/ domingo 21 de marzo de 2021

Un camino hacia dios


En silencio caminemos con Dios», Moisés Lira Serafín Art. 744


Pareciera que poco a poco se vuelve a la normalidad, los centros de esparcimiento, plazas y mercados con mucha concurrencia. El bullicio y ruido de la ciudad darían la apariencia de que “ya la libramos”, sin embargo, la realidad es otra, no podemos engañarnos, se sigue infectando y muriendo gente todos los días. La relajación permite que nuevamente vengan días complicados, nuestro país sigue siendo uno de los más lentos en su campaña de vacunación, y un semáforo miope que solo mueve a las masas.

El “Apóstol de la bondad” nos invita a cambiar el ruido y algarabía inconsciente por un espacio de silencio, de análisis de lo que nos ha ocurrido en los últimos doce meses. No es tiempo de dar campanadas, debemos ser resilientes ante la desgracia de muchas familias, las pérdidas económicas y laborales. Los daños apenas se están contando y las almas están abolladas, sin embargo, ahí ha estado Dios siempre dispuesto a darnos la mano. En estos tiempos Nuestro Señor nos comparte, a través del padre Moisés Lira Serafín, “palabritas para vuestras almas tan amadas de Dios, que os lleven paz y bendición en Jesús y María”. Cuanto necesitamos de paz interior en estos momentos y también de paz social. Necesitamos decisiones claras de la autoridad y caminos menos sinuosos.

“Dios ama mucho la soledad y no el ruido”, en la soledad, en el silencio y en el recogimiento es en donde Dios se nos revela, se nos comunica, y nos da todo lo que necesitamos. Hagamos silencio y una pausa en nuestra vida, después de este monstruo conflagratorio que nos ha atropellado, queda claro que siempre hay oportunidades, que está en nosotros, en nuestra voluntad, coraje y decisión y lo más importante que Dios siempre nos acompaña. Hagamos un gran silencio como pueblo para hacer esa catarsis y reencontrarnos en la calma para poder actuar con sencillez y amplio criterio para empujar a nuestras familias a ser positivos, participativos en la sociedad y no pensar ni imaginarnos cosas inútiles o que nos quiten la paz.

El sabio calla, y el pueblo es sabio ante tantos acontecimientos. Recordar que un alma pequeña debe ser un alma callada, así nos invita el padre Moisés, a un encuentro con Dios acompañado del silencio, de la mesura y de un corazón lleno de espiritualidad, alegre y fortificado listo para dar la batalla y encontrar el nuevo rumbo donde seguro habrá decisiones acertadas.

Dejar los distractores como la disipación, la soberbia, la pereza y la poca generosidad, si quitamos estos vicios, actuaremos sanos, humildes, pequeños y obedientes, pero sobre todo muy unidos con Dios, abandonados en Él. El presente es nuestro, no tengamos miedo, en silencio busquemos las soluciones a las distintas problemáticas, Dios está con nosotros y el Padre Moisés Lira Serafín un hombre del pasado hoy vivo en el presente nos invita a actuar en un silencio en comunión con nuestro Padre Dios.


En silencio caminemos con Dios», Moisés Lira Serafín Art. 744


Pareciera que poco a poco se vuelve a la normalidad, los centros de esparcimiento, plazas y mercados con mucha concurrencia. El bullicio y ruido de la ciudad darían la apariencia de que “ya la libramos”, sin embargo, la realidad es otra, no podemos engañarnos, se sigue infectando y muriendo gente todos los días. La relajación permite que nuevamente vengan días complicados, nuestro país sigue siendo uno de los más lentos en su campaña de vacunación, y un semáforo miope que solo mueve a las masas.

El “Apóstol de la bondad” nos invita a cambiar el ruido y algarabía inconsciente por un espacio de silencio, de análisis de lo que nos ha ocurrido en los últimos doce meses. No es tiempo de dar campanadas, debemos ser resilientes ante la desgracia de muchas familias, las pérdidas económicas y laborales. Los daños apenas se están contando y las almas están abolladas, sin embargo, ahí ha estado Dios siempre dispuesto a darnos la mano. En estos tiempos Nuestro Señor nos comparte, a través del padre Moisés Lira Serafín, “palabritas para vuestras almas tan amadas de Dios, que os lleven paz y bendición en Jesús y María”. Cuanto necesitamos de paz interior en estos momentos y también de paz social. Necesitamos decisiones claras de la autoridad y caminos menos sinuosos.

“Dios ama mucho la soledad y no el ruido”, en la soledad, en el silencio y en el recogimiento es en donde Dios se nos revela, se nos comunica, y nos da todo lo que necesitamos. Hagamos silencio y una pausa en nuestra vida, después de este monstruo conflagratorio que nos ha atropellado, queda claro que siempre hay oportunidades, que está en nosotros, en nuestra voluntad, coraje y decisión y lo más importante que Dios siempre nos acompaña. Hagamos un gran silencio como pueblo para hacer esa catarsis y reencontrarnos en la calma para poder actuar con sencillez y amplio criterio para empujar a nuestras familias a ser positivos, participativos en la sociedad y no pensar ni imaginarnos cosas inútiles o que nos quiten la paz.

El sabio calla, y el pueblo es sabio ante tantos acontecimientos. Recordar que un alma pequeña debe ser un alma callada, así nos invita el padre Moisés, a un encuentro con Dios acompañado del silencio, de la mesura y de un corazón lleno de espiritualidad, alegre y fortificado listo para dar la batalla y encontrar el nuevo rumbo donde seguro habrá decisiones acertadas.

Dejar los distractores como la disipación, la soberbia, la pereza y la poca generosidad, si quitamos estos vicios, actuaremos sanos, humildes, pequeños y obedientes, pero sobre todo muy unidos con Dios, abandonados en Él. El presente es nuestro, no tengamos miedo, en silencio busquemos las soluciones a las distintas problemáticas, Dios está con nosotros y el Padre Moisés Lira Serafín un hombre del pasado hoy vivo en el presente nos invita a actuar en un silencio en comunión con nuestro Padre Dios.