/ domingo 18 de abril de 2021

Un camino hacia Dios

El silencio, una buena oportunidad para estos tiempos, Moisés Lira Serafín

Art. 748

Nuestro país esta invadido de ruido: los acontecimientos políticos, sociales, económicos y de salud, las decisiones de las autoridades, la apatía del propio contexto social y una larga lista de situaciones que nos ensordecen.

Para tener más claridad de los actos es importante la reflexión, y para ello, el padre Moisés Lira Serafín nos propone el silencio, un escenario propicio donde haya ausencia de “ruidos”, es decir, ausencia de cosas que nos inquietan y perturban, sin embargo, hoy el entorno está lleno de ruidos estruendosos, no se diga en el ámbito político, en la inseguridad y en toda la problemática social, a eso le agregamos los ambientales, por ello esta invitación a guardar silencio nos puede llevar a tomar mejores decisiones y a ver el mundo distinto.

El silencio nos hace más cautos y no reaccionamos tan fácilmente con alteraciones, hoy todos vivimos alterados ante las situaciones caóticas y el padre Moisés nos da una solución, silencio, reflexión y comunión con nuestro Padre Dios. El silencio riguroso es hacer un esfuerzo y no hablar, solo cuando haya una emergencia, evoquemos a los tiempos iniciales de esta pandemia, donde se quedaron las calles solas, las empresas pararon, disminuyo la actividad, callamos, y se dio un silencio, aunque obligado dio resultados positivos, se comenzaron nuevas relaciones familiares o se fortalecieron las que ya había.

El silencio nos pone cerca de Jesús, señala el Padre Moisés, nos lleva a la oración y a un encuentro con él, se da un momento de recogimiento, se vuelve una práctica sana, en estos momentos urge tener estas acciones, darle un silencio consensado al mundo a nuestro entorno, a nosotros mismos. En estos momentos es fundamental estar tranquilos para rediseñar lo que vamos a hacer y caminar en paz con proyectos ante esta nueva forma de vivir y socializar.

El Padre Moisés Lira Serafín tenía mucha razón al recomendar el silencio a sus hijas ¡es precioso el silencio!, les compartía: “Durante mis dos años de noviciado tuve mi hora de oración de 11 a 12 de la noche, en el gran silencio, ¡gozaba yo tanto! ¡que hermosura es el silencio, porque es recogimiento!”

Es la oportunidad de romper con todo ruido, el bullicio que tanto nos contamina pero sobre todo es el momento de decir basta y de darnos un tiempo para interiorizar hasta llegar a un encuentro con Dios y encontrar la viabilidad a nuestros problemas, el “Apóstol de la bondad”, el Venerable Siervo de Dios, Moisés Lira Serafín, un hombre del pasado, hoy vivo en el presente nos motiva a no hacer tanto caso al ruido que nos daña y nos altera, vivamos con tranquilidad y hagamos del silencio una práctica sana y cotidiana por el bien de nuestra familias y de la sociedad. Encomiéndate a su intercesión.

El silencio, una buena oportunidad para estos tiempos, Moisés Lira Serafín

Art. 748

Nuestro país esta invadido de ruido: los acontecimientos políticos, sociales, económicos y de salud, las decisiones de las autoridades, la apatía del propio contexto social y una larga lista de situaciones que nos ensordecen.

Para tener más claridad de los actos es importante la reflexión, y para ello, el padre Moisés Lira Serafín nos propone el silencio, un escenario propicio donde haya ausencia de “ruidos”, es decir, ausencia de cosas que nos inquietan y perturban, sin embargo, hoy el entorno está lleno de ruidos estruendosos, no se diga en el ámbito político, en la inseguridad y en toda la problemática social, a eso le agregamos los ambientales, por ello esta invitación a guardar silencio nos puede llevar a tomar mejores decisiones y a ver el mundo distinto.

El silencio nos hace más cautos y no reaccionamos tan fácilmente con alteraciones, hoy todos vivimos alterados ante las situaciones caóticas y el padre Moisés nos da una solución, silencio, reflexión y comunión con nuestro Padre Dios. El silencio riguroso es hacer un esfuerzo y no hablar, solo cuando haya una emergencia, evoquemos a los tiempos iniciales de esta pandemia, donde se quedaron las calles solas, las empresas pararon, disminuyo la actividad, callamos, y se dio un silencio, aunque obligado dio resultados positivos, se comenzaron nuevas relaciones familiares o se fortalecieron las que ya había.

El silencio nos pone cerca de Jesús, señala el Padre Moisés, nos lleva a la oración y a un encuentro con él, se da un momento de recogimiento, se vuelve una práctica sana, en estos momentos urge tener estas acciones, darle un silencio consensado al mundo a nuestro entorno, a nosotros mismos. En estos momentos es fundamental estar tranquilos para rediseñar lo que vamos a hacer y caminar en paz con proyectos ante esta nueva forma de vivir y socializar.

El Padre Moisés Lira Serafín tenía mucha razón al recomendar el silencio a sus hijas ¡es precioso el silencio!, les compartía: “Durante mis dos años de noviciado tuve mi hora de oración de 11 a 12 de la noche, en el gran silencio, ¡gozaba yo tanto! ¡que hermosura es el silencio, porque es recogimiento!”

Es la oportunidad de romper con todo ruido, el bullicio que tanto nos contamina pero sobre todo es el momento de decir basta y de darnos un tiempo para interiorizar hasta llegar a un encuentro con Dios y encontrar la viabilidad a nuestros problemas, el “Apóstol de la bondad”, el Venerable Siervo de Dios, Moisés Lira Serafín, un hombre del pasado, hoy vivo en el presente nos motiva a no hacer tanto caso al ruido que nos daña y nos altera, vivamos con tranquilidad y hagamos del silencio una práctica sana y cotidiana por el bien de nuestra familias y de la sociedad. Encomiéndate a su intercesión.