/ domingo 2 de febrero de 2020

Un Camino hacia Dios


«Quien reconoce su pequeñez, no se aparta de Dios»Moisés Lira Serafín

Art. 685

“Ser pequeño es recibir ese don de Dios que nos hace amar nuestra miseria, no solamente conocerla, sino amar y gozarnos en ella, con un gozo sabroso en lo íntimo de nuestra alma, un gozo divino” El mismo Jesucristo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. (Cf Mt 11,25).

Precisamente y en relación a estos grandes conceptos, Teresa la Grande escribía: “el que se mueve en humildad se mueve en verdad”. Porque lo más importante en la vida es saber reconocer que no merecemos nada de lo que tenemos, sinoque lo recibimos gratuitamente, y con esta actitud debemos caminar, conforme nos dice Pablo de Tarso, debemos de ser agradecidos en todo momento(cf. Ef 5,20).

El padre Moisés Lira con profunda alegría y convencimiento escribía: “¡Oh! Sí, qué sabroso es pensar delante de Jesúsque nada tenemos por nosotros mismos, que todo lo esperamos de Él, que todo se lo debemos a Él y que sólo en Él nos apoyamos. ¡Cuánta alegría, todo es de Él y nada más de Él! Pero, esto es una gracia del Espíritu Santo y sin duda que Él nos la dará, si se la pedimos”.

Quien reconoce su pequeñez, “no se aparta de Dios, porque sabe que es sumamente débil; no confía en sí mismo, ni en las criaturas, está convencido de que por sí mismo nada puede, nada vale en ciertas circunstancias de su vida, por eso no se aparta de Dios. En las injusticias, en las penas justas, en las alegrías, en las penas muy hondas, en las desconcertantes de la vida, siempre está con Él, porque nada puede por sí mismo, ni sufrir, ni ver las cosas en su verdadero punto de vista. Pidámosle a Jesús: «Señor, haz que me conozca, que te conozca, que me convenza de mi nada y jamás me aparte de ti».

Sobre todo en los momentos dolorosos y desconcertantes: “Escondámonos en el corazón de Dios como verdaderos niños, abandonemos todo en las manos de Jesús que vela y cuida de sus pequeños más que una madre, como Jesús. Cuando nos detenemos en los asuntos dolorosos, sufrimos, nos dan ganas de llorar mucho, pero luego debemos dejárselos a Jesús, puede ser amor propio porque nos sentimos muy miserables, muy humillados, sin entender en la práctica que eso somos y eso merecemos. Pidamos a Jesús que aunque sintamos lo que sintamos, sigamos siempre firmes en nuestro camino: sólo Dios”.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios, Moisés Lira Serafín. Comunica tus testimonios a laOficina de la Causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; Tel: 4448132309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com


«Quien reconoce su pequeñez, no se aparta de Dios»Moisés Lira Serafín

Art. 685

“Ser pequeño es recibir ese don de Dios que nos hace amar nuestra miseria, no solamente conocerla, sino amar y gozarnos en ella, con un gozo sabroso en lo íntimo de nuestra alma, un gozo divino” El mismo Jesucristo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. (Cf Mt 11,25).

Precisamente y en relación a estos grandes conceptos, Teresa la Grande escribía: “el que se mueve en humildad se mueve en verdad”. Porque lo más importante en la vida es saber reconocer que no merecemos nada de lo que tenemos, sinoque lo recibimos gratuitamente, y con esta actitud debemos caminar, conforme nos dice Pablo de Tarso, debemos de ser agradecidos en todo momento(cf. Ef 5,20).

El padre Moisés Lira con profunda alegría y convencimiento escribía: “¡Oh! Sí, qué sabroso es pensar delante de Jesúsque nada tenemos por nosotros mismos, que todo lo esperamos de Él, que todo se lo debemos a Él y que sólo en Él nos apoyamos. ¡Cuánta alegría, todo es de Él y nada más de Él! Pero, esto es una gracia del Espíritu Santo y sin duda que Él nos la dará, si se la pedimos”.

Quien reconoce su pequeñez, “no se aparta de Dios, porque sabe que es sumamente débil; no confía en sí mismo, ni en las criaturas, está convencido de que por sí mismo nada puede, nada vale en ciertas circunstancias de su vida, por eso no se aparta de Dios. En las injusticias, en las penas justas, en las alegrías, en las penas muy hondas, en las desconcertantes de la vida, siempre está con Él, porque nada puede por sí mismo, ni sufrir, ni ver las cosas en su verdadero punto de vista. Pidámosle a Jesús: «Señor, haz que me conozca, que te conozca, que me convenza de mi nada y jamás me aparte de ti».

Sobre todo en los momentos dolorosos y desconcertantes: “Escondámonos en el corazón de Dios como verdaderos niños, abandonemos todo en las manos de Jesús que vela y cuida de sus pequeños más que una madre, como Jesús. Cuando nos detenemos en los asuntos dolorosos, sufrimos, nos dan ganas de llorar mucho, pero luego debemos dejárselos a Jesús, puede ser amor propio porque nos sentimos muy miserables, muy humillados, sin entender en la práctica que eso somos y eso merecemos. Pidamos a Jesús que aunque sintamos lo que sintamos, sigamos siempre firmes en nuestro camino: sólo Dios”.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios, Moisés Lira Serafín. Comunica tus testimonios a laOficina de la Causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., Av. Venustiano Carranza 1665, Col. Tequisquiapan, C.P. 78250 San Luis Potosí, S.L.P.; Tel: 4448132309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com