/ domingo 24 de marzo de 2019

Un camino hacia Dios

“Padre mío, gózate en tu Hijo, con aquel gozo eterno con que te has gozado en Él desde toda la eternidad”. Moisés Lira Serafín


Art. 640

Teresa Eugenia García Castro


El padre Agustín Álvarez Herrera, Misionero del Espíritu Santo,quien convivió con el padre Moisés, declara lo siguiente:“Lo traté poco, pues aún era estudiante cuando ya él recorría como Misionero las casas de nuestra congregación, en ese entonces. Iba especialmente a Morelia, Celaya y México, que fue cuando viví con él unos meses, en el templo expiatorio de San Felipe de Jesús. Allí me di cuenta del ‘arrastre’ que tenía, especialmente en el confesionario”.

“Es bien sabido que es el sacerdote santo el que atrae a los fieles al confesionario, lo persiguen por las especiales luces que hallan en sus consejos, fruto de un carisma especial que tenía, sin duda, el padre Moisés. Además nuestro Señor adornó al padre Moisés con otro carisma, me refiero a su voz bien timbrada, fuerte y única. Sabía cantar al Señor con toda su alma e instintivamente el pueblo, emocionado, respondía”.

“Tuve el gusto de asistir a unos ejercicios espirituales predicados por el padre Moisés. Algo bonito, interesante y substancioso en verdad. La doctrina que exponía era sólida y bien impregnada de nuestros manuscritos, como Misioneros del Espíritu Santo.

Yo recuerdo que él nos insistía en que nos presentáramos ante el Padre Celestial revestidos de Cristo, amparados por sus perfecciones y méritos. Todavía a la fecha, después de la comunión, suelo decir al Padre esta hermosa y significativa plegaria, que me enseñó el padre Moisés:‘Padre mío gózate en tu Hijo, con aquel gozo eterno con que te has gozado en Él desde toda la eternidad’.

Fue en San Felipe de Jesús, templo expiatorio de la capital de México, donde yo ejercía mi primer año de ministerio. Entre los sacerdotes, maestros de virtud, que integraban esa comunidad estaba el querido padre Moisés Lira. Entonces pude apreciar más su virtud; especialmente su sencillez, su franqueza y un notable sentido del humor que Dios le había regalado”. “Me parece oír sus estruendosas y singularísimas carcajadas en los recreos”.

“Creo, con lo que dejo dicho, expresar algo del inolvidable Moisés, nuestro hermano y célebre persona en la fundación de nuestra amadísima congregación de Misioneros del Espíritu Santo. Nuestro padre Félix de Jesús siempre manifestó un especial y paternal cariño para el padre Moisés Lira, bien merecido, puesto que él supo corresponder con su comportamiento y el querido ‘color’, como lo llamaba nuestro padre”.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, descansa en espera de la Resurrección, en el Templo Expiatorio Nacional en la Ciudad de México y se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39 e-mail: apostoldelabondad@gmail.com

“Padre mío, gózate en tu Hijo, con aquel gozo eterno con que te has gozado en Él desde toda la eternidad”. Moisés Lira Serafín


Art. 640

Teresa Eugenia García Castro


El padre Agustín Álvarez Herrera, Misionero del Espíritu Santo,quien convivió con el padre Moisés, declara lo siguiente:“Lo traté poco, pues aún era estudiante cuando ya él recorría como Misionero las casas de nuestra congregación, en ese entonces. Iba especialmente a Morelia, Celaya y México, que fue cuando viví con él unos meses, en el templo expiatorio de San Felipe de Jesús. Allí me di cuenta del ‘arrastre’ que tenía, especialmente en el confesionario”.

“Es bien sabido que es el sacerdote santo el que atrae a los fieles al confesionario, lo persiguen por las especiales luces que hallan en sus consejos, fruto de un carisma especial que tenía, sin duda, el padre Moisés. Además nuestro Señor adornó al padre Moisés con otro carisma, me refiero a su voz bien timbrada, fuerte y única. Sabía cantar al Señor con toda su alma e instintivamente el pueblo, emocionado, respondía”.

“Tuve el gusto de asistir a unos ejercicios espirituales predicados por el padre Moisés. Algo bonito, interesante y substancioso en verdad. La doctrina que exponía era sólida y bien impregnada de nuestros manuscritos, como Misioneros del Espíritu Santo.

Yo recuerdo que él nos insistía en que nos presentáramos ante el Padre Celestial revestidos de Cristo, amparados por sus perfecciones y méritos. Todavía a la fecha, después de la comunión, suelo decir al Padre esta hermosa y significativa plegaria, que me enseñó el padre Moisés:‘Padre mío gózate en tu Hijo, con aquel gozo eterno con que te has gozado en Él desde toda la eternidad’.

Fue en San Felipe de Jesús, templo expiatorio de la capital de México, donde yo ejercía mi primer año de ministerio. Entre los sacerdotes, maestros de virtud, que integraban esa comunidad estaba el querido padre Moisés Lira. Entonces pude apreciar más su virtud; especialmente su sencillez, su franqueza y un notable sentido del humor que Dios le había regalado”. “Me parece oír sus estruendosas y singularísimas carcajadas en los recreos”.

“Creo, con lo que dejo dicho, expresar algo del inolvidable Moisés, nuestro hermano y célebre persona en la fundación de nuestra amadísima congregación de Misioneros del Espíritu Santo. Nuestro padre Félix de Jesús siempre manifestó un especial y paternal cariño para el padre Moisés Lira, bien merecido, puesto que él supo corresponder con su comportamiento y el querido ‘color’, como lo llamaba nuestro padre”.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, descansa en espera de la Resurrección, en el Templo Expiatorio Nacional en la Ciudad de México y se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39 e-mail: apostoldelabondad@gmail.com