/ martes 30 de julio de 2019

Un Camino hacia Dios

Qué sabroso tener un Padre tan bueno: M. Lira Serafín. Art. 658

Los escritos del Venerable Siervo de Dios padre Moisés Lira Serafín están destinados a alimentar a todo aquel que quiera vivir como hijo pequeño de Dios Padre, a través de la Infancia Espiritual.

Es el Espíritu de Infancia Espiritual, según la doctrina del Evangelio, como lo enseña la santa Iglesia, es decir, tal como lo enseña nuestro Señor en el Evangelio. El modelo principal y primero es nuestro Señor, y Él se portó con su Padre Celestial como un chiquillo. Él dijo: Yo hago lo que quiera mi Padre (Jn 8,29) Aprendan de Mí, que soy manso y humilde de corazón (Mt 11,29) El primer maestro de Infancia Espiritual es nuestro Señor. Abramos el Evangelio con fe, busquemos y aprendamos.

Cuándo los Apóstoles le preguntaron a Jesús: Señor enséñanos a orar (Lc 11,1), fijémonos lo que contestó nuestro Señor: Cuando oren, digan a Dios: Padre nuestro (Lc11,2) Con estas palabras nos da una lección, que es el dogma hermosísimo en que debemos estar perfectamente fundados, y que debemos vivir: es el dogma de nuestra Filiación Divina. Meditemos constantemente este dogma, penetrémonos de esta verdad. ¿Cuál es ese dogma? Este: Dios es mi Padre y yo soy su hijo. Dios es nuestro Padre y nosotros somos sus hijos. Saborear esta idea de que Dios es mi Padre. Repitámoslo en nuestro pensamiento, en nuestra inteligencia, en nuestro corazón: Dios es mi Padre. Qué sabroso tener un Padre tan bueno, un Padre que me ama, un Padre que me cuida, que piensa en mí, que me sigue con su mirada. Tengo un Padre, como nos dice Jesús en el Evangelio, un Padre que cuida de mí hasta en lo más mínimo, y que ni un cabello caerá de mi cabeza sin permiso de Dios. Yo soy hijo de ese Padre buenísimo. Qué sabroso sentirse hijo de un Padre como Dios y pensar. Mi Padre Dios no me faltará jamás. Todo me puede fallar, mi superior, mis compañeros, mi director pero mi Padre Dios no me faltará jamás. Esta verdad es capaz de llenarnos de un gran amor para con Dios. Saboreemos esta idea: Padre nuestro. Así nos lo dice nuestro Señor. Dios, mi Padre, es su Padre. El Venerable Siervo de Dios, Moisés Lira Serafín, se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo. Encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39e-mail: apostoldelabondad@gmail.com

Qué sabroso tener un Padre tan bueno: M. Lira Serafín. Art. 658

Los escritos del Venerable Siervo de Dios padre Moisés Lira Serafín están destinados a alimentar a todo aquel que quiera vivir como hijo pequeño de Dios Padre, a través de la Infancia Espiritual.

Es el Espíritu de Infancia Espiritual, según la doctrina del Evangelio, como lo enseña la santa Iglesia, es decir, tal como lo enseña nuestro Señor en el Evangelio. El modelo principal y primero es nuestro Señor, y Él se portó con su Padre Celestial como un chiquillo. Él dijo: Yo hago lo que quiera mi Padre (Jn 8,29) Aprendan de Mí, que soy manso y humilde de corazón (Mt 11,29) El primer maestro de Infancia Espiritual es nuestro Señor. Abramos el Evangelio con fe, busquemos y aprendamos.

Cuándo los Apóstoles le preguntaron a Jesús: Señor enséñanos a orar (Lc 11,1), fijémonos lo que contestó nuestro Señor: Cuando oren, digan a Dios: Padre nuestro (Lc11,2) Con estas palabras nos da una lección, que es el dogma hermosísimo en que debemos estar perfectamente fundados, y que debemos vivir: es el dogma de nuestra Filiación Divina. Meditemos constantemente este dogma, penetrémonos de esta verdad. ¿Cuál es ese dogma? Este: Dios es mi Padre y yo soy su hijo. Dios es nuestro Padre y nosotros somos sus hijos. Saborear esta idea de que Dios es mi Padre. Repitámoslo en nuestro pensamiento, en nuestra inteligencia, en nuestro corazón: Dios es mi Padre. Qué sabroso tener un Padre tan bueno, un Padre que me ama, un Padre que me cuida, que piensa en mí, que me sigue con su mirada. Tengo un Padre, como nos dice Jesús en el Evangelio, un Padre que cuida de mí hasta en lo más mínimo, y que ni un cabello caerá de mi cabeza sin permiso de Dios. Yo soy hijo de ese Padre buenísimo. Qué sabroso sentirse hijo de un Padre como Dios y pensar. Mi Padre Dios no me faltará jamás. Todo me puede fallar, mi superior, mis compañeros, mi director pero mi Padre Dios no me faltará jamás. Esta verdad es capaz de llenarnos de un gran amor para con Dios. Saboreemos esta idea: Padre nuestro. Así nos lo dice nuestro Señor. Dios, mi Padre, es su Padre. El Venerable Siervo de Dios, Moisés Lira Serafín, se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo. Encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39e-mail: apostoldelabondad@gmail.com