente quien se fue no logre descansar por los apegos de sus vivos.

Considero que el no dar sentido a nuestra vida puede hacer que no necesitemos que lleguen los muertos a visitarnos, porque probablemente estemos muertos en vida, hay quien ante una pérdida busca el atarantamiento y se dedica a pasear y gastar y malgastarse buscando lo que se le perdió, como el Unicornio Azul, hasta que un día, tal vez sin siquiera notarlo percibe que el otro ya no está y debe encontrar de nuevo el saber ser y estar, por eso es mejor muerta que sencillita y más vale comer pan que tierra, como de cualquier forma vamos a morir, rezo porque Dios me siga dando suerte, ya que buen amor y buena muerte no hay mejor suerte y mientras celebramos este día de muertos, uno propone Dios dispone y viene el diablo y todo descompone por eso ¡Asústame Panteón¡ para no estar cerca de ti y gozar de mi razón de ser y mientras la muerte nos agarra en bicicleta y espero al menos confesada, yo deseo que celebren su día de muertos entre vivos y a los muertos los lleven siempre en los buenos recuerdos, mientras, yo espero sus comentarios con total agradecimiento en angeldesofia@yahoo.com.mx










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