/ domingo 4 de octubre de 2020

Un camino hacia Dios

« El humilde será ensalzado »

Continuando con las palabras que Jesús dirigió a sus discípulos, se puede afirmar sin lugar a equivocarse, todo aquel que se gloría de lo que tiene, hace o dice, no es bien visto, más bien se le hace a un lado y se le coloca en el lugar que la gente cree que es el mejor, casi siempre se le ignora.

En este sentido Jesús mencionó muchos ejemplos alusivos y con una gran claridad para que se entendiera perfectamente. De igual forma las palabras de Teresa de Ávila tienen una importante aplicación, “actuar con humildad es actuar con verdad”, porque no significa que adoptemos una falsa postura para llamar la atención o despertar misericordia o compasión.

El Padre Moisés Lira Serafín fue un prototipo de fe y humildad. Primero esperó con toda paciencia, a que el Padre Félix de Jesús Rougier lo invitara formalmente a fundar la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, y en todo obedecía las indicaciones que se le daban. Aunque el ambiente de la nación era muy negativo, especialmente lo relacionado con lo religioso, sin embargo, aquí manifestó su gran fe y esperanza en Santa María de Guadalupe, bajo cuyo manto quisieron realizar dicha fundación, este acto se llevó a cabo tal y como lo tenían pensado las personas invitadas para darle la debida formalidad. Era un 25 de diciembre de 1914, en la capilla de las Rosas, ubicada en la Villa de Guadalupe. Fue en una forma muy sencilla para no llamar la atención, pues la ley de Calles era muy estricta en relación a los templos, los sacerdotes y el ejercicio del culto. Por fortuna no se presentó ningún contratiempo, pero sí debieron de tener toda la prudencia necesaria.

La fe en el Padre Moisés Lira era una virtud muy propia, por eso él afirmaba “creamos como niños todo y, dejemos que esta fe nos disminuya más y más, enfocándola toda a Dios nuestro Padre”. Concluye en una de sus cartas, diciendo: “pidamos a Dios una fe viva en Él, Padre nuestro, creamos en Él, esperemos en Él, amémoslo porque es nuestro Padre”.

Estas palabras del padre Moisés ojalá despierten una gran inquietud, dado que actualmente el idioma que se utiliza en el mundo entero, es el de querer quedar bien para llamar la atención y recibir los aplausos, pero nos dejan en realidad en el último lugar, porque Cristo Jesús afirmó que los “primeros serán los últimos, y los últimos los primeros”, y que quien quiera ser grande se haga pequeño, el padre Moisés le creyó, por eso se dejó hacer “pequeño”.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín y comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; tel: 444 813 2309;

mail:

causamoisesliraserafin@gmail.com

e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com

« El humilde será ensalzado »

Continuando con las palabras que Jesús dirigió a sus discípulos, se puede afirmar sin lugar a equivocarse, todo aquel que se gloría de lo que tiene, hace o dice, no es bien visto, más bien se le hace a un lado y se le coloca en el lugar que la gente cree que es el mejor, casi siempre se le ignora.

En este sentido Jesús mencionó muchos ejemplos alusivos y con una gran claridad para que se entendiera perfectamente. De igual forma las palabras de Teresa de Ávila tienen una importante aplicación, “actuar con humildad es actuar con verdad”, porque no significa que adoptemos una falsa postura para llamar la atención o despertar misericordia o compasión.

El Padre Moisés Lira Serafín fue un prototipo de fe y humildad. Primero esperó con toda paciencia, a que el Padre Félix de Jesús Rougier lo invitara formalmente a fundar la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, y en todo obedecía las indicaciones que se le daban. Aunque el ambiente de la nación era muy negativo, especialmente lo relacionado con lo religioso, sin embargo, aquí manifestó su gran fe y esperanza en Santa María de Guadalupe, bajo cuyo manto quisieron realizar dicha fundación, este acto se llevó a cabo tal y como lo tenían pensado las personas invitadas para darle la debida formalidad. Era un 25 de diciembre de 1914, en la capilla de las Rosas, ubicada en la Villa de Guadalupe. Fue en una forma muy sencilla para no llamar la atención, pues la ley de Calles era muy estricta en relación a los templos, los sacerdotes y el ejercicio del culto. Por fortuna no se presentó ningún contratiempo, pero sí debieron de tener toda la prudencia necesaria.

La fe en el Padre Moisés Lira era una virtud muy propia, por eso él afirmaba “creamos como niños todo y, dejemos que esta fe nos disminuya más y más, enfocándola toda a Dios nuestro Padre”. Concluye en una de sus cartas, diciendo: “pidamos a Dios una fe viva en Él, Padre nuestro, creamos en Él, esperemos en Él, amémoslo porque es nuestro Padre”.

Estas palabras del padre Moisés ojalá despierten una gran inquietud, dado que actualmente el idioma que se utiliza en el mundo entero, es el de querer quedar bien para llamar la atención y recibir los aplausos, pero nos dejan en realidad en el último lugar, porque Cristo Jesús afirmó que los “primeros serán los últimos, y los últimos los primeros”, y que quien quiera ser grande se haga pequeño, el padre Moisés le creyó, por eso se dejó hacer “pequeño”.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín y comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; tel: 444 813 2309;

mail:

causamoisesliraserafin@gmail.com

e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com