/ domingo 22 de noviembre de 2020

Un Camino hacia Dios

«A los humildes y pequeños Dios no les niega nada»

Moisés Lira Serafín Art. 727

El Padre Moisés propone un camino sencillo por medio del cual podemos estar unidos constantemente a nuestro Señor, la oración y el recogimiento. Pero para poder vivir en la presencia de nuestro Padre Dios, es necesario evitar la disipación, es decir el estar pendientes de todo, menos de nuestro interior.

¡La disipación!, escribe el Padre Moisés, «se puede decir, es la madre de todos los vicios, porque, si no los produce, los encubre. Hay dos clases de disipación: la interior y la exterior.

Disipación exterior es que, en la calle, en los tranvías, camiones y coches, nos derramamos en todo lo que vemos. Todos nuestros sentidos los derramamos en todo lo que pasa: con la vista fijándonos en lo que no nos importa, en los vestidos, en las personas, en los paradores, en las pinturas. Todo lo vemos. Si se trata de lecturas, todo lo que nos cae en la mano. No se trata ya de lecturas o revistas malas, pues ésas, se entiende que deben ser excluidas, sino libros y revistas sin importancia, ligeras. No fijarnos en tal o cual persona que nos pueda hacer daño, que nos aparte de Dios. Por los oídos, oyendo todo lo que nos dicen y lo que no nos dicen también. Por las palabras diciendo todo lo que se nos ocurre y lo que no nos preguntan.

La disipación interior es no pensar en Dios, viviendo en todo menos en Dios. Un alma que no hace oración, no es recogida, es disipada. Un alma que le cuesta trabajo recogerse en el templo, en una visita a nuestro Señor, no es recogida, no es alma de oración y sin la oración no hay recogimiento.

El recogimiento es todo lo contrario a la disipación. Debemos ser recogidos, estar unidos con Dios en todo momento, en todas partes. No disiparnos, al contrario, recoger nuestra alma en Dios. Vivir de Él, en la calle, en los tranvías, en la casa, en todas partes, no olvidarlo, tener su presencia siempre delante.

Pero no seremos almas interiores si no somos almas de oración, o si esta oración no la hacemos bien por falta de recogimiento.

Pidamos a Dios a Dios todos los días la gracia del recogimiento, con sencillez y humildad», a los humildes y pequeños Dios no les niega nada, sobre todo, si lo que se le pide es precisamente vivir en su presencia, evitando las distracciones que nos hacen perder la paz, la tranquilidad, nos hace perder a Dios y por ende nuestra paz y felicidad.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín y comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com

«A los humildes y pequeños Dios no les niega nada»

Moisés Lira Serafín Art. 727

El Padre Moisés propone un camino sencillo por medio del cual podemos estar unidos constantemente a nuestro Señor, la oración y el recogimiento. Pero para poder vivir en la presencia de nuestro Padre Dios, es necesario evitar la disipación, es decir el estar pendientes de todo, menos de nuestro interior.

¡La disipación!, escribe el Padre Moisés, «se puede decir, es la madre de todos los vicios, porque, si no los produce, los encubre. Hay dos clases de disipación: la interior y la exterior.

Disipación exterior es que, en la calle, en los tranvías, camiones y coches, nos derramamos en todo lo que vemos. Todos nuestros sentidos los derramamos en todo lo que pasa: con la vista fijándonos en lo que no nos importa, en los vestidos, en las personas, en los paradores, en las pinturas. Todo lo vemos. Si se trata de lecturas, todo lo que nos cae en la mano. No se trata ya de lecturas o revistas malas, pues ésas, se entiende que deben ser excluidas, sino libros y revistas sin importancia, ligeras. No fijarnos en tal o cual persona que nos pueda hacer daño, que nos aparte de Dios. Por los oídos, oyendo todo lo que nos dicen y lo que no nos dicen también. Por las palabras diciendo todo lo que se nos ocurre y lo que no nos preguntan.

La disipación interior es no pensar en Dios, viviendo en todo menos en Dios. Un alma que no hace oración, no es recogida, es disipada. Un alma que le cuesta trabajo recogerse en el templo, en una visita a nuestro Señor, no es recogida, no es alma de oración y sin la oración no hay recogimiento.

El recogimiento es todo lo contrario a la disipación. Debemos ser recogidos, estar unidos con Dios en todo momento, en todas partes. No disiparnos, al contrario, recoger nuestra alma en Dios. Vivir de Él, en la calle, en los tranvías, en la casa, en todas partes, no olvidarlo, tener su presencia siempre delante.

Pero no seremos almas interiores si no somos almas de oración, o si esta oración no la hacemos bien por falta de recogimiento.

Pidamos a Dios a Dios todos los días la gracia del recogimiento, con sencillez y humildad», a los humildes y pequeños Dios no les niega nada, sobre todo, si lo que se le pide es precisamente vivir en su presencia, evitando las distracciones que nos hacen perder la paz, la tranquilidad, nos hace perder a Dios y por ende nuestra paz y felicidad.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín y comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com