/ viernes 21 de septiembre de 2018

Vamos a la mitad

El día de ayer se presentó el Tercer Informe de Gobierno de la administración encabezada por el Dr. Juan Manuel Carreras López, ejercicio que nos arroja el panorama actual de las metas conquistadas y retos a las que se enfrenta el gabinete en función. Práctica que tiene su raíz en la Constitución de 1824, donde se sentaron las bases jurídicas del informe presidencial, ya que en su artículo 120° establecía “que los responsables de cada Secretaría de Estado, y no el presidente, estaban obligados a dar cuenta de la situación en la que se encontraba su respectivo ramo”.

Asimismo, el artículo 63° de la Constitución de 1857 citaba: “A la apertura de sesiones del Congreso asistirá el presidente de la Unión y pronunciará un discurso en que manifieste el estado que guarda el país. El presidente del Congreso contestará en términos generales”. Norma que fue heredada por la Carta Magna de 197 ya que estipuló en su artículo 69° que el informe tendría que ser presentado, solo que en esta ocasión se precisó por escrito.

Siendo Guadalupe Victoria el primer presidente en rendir un informe presidencial, quien, a pesar de no estar obligado, se presentó ante el Congreso un 1 de enero de 1825 para dar cuenta sobre la marcha de su gobierno, creando con ello una “tradición” que se ha mantenido vigente a la fecha en nuestros presidentes de la República y demás representantes públicos.

Ejercicio que otorga beneficios a la democracia de una nación. En primera, coloca a la persona en función (llámese alcalde, gobernador o presidente) en una situación de vulnerabilidad y compromiso, donde se presenta a exponer resultados ante la ciudadanía que lo eligió. Y en segunda; entrega un esquemanecesario de transparencia y rendición de cuentas en cualquier forma de gobierno que se hace llamar democrática.

Suceso que no tiene la misma fortuna en todo el mundo, tan solo en la “Encuesta de Presupuesto Abierto 2017” elaborada por el International Budget Partnership nos arroja a países como Trinidad y Tobago, Bolivia y Venezuela como los más bajos a nivel de transparencia, siendo Bolivia y Venezuela dos de las pocas naciones que a la fecha no cuentan con una Ley Federal de Transparencia en vigor. Y colocando a México por encima del promedio en relación con otros países de América Latina.

Datos favorecedores que marcan una pauta e indican que pese a todos los retos y áreas de mejora que tenemos como país y Estado, contamos con una herramienta que podemos aprovechar para seguir cuestionando a nuestros gobernantes, estar en constante supervisión y exigir que el recurso público sea ejercido sin corrupción. Vamos a la mitad de la gestión liderada por Juan Manuel Carreras López, y aún estamos a tiempo de construir el gobierno que como ciudadanía queremos.

@guzguevara

Columnista en Jefe: Ariadna Rincón


El día de ayer se presentó el Tercer Informe de Gobierno de la administración encabezada por el Dr. Juan Manuel Carreras López, ejercicio que nos arroja el panorama actual de las metas conquistadas y retos a las que se enfrenta el gabinete en función. Práctica que tiene su raíz en la Constitución de 1824, donde se sentaron las bases jurídicas del informe presidencial, ya que en su artículo 120° establecía “que los responsables de cada Secretaría de Estado, y no el presidente, estaban obligados a dar cuenta de la situación en la que se encontraba su respectivo ramo”.

Asimismo, el artículo 63° de la Constitución de 1857 citaba: “A la apertura de sesiones del Congreso asistirá el presidente de la Unión y pronunciará un discurso en que manifieste el estado que guarda el país. El presidente del Congreso contestará en términos generales”. Norma que fue heredada por la Carta Magna de 197 ya que estipuló en su artículo 69° que el informe tendría que ser presentado, solo que en esta ocasión se precisó por escrito.

Siendo Guadalupe Victoria el primer presidente en rendir un informe presidencial, quien, a pesar de no estar obligado, se presentó ante el Congreso un 1 de enero de 1825 para dar cuenta sobre la marcha de su gobierno, creando con ello una “tradición” que se ha mantenido vigente a la fecha en nuestros presidentes de la República y demás representantes públicos.

Ejercicio que otorga beneficios a la democracia de una nación. En primera, coloca a la persona en función (llámese alcalde, gobernador o presidente) en una situación de vulnerabilidad y compromiso, donde se presenta a exponer resultados ante la ciudadanía que lo eligió. Y en segunda; entrega un esquemanecesario de transparencia y rendición de cuentas en cualquier forma de gobierno que se hace llamar democrática.

Suceso que no tiene la misma fortuna en todo el mundo, tan solo en la “Encuesta de Presupuesto Abierto 2017” elaborada por el International Budget Partnership nos arroja a países como Trinidad y Tobago, Bolivia y Venezuela como los más bajos a nivel de transparencia, siendo Bolivia y Venezuela dos de las pocas naciones que a la fecha no cuentan con una Ley Federal de Transparencia en vigor. Y colocando a México por encima del promedio en relación con otros países de América Latina.

Datos favorecedores que marcan una pauta e indican que pese a todos los retos y áreas de mejora que tenemos como país y Estado, contamos con una herramienta que podemos aprovechar para seguir cuestionando a nuestros gobernantes, estar en constante supervisión y exigir que el recurso público sea ejercido sin corrupción. Vamos a la mitad de la gestión liderada por Juan Manuel Carreras López, y aún estamos a tiempo de construir el gobierno que como ciudadanía queremos.

@guzguevara

Columnista en Jefe: Ariadna Rincón


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viernes 21 de septiembre de 2018

Vamos a la mitad

Guz Guevara