/ domingo 12 de mayo de 2019

Un camino hacia Dios

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Hablemos a Dios como un hijo pequeño a su padre”, Moisés Lira Serafín

Art. No. 647

Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. El Padre y yo somos uno(Jn 10, 27.30). En este evangelio aparecen como fusionamos dos grandes imágenes simbólicas de Dios: la del pastor y la del padre. Dios se nos presenta como padre y pastor. Pero sobre todo el evangelio habla de nosotros, los que seguimos al Señor como pastor y los que nos encaminamos hacia el Padre a lo largo de nuestra vida con confianza, con ilusión expectante.

Al comienzo de nuestra vida, cuando dábamos los primeros pasos, ya descubrimos un personaje singular junto a nosotros: nuestro padre. Hoy se nos dice que al final nos encontraremos con el verdadero Padre nuestro, con Dios. “Siendo hijos de Dios seremos sencillos con nuestro padre, con Él no podemos tener cumplimientos o apariencias, ni etiquetas, al contrario, hay esa santa audacia que nos permite hablarle de corazón a corazón, sencillamente como un hijo pequeño a su Padre”, expresa el Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín.

Dios es un Padre que no nos falla, un padre que nos ama, un padre que nos corrige cuando es necesario corregirnos, porque nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Saber escuchar la voz de Dios, teniendo ese silencio interior que se logra abandonándonos en los brazos de Dios.“El abandonó es ‘darnos’, es dejarse hacer en este caso en todo lo que Dios quiera”, enseña el Siervo de Dios.

Si Dios es nuestro Padre y nuestro Pastor, debemos dejarnos conducir por Él para encontrar la felicidad “haciendo la voluntad de Dios”. “En las manos sapientísimas, amorosas y omnipotentes de Dios. En estos tres atributos: Sabiduría, Amor o bondad y Omnipotencia de Dios se apoya nuestra confianza y abandono”, afirma el padre Moisés. Así el pastor es como el Padre; el que nos pone en la ruta, rumbo al porvenir forjado por nuestra libertad, por nuestra esperanza en un fin salvador para el mundo. Demos gracias a Cristo que nos revela a Dios como Padre y pastor nuestro.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, “el apóstol de la bondad”, se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, con mucha fe encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39

apostoldelabondad@gmail.com

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Hablemos a Dios como un hijo pequeño a su padre”, Moisés Lira Serafín

Art. No. 647

Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. El Padre y yo somos uno(Jn 10, 27.30). En este evangelio aparecen como fusionamos dos grandes imágenes simbólicas de Dios: la del pastor y la del padre. Dios se nos presenta como padre y pastor. Pero sobre todo el evangelio habla de nosotros, los que seguimos al Señor como pastor y los que nos encaminamos hacia el Padre a lo largo de nuestra vida con confianza, con ilusión expectante.

Al comienzo de nuestra vida, cuando dábamos los primeros pasos, ya descubrimos un personaje singular junto a nosotros: nuestro padre. Hoy se nos dice que al final nos encontraremos con el verdadero Padre nuestro, con Dios. “Siendo hijos de Dios seremos sencillos con nuestro padre, con Él no podemos tener cumplimientos o apariencias, ni etiquetas, al contrario, hay esa santa audacia que nos permite hablarle de corazón a corazón, sencillamente como un hijo pequeño a su Padre”, expresa el Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín.

Dios es un Padre que no nos falla, un padre que nos ama, un padre que nos corrige cuando es necesario corregirnos, porque nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Saber escuchar la voz de Dios, teniendo ese silencio interior que se logra abandonándonos en los brazos de Dios.“El abandonó es ‘darnos’, es dejarse hacer en este caso en todo lo que Dios quiera”, enseña el Siervo de Dios.

Si Dios es nuestro Padre y nuestro Pastor, debemos dejarnos conducir por Él para encontrar la felicidad “haciendo la voluntad de Dios”. “En las manos sapientísimas, amorosas y omnipotentes de Dios. En estos tres atributos: Sabiduría, Amor o bondad y Omnipotencia de Dios se apoya nuestra confianza y abandono”, afirma el padre Moisés. Así el pastor es como el Padre; el que nos pone en la ruta, rumbo al porvenir forjado por nuestra libertad, por nuestra esperanza en un fin salvador para el mundo. Demos gracias a Cristo que nos revela a Dios como Padre y pastor nuestro.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, “el apóstol de la bondad”, se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, con mucha fe encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39

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