/ domingo 14 de octubre de 2018

¿Y el elefante apá?

Recién tomaron posesión de sus cargos los nuevos funcionarios y ya nuestro hermoso San Luis de las Tunas y el Nopal parece un campo de batalla, en donde los dimes y diretes están a la orden del día. Qué decepción de los votantes, que sus gallos, con tan poca altura se hayan mareado, y no madreado como muchos quisieran, pero si siguen así puede y lleguen a ese rango.

Bien dice el refrán que: “En boca cerrada no entran moscas” o bien aquel que señala que “Calladito te ves más bonito”, porque mire usted, ellos pelearon para sacar al buey de la barranca, o sea, para que Juan Pueblo y María Ciudadana tengan una mejor calidad de vida y en lugar de eso están tirando buscapiés para tronar a sus enemigos políticos, y eso, ¡aquí y en China no se vale!

Señores y señoras ya dejen los pleitos y venganzas y pónganse a trabajar, que para eso pelearon y los eligieron, además ya no tendrán pretexto, pues ganaran lo mismo o más que los anteriores funcionarios, pues la disminución de sus dietas, -hasta el 2019- dormirá el sueño de los justos- fecha en que se emitirá la nueva ley de remuneraciones.¿Será?

Ahora hay que esperar, para saber el final de la historia, o de plano ahí se la llevaran hasta completar la serie de seis años. Además, hay que rezar para que tomen o retomen la ética, la honradez y calidez para servir al Juan y a la María, a fin de que no se vuelva a repetir la triste y lamentable historia de algunos de sus antecesores.

Para que la espera sea menos tediosa, “El Sol de San Luis” entrega a sus fieles lectores está hermosa reflexión, que forma parte de las compilaciones del padre Fernando Castro Villanueva.

Llegó el muchacho a la pubertad y, para ser aceptado como miembro de la tribu, tenía que pasar una serie de pruebas. Humildemente se presentó ante el Consejo de Ancianos.-Ve a la selva, solo y sin armas –le dijeron. No regreses hasta que veas y seas visto por un león, una serpiente y un elefante. Mientras estés en la selva, no podrás comer ni beber nada. Si regresas sin pasar la prueba, te seguiremos todos tratando como un niño y no podrás ser un guerrero ni tener familia.

No le costó mucho encontrar al león y la serpiente. Se acercó a ellos con sigilo y no tuvo la menor duda de que ellos también le habían visto. Pero por ningún sitio aparecía un elefante.

Por varios días y noches anduvo y desanduvo todos los caminos de la selva y la sabana buscando en vano a un elefante. Su estómago crujía de hambre y sus labios resecos eran una herida de sed. Pero desechó las invitaciones de las torrenteras y de los jugosos frutos que le invitaban a quebrar la prueba. Cuando ya no podía más y estaba a punto de desfallecer, decidió regresar al poblado. Volvía derrotado, con un dolor inmenso que le pesaba en el pecho más que el hambre y la fatiga.

-Lo intenté con todas mis fuerzas, les juro que lo hice, pero no conseguí ver ningún elefante- les dijo a los ancianos con voz entrecortada.Entonces ellos le abrazaron emocionados.

-Desde este momento, eres uno más de nosotros, un verdadero miembro de la tribu. Era imposible que pudieras ver un elefante porque previamente los habíamos espantado muy lejos de nuestra comarca. Y para nosotros, más importante que ser valiente, es decir siempre la verdad.


Comentarios: altagracia_155@hotmail.com


Recién tomaron posesión de sus cargos los nuevos funcionarios y ya nuestro hermoso San Luis de las Tunas y el Nopal parece un campo de batalla, en donde los dimes y diretes están a la orden del día. Qué decepción de los votantes, que sus gallos, con tan poca altura se hayan mareado, y no madreado como muchos quisieran, pero si siguen así puede y lleguen a ese rango.

Bien dice el refrán que: “En boca cerrada no entran moscas” o bien aquel que señala que “Calladito te ves más bonito”, porque mire usted, ellos pelearon para sacar al buey de la barranca, o sea, para que Juan Pueblo y María Ciudadana tengan una mejor calidad de vida y en lugar de eso están tirando buscapiés para tronar a sus enemigos políticos, y eso, ¡aquí y en China no se vale!

Señores y señoras ya dejen los pleitos y venganzas y pónganse a trabajar, que para eso pelearon y los eligieron, además ya no tendrán pretexto, pues ganaran lo mismo o más que los anteriores funcionarios, pues la disminución de sus dietas, -hasta el 2019- dormirá el sueño de los justos- fecha en que se emitirá la nueva ley de remuneraciones.¿Será?

Ahora hay que esperar, para saber el final de la historia, o de plano ahí se la llevaran hasta completar la serie de seis años. Además, hay que rezar para que tomen o retomen la ética, la honradez y calidez para servir al Juan y a la María, a fin de que no se vuelva a repetir la triste y lamentable historia de algunos de sus antecesores.

Para que la espera sea menos tediosa, “El Sol de San Luis” entrega a sus fieles lectores está hermosa reflexión, que forma parte de las compilaciones del padre Fernando Castro Villanueva.

Llegó el muchacho a la pubertad y, para ser aceptado como miembro de la tribu, tenía que pasar una serie de pruebas. Humildemente se presentó ante el Consejo de Ancianos.-Ve a la selva, solo y sin armas –le dijeron. No regreses hasta que veas y seas visto por un león, una serpiente y un elefante. Mientras estés en la selva, no podrás comer ni beber nada. Si regresas sin pasar la prueba, te seguiremos todos tratando como un niño y no podrás ser un guerrero ni tener familia.

No le costó mucho encontrar al león y la serpiente. Se acercó a ellos con sigilo y no tuvo la menor duda de que ellos también le habían visto. Pero por ningún sitio aparecía un elefante.

Por varios días y noches anduvo y desanduvo todos los caminos de la selva y la sabana buscando en vano a un elefante. Su estómago crujía de hambre y sus labios resecos eran una herida de sed. Pero desechó las invitaciones de las torrenteras y de los jugosos frutos que le invitaban a quebrar la prueba. Cuando ya no podía más y estaba a punto de desfallecer, decidió regresar al poblado. Volvía derrotado, con un dolor inmenso que le pesaba en el pecho más que el hambre y la fatiga.

-Lo intenté con todas mis fuerzas, les juro que lo hice, pero no conseguí ver ningún elefante- les dijo a los ancianos con voz entrecortada.Entonces ellos le abrazaron emocionados.

-Desde este momento, eres uno más de nosotros, un verdadero miembro de la tribu. Era imposible que pudieras ver un elefante porque previamente los habíamos espantado muy lejos de nuestra comarca. Y para nosotros, más importante que ser valiente, es decir siempre la verdad.


Comentarios: altagracia_155@hotmail.com


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