/ domingo 17 de marzo de 2019

Un camino hacia Dios

“La humildad un gesto generoso”. Moisés Lira Serafín


Art. 639

Oscar Segura Rodríguez

En un mundo dinámico y ante tantos hechos históricos que estamos presenciando o siendo parte de su escritura, debe ser motivo para seguir pensando de manera asertiva, positiva, apoyando a la humanidad, promoviendo el alimento espiritual, llenando nuestro corazón de amor y buscando hacer buenas historias de vida y no solo de forma individual sino familiar y social.

Buscar ser ejemplo siempre será trascender, hoy necesitamos como país regresar a ser ejemplo en temas diversos y para ello se requiere de mujeres y hombres buenos y con actitud humilde, de historias de éxito como lo afirmó el Dr. Manuel Falcón al hablar de su amigo el Padre Moisés Lira Serafín en el tiempo que lo conoció hasta su muerte.

“Predicaba, sin ser un gran orador, tocaba los temas intelectuales y morales con serenidad”, “predicaba casi siempre sentado y juntaba sus dos manos sobre las rodillas, él juntaba los dedos índice con índice y pulgar con pulgar, de ambas manos y cuando separaba las manos era que iba a decir algo importante”. Siempre recomendaba el amor a la Santísima Virgen María, no había un sermón donde no lo mencionara, aunque fuera una cosa que no tuviera que ver con ella, siempre la mencionaba con una muy amorosa y ferviente invocación.

Tenemos un gran reto ante las transformaciones que vive nuestro país y el resto del mundo, y todo será más adaptable si emulamos al “Apóstol de la Bondad”, poner las acciones de nuestros líderes y nuestras acciones personales en nombre de la Virgen María, alimentados espiritualmente nuestros corazones y siguiendo el legado del padre Moisés.

El Dr. Falcón por su cercanía señalaba que el padre Moisés se sabía enojar y en momentos, muy fuerte, pero “su trato era siempre afable con las personas, con los parientes de los enfermos, con los enfermos mismos, con los médicos, con el personal adjunto, siempre fue, no nada más cortés, sino gentil, dulce, tierno con la exquisitez de educación que da un corazón bien nacido”.

Durante su enfermedad no fue el Dr. Falcón su médico de cabecera, pero a juicio del doctor el padre Moisés sufrió una trombosis cerebral, se mostraba muy agotado, pero siempre paciente, siempre tranquilo, siempre esperando, él decía que sentía cansancio, que sus articulaciones le dolían, le dolían los brazos, las piernas.

"Era enemigo de quejarse, a la hora en que iba uno con él, no había enfermedad, ignoraba sus enfermedades y no hacía participe a los demás de sus molestias, aunque fuese un médico. Su gran virtud siempre fue su humildad”, que distinto sería si todos actuáramos con esa humildad, tendríamos una sociedad más participativa, alegre, con comunicación más efectiva y habría más muestras de afecto y cariño. Un hombre del pasado hoy vivo en el presente nos comparte otro trocito de su vida ejemplar.

“La humildad un gesto generoso”. Moisés Lira Serafín


Art. 639

Oscar Segura Rodríguez

En un mundo dinámico y ante tantos hechos históricos que estamos presenciando o siendo parte de su escritura, debe ser motivo para seguir pensando de manera asertiva, positiva, apoyando a la humanidad, promoviendo el alimento espiritual, llenando nuestro corazón de amor y buscando hacer buenas historias de vida y no solo de forma individual sino familiar y social.

Buscar ser ejemplo siempre será trascender, hoy necesitamos como país regresar a ser ejemplo en temas diversos y para ello se requiere de mujeres y hombres buenos y con actitud humilde, de historias de éxito como lo afirmó el Dr. Manuel Falcón al hablar de su amigo el Padre Moisés Lira Serafín en el tiempo que lo conoció hasta su muerte.

“Predicaba, sin ser un gran orador, tocaba los temas intelectuales y morales con serenidad”, “predicaba casi siempre sentado y juntaba sus dos manos sobre las rodillas, él juntaba los dedos índice con índice y pulgar con pulgar, de ambas manos y cuando separaba las manos era que iba a decir algo importante”. Siempre recomendaba el amor a la Santísima Virgen María, no había un sermón donde no lo mencionara, aunque fuera una cosa que no tuviera que ver con ella, siempre la mencionaba con una muy amorosa y ferviente invocación.

Tenemos un gran reto ante las transformaciones que vive nuestro país y el resto del mundo, y todo será más adaptable si emulamos al “Apóstol de la Bondad”, poner las acciones de nuestros líderes y nuestras acciones personales en nombre de la Virgen María, alimentados espiritualmente nuestros corazones y siguiendo el legado del padre Moisés.

El Dr. Falcón por su cercanía señalaba que el padre Moisés se sabía enojar y en momentos, muy fuerte, pero “su trato era siempre afable con las personas, con los parientes de los enfermos, con los enfermos mismos, con los médicos, con el personal adjunto, siempre fue, no nada más cortés, sino gentil, dulce, tierno con la exquisitez de educación que da un corazón bien nacido”.

Durante su enfermedad no fue el Dr. Falcón su médico de cabecera, pero a juicio del doctor el padre Moisés sufrió una trombosis cerebral, se mostraba muy agotado, pero siempre paciente, siempre tranquilo, siempre esperando, él decía que sentía cansancio, que sus articulaciones le dolían, le dolían los brazos, las piernas.

"Era enemigo de quejarse, a la hora en que iba uno con él, no había enfermedad, ignoraba sus enfermedades y no hacía participe a los demás de sus molestias, aunque fuese un médico. Su gran virtud siempre fue su humildad”, que distinto sería si todos actuáramos con esa humildad, tendríamos una sociedad más participativa, alegre, con comunicación más efectiva y habría más muestras de afecto y cariño. Un hombre del pasado hoy vivo en el presente nos comparte otro trocito de su vida ejemplar.