/ martes 8 de febrero de 2022

Y, ¿qué es, lo que realmente importa?

En esta vida, no todo es importante No vivamos tensionados, por dar tanta importancia, a lo que no es tan importante.

Las cosas, no son el absoluto, hay situaciones, que son muy relativas; pero nosotros, las atendemos, como si fueran lo único, y hasta lo último.

Y por esa importancia, tan subjetiva, hacemos de lo pequeño algo muy grande. Y lo que es poco significativo, nos roba la , y arrebata el sueño.

Ortega decía: que la vida está hecha a base de importancias, lo que hoy somos y tenemos, es aquello, a lo que en un tiempo, le concedimos una exagerada importancia.

Por eso, hay que discernir, cuando haya que decidir. Ya que por no pensar, sacrificamos lo más por lo menos. Y todo, porque hacemos absoluto, lo que tan solo es relativo.

Bien sabemos, que no puede atenderse todo. Ya que la vida, es un abanico de posibilidades. Y por eso mismo, hay que saber valorar, lo que realmente es importante.

Hay cuestiones de poca importancia, que nosotros hemos engrandecido, hasta hacer de ellas, un gigante que acaba por aplastarnos.

Si queremos librarnos de tantas presiones, no le demos tanto interés a lo que es pasajero.

Así, lo dijo Jesús: Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”.(Lc.10,41-42).

En esta vida, no todo es importante No vivamos tensionados, por dar tanta importancia, a lo que no es tan importante.

Las cosas, no son el absoluto, hay situaciones, que son muy relativas; pero nosotros, las atendemos, como si fueran lo único, y hasta lo último.

Y por esa importancia, tan subjetiva, hacemos de lo pequeño algo muy grande. Y lo que es poco significativo, nos roba la , y arrebata el sueño.

Ortega decía: que la vida está hecha a base de importancias, lo que hoy somos y tenemos, es aquello, a lo que en un tiempo, le concedimos una exagerada importancia.

Por eso, hay que discernir, cuando haya que decidir. Ya que por no pensar, sacrificamos lo más por lo menos. Y todo, porque hacemos absoluto, lo que tan solo es relativo.

Bien sabemos, que no puede atenderse todo. Ya que la vida, es un abanico de posibilidades. Y por eso mismo, hay que saber valorar, lo que realmente es importante.

Hay cuestiones de poca importancia, que nosotros hemos engrandecido, hasta hacer de ellas, un gigante que acaba por aplastarnos.

Si queremos librarnos de tantas presiones, no le demos tanto interés a lo que es pasajero.

Así, lo dijo Jesús: Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”.(Lc.10,41-42).