/ domingo 17 de mayo de 2020

Un camino hacia Dios

« El camino es “Dios”, ante el sufrimiento que estamos viviendo » Moisés Lira Serafín, Art. 700

El problema de salud, aunado al económico, es el gran reto que hoy enfrenta el pueblo mexicano, una total inmolación donde cada padre de familia está preocupado por el sustento diario, el empresariado por mantener los empleos.

Hay muchos héroes en esta historia, pero resalto a los profesionales de la salud que hacen su gran esfuerzo, exponen su vida y la de su familia. Seguramente se están redactando muchas historias, como la del padre Moisés Lira Serafín de quien dio testimonio el padre Edmundo Iturbide.

Nos dice que el padre Moisés fue bendecido e inmolado, llevando la cruz en su vida, como la que hoy está viviendo en carne propia el mundo, inédito ver que ni el dinero, ni el poder salvan vidas, nos hace ver tan frágiles y en igualdad de circunstancias. El “Apóstol de la bondad” fue inmolado por la obediencia muchas veces arrancándole de las manos lo que llevaba en su corazón como un tesoro, sufrió decepciones e incomprensiones, muestras de ingratitud, en fin, sufrimientos durante toda su vida.

En este momento toda la gente está sufriendo desde su trinchera, y algunos han tenido que dar su vida; sí, hoy sabemos en carne propia que es la inmolación, pero Jesús, nuestro Señor siempre ha estado ahí.

En muchos momentos por un instintivo egoísmo, atendemos a nuestras propias penas, y nos olvidamos de nuestro entorno, cuando hoy debemos estar unidos, en familia o como sociedad buscar también consolar a los demás, como lo hacía el padre Moisés Lira.

El padre Edmundo Iturbide afirmaba que el “Apóstol de la bondad”, fue marcado con la cruz desde pequeñito, tuvo la pena de perder al ser que le diera la vida a los pocos años de nacido, pero en la inmolación Dios lo hizo fecundo en orden espiritual, dejando a su paso a Dios, a las almas entusiasmadas por la vida interior, no importándole las críticas, ni quien lo juzgara, el seguía su camino firme, y su misión que era sembrar por todas partes la semilla divina.

Hoy nos invita a sembrar para que esta semilla germine en nuestros corazones, en nuestra familia y sociedad, para que Dios siempre esté presente y juntos salgamos de esta situación que estamos viviendo y, seguramente, cambiará para bien de nuestras vidas. Hoy la historia nos da un alto y también un giro, donde ya no todo será igual, se comenzará a redactar otra historia pero nuestro Padre Dios seguirá presente iluminando el camino.

Dios sigue actuando a través de la obra del Padre Moisés Lira y de su legado espiritual, estando hoy con nosotros en una pandemia inédita, donde nos dice que el camino es el Señor, que nos abandonemos a Él y veremos los frutos. Un hombre del pasado vivo en el presente, es el Padre Moisés Lira Serafín, quien también vivió la inmolación, tal como hoy nos sentimos nosotros ante esta avalancha de problemas, nos ofrece sus palabras de aliento: el camino es Dios, nuestro amado Padre.

« El camino es “Dios”, ante el sufrimiento que estamos viviendo » Moisés Lira Serafín, Art. 700

El problema de salud, aunado al económico, es el gran reto que hoy enfrenta el pueblo mexicano, una total inmolación donde cada padre de familia está preocupado por el sustento diario, el empresariado por mantener los empleos.

Hay muchos héroes en esta historia, pero resalto a los profesionales de la salud que hacen su gran esfuerzo, exponen su vida y la de su familia. Seguramente se están redactando muchas historias, como la del padre Moisés Lira Serafín de quien dio testimonio el padre Edmundo Iturbide.

Nos dice que el padre Moisés fue bendecido e inmolado, llevando la cruz en su vida, como la que hoy está viviendo en carne propia el mundo, inédito ver que ni el dinero, ni el poder salvan vidas, nos hace ver tan frágiles y en igualdad de circunstancias. El “Apóstol de la bondad” fue inmolado por la obediencia muchas veces arrancándole de las manos lo que llevaba en su corazón como un tesoro, sufrió decepciones e incomprensiones, muestras de ingratitud, en fin, sufrimientos durante toda su vida.

En este momento toda la gente está sufriendo desde su trinchera, y algunos han tenido que dar su vida; sí, hoy sabemos en carne propia que es la inmolación, pero Jesús, nuestro Señor siempre ha estado ahí.

En muchos momentos por un instintivo egoísmo, atendemos a nuestras propias penas, y nos olvidamos de nuestro entorno, cuando hoy debemos estar unidos, en familia o como sociedad buscar también consolar a los demás, como lo hacía el padre Moisés Lira.

El padre Edmundo Iturbide afirmaba que el “Apóstol de la bondad”, fue marcado con la cruz desde pequeñito, tuvo la pena de perder al ser que le diera la vida a los pocos años de nacido, pero en la inmolación Dios lo hizo fecundo en orden espiritual, dejando a su paso a Dios, a las almas entusiasmadas por la vida interior, no importándole las críticas, ni quien lo juzgara, el seguía su camino firme, y su misión que era sembrar por todas partes la semilla divina.

Hoy nos invita a sembrar para que esta semilla germine en nuestros corazones, en nuestra familia y sociedad, para que Dios siempre esté presente y juntos salgamos de esta situación que estamos viviendo y, seguramente, cambiará para bien de nuestras vidas. Hoy la historia nos da un alto y también un giro, donde ya no todo será igual, se comenzará a redactar otra historia pero nuestro Padre Dios seguirá presente iluminando el camino.

Dios sigue actuando a través de la obra del Padre Moisés Lira y de su legado espiritual, estando hoy con nosotros en una pandemia inédita, donde nos dice que el camino es el Señor, que nos abandonemos a Él y veremos los frutos. Un hombre del pasado vivo en el presente, es el Padre Moisés Lira Serafín, quien también vivió la inmolación, tal como hoy nos sentimos nosotros ante esta avalancha de problemas, nos ofrece sus palabras de aliento: el camino es Dios, nuestro amado Padre.