/ domingo 14 de junio de 2020

Un camino hacia Dios


« Llevar nuestra cruz, no arrastrando sino con alegría » Moisés Lira Serafín

Art. 704

La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos (Mt 9,37). Este evangelio nos plantea la cuestión de la tarea apostólica de los cristianos en medio del mundo. Jesús recorría ciudades y pueblos anunciando la buena nueva del reino y sanando toda enfermedad y dolencia (Mt 9,35).

Las virtudes, que debe vivir aquel que ha recibido el llamado a ser cristiano, requieren necesariamente la virtud del sacrificio. El padre Moisés Lira Serafín, “Apóstol de la Bondad”, nos dice que el sacrificio es una virtud que debemos practicar, y que sin esta virtud nada podríamos hacer. Todo acto de virtud implica forzosamente el sacrificio, explica en que consiste: “El sacrificio es el olvido de nosotros mismos, la muerte de ese ‘yo’, que quiere únicamente su comodidad, y para hacer el bien necesariamente debemos sacrificarnos, para darnos a las almas; si queremos hacer algún bien, debemos sacrificarnos por los demás”.

Cristo nos dice que la acción cristiana en el mundo tiene un doble, inseparable objetivo, a saber, el anuncio del reino y la atención a los problemas materiales, humano-sociales, de los hombres.

En la espiritualidad del padre Moisés son claras estas dos dimensiones: “si nuestro ideal es ser como Jesús, si debemos imitarlo en su obediencia, docilidad y en todas las virtudes, también debemos imitarlo en su espíritu de sacrificio, en su amor a la Cruz”, pero, notemos que en sus escritos nos invita, no sólo a amar la cruz, sino a “llevar nuestra cruz con alegría, no arrastrando... y para esto, la llevaremos en unión con Jesús; ahí está el secreto, vivir unidos con Dios y, entonces. Sabremos amar la Cruz!”

Hoy, como en tiempos de Cristo, la Iglesia sigue respondiendo al encargo apostólico-misionero, que el evangelio de hoy nos recuerda. Siendo el sufrimiento parte de nuestra vida humana, podemos darle valor redentor uniendo nuestro dolor al dolor de Cristo. Cuánto bien nos hará saber que nuestra vida toda, aún en la enfermedad y en el sufrimiento, si vivimos unidos a Cristo, seremos fecundos y podremos vivir con alegría, como el padre Moisés, sabiendo y esperando en que la última palabra no es la muerte, sino la vida, y vida Eterna.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, se encuentra en proceso de canonización, encomiéndate a su intercesión. Comunica favores y gracias recibidas a la oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com


« Llevar nuestra cruz, no arrastrando sino con alegría » Moisés Lira Serafín

Art. 704

La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos (Mt 9,37). Este evangelio nos plantea la cuestión de la tarea apostólica de los cristianos en medio del mundo. Jesús recorría ciudades y pueblos anunciando la buena nueva del reino y sanando toda enfermedad y dolencia (Mt 9,35).

Las virtudes, que debe vivir aquel que ha recibido el llamado a ser cristiano, requieren necesariamente la virtud del sacrificio. El padre Moisés Lira Serafín, “Apóstol de la Bondad”, nos dice que el sacrificio es una virtud que debemos practicar, y que sin esta virtud nada podríamos hacer. Todo acto de virtud implica forzosamente el sacrificio, explica en que consiste: “El sacrificio es el olvido de nosotros mismos, la muerte de ese ‘yo’, que quiere únicamente su comodidad, y para hacer el bien necesariamente debemos sacrificarnos, para darnos a las almas; si queremos hacer algún bien, debemos sacrificarnos por los demás”.

Cristo nos dice que la acción cristiana en el mundo tiene un doble, inseparable objetivo, a saber, el anuncio del reino y la atención a los problemas materiales, humano-sociales, de los hombres.

En la espiritualidad del padre Moisés son claras estas dos dimensiones: “si nuestro ideal es ser como Jesús, si debemos imitarlo en su obediencia, docilidad y en todas las virtudes, también debemos imitarlo en su espíritu de sacrificio, en su amor a la Cruz”, pero, notemos que en sus escritos nos invita, no sólo a amar la cruz, sino a “llevar nuestra cruz con alegría, no arrastrando... y para esto, la llevaremos en unión con Jesús; ahí está el secreto, vivir unidos con Dios y, entonces. Sabremos amar la Cruz!”

Hoy, como en tiempos de Cristo, la Iglesia sigue respondiendo al encargo apostólico-misionero, que el evangelio de hoy nos recuerda. Siendo el sufrimiento parte de nuestra vida humana, podemos darle valor redentor uniendo nuestro dolor al dolor de Cristo. Cuánto bien nos hará saber que nuestra vida toda, aún en la enfermedad y en el sufrimiento, si vivimos unidos a Cristo, seremos fecundos y podremos vivir con alegría, como el padre Moisés, sabiendo y esperando en que la última palabra no es la muerte, sino la vida, y vida Eterna.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, se encuentra en proceso de canonización, encomiéndate a su intercesión. Comunica favores y gracias recibidas a la oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com

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