/ domingo 30 de diciembre de 2018

Un camino hacia Dios

“En lo que se hace por Dios, no interviene el dinero”. Moisés Lira Serafín

María Socorro Pérez Coss y León, mcmi

Un 25 de diciembre, hace 104 años, nacían los Misioneros del Espíritu Santo, siendo el primer miembro el padre Moisés Lira, es un gran regalo navideño el testimonio que nos brinda la Sra. Concepción Obregón de Bernal:

“Tengo muchos recuerdos del padre Moisés porque para mí fue un santo y me tocó conocerlo, casi siendo una niña, me llamaba ‘Concha de Jesús’ y me explicó que era yo Concha, como una concha del mar que guardaba una perla y la perla era Jesús.

En Santa Clara tuve las primeras muestras de esa gran bondad y de esa caridad que yo sólo la he encontrado en Jesús, en Dios y en el padre. A muchos sacerdotes he admirado, muchos tienen grandes virtudes, pero las de él son incomparables. La primera muestra de esa santidad, bondad y comprensión al joven, fue ésta: yo, guiada por él, sin que él me forzara, no me decía: ‘prepara niños a la primera comunión’, ‘haz esto, haz lo otro’; me dejaba en una libertad absoluta, espiritual.

Preparé a una prima, que tenía 13 años, para su primera comunión; nos fuimos las dos a Santa Clara. Estaba el padre confesando, me hinqué en frente de él y le dije: ‘Padre, aquí traigo a mi prima para que haga la primera comunión’. – ‘Bueno, espérame un momentito, llámame al sacristán’. Fue el sacristán, le ordenó que pusiera dos reclinatorios, uno blanco y uno para mí, y que encendiera las velas, sin ser hora de Misa. El padre se levantó del confesionario, le dio un fervorín, le habló muy bonito, le regaló una estampita escrita por él. Fue para mí, hasta la fecha, inolvidable esa primera comunión dada por él. Yo le di gracias al padre, no pensaba que existía el dinero, ni el padre nunca me pidió a mí. Lo sentía tan santo, tan cerca de Dios, que yo pensaba que, en todo lo que fuera de Dios, el padre tenía que ayudarme; para mí era lógico.

Seguí preparando niños, ya estaba el en San Felipe, fui con él y le dije: ‘Padre, quiero que mis primas hagan la primera comunión aquí, en la Inmaculada, en la capillita, que les enciendan todas las luces, que les toquen y usted les predica’. Con esa fresca forma de pensar, sin tener la medida del dinero, ni nada de eso, porque yo era hija de él. Él me había imbuido –propiamente– su manera de ser, que en lo que se hacía por Dios no intervenía el dinero. A mí no se me ocurría, a él ¡quién sabe sus superiores lo que le habrán dicho!

Sería muy largo enumerar tantas primeras comuniones que se me ocurrió llevar. Yo decía: ‘Van a hacer la primera comunión’ y el padre aceptaba, habiéndome enseñado él el apostolado y la caridad”.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín se encuentra en proceso de ser reconocido por la Iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 México, D.F. Tel 01(55)5547 3139 e-mail: apostoldelabondad@gmail.com

“En lo que se hace por Dios, no interviene el dinero”. Moisés Lira Serafín

María Socorro Pérez Coss y León, mcmi

Un 25 de diciembre, hace 104 años, nacían los Misioneros del Espíritu Santo, siendo el primer miembro el padre Moisés Lira, es un gran regalo navideño el testimonio que nos brinda la Sra. Concepción Obregón de Bernal:

“Tengo muchos recuerdos del padre Moisés porque para mí fue un santo y me tocó conocerlo, casi siendo una niña, me llamaba ‘Concha de Jesús’ y me explicó que era yo Concha, como una concha del mar que guardaba una perla y la perla era Jesús.

En Santa Clara tuve las primeras muestras de esa gran bondad y de esa caridad que yo sólo la he encontrado en Jesús, en Dios y en el padre. A muchos sacerdotes he admirado, muchos tienen grandes virtudes, pero las de él son incomparables. La primera muestra de esa santidad, bondad y comprensión al joven, fue ésta: yo, guiada por él, sin que él me forzara, no me decía: ‘prepara niños a la primera comunión’, ‘haz esto, haz lo otro’; me dejaba en una libertad absoluta, espiritual.

Preparé a una prima, que tenía 13 años, para su primera comunión; nos fuimos las dos a Santa Clara. Estaba el padre confesando, me hinqué en frente de él y le dije: ‘Padre, aquí traigo a mi prima para que haga la primera comunión’. – ‘Bueno, espérame un momentito, llámame al sacristán’. Fue el sacristán, le ordenó que pusiera dos reclinatorios, uno blanco y uno para mí, y que encendiera las velas, sin ser hora de Misa. El padre se levantó del confesionario, le dio un fervorín, le habló muy bonito, le regaló una estampita escrita por él. Fue para mí, hasta la fecha, inolvidable esa primera comunión dada por él. Yo le di gracias al padre, no pensaba que existía el dinero, ni el padre nunca me pidió a mí. Lo sentía tan santo, tan cerca de Dios, que yo pensaba que, en todo lo que fuera de Dios, el padre tenía que ayudarme; para mí era lógico.

Seguí preparando niños, ya estaba el en San Felipe, fui con él y le dije: ‘Padre, quiero que mis primas hagan la primera comunión aquí, en la Inmaculada, en la capillita, que les enciendan todas las luces, que les toquen y usted les predica’. Con esa fresca forma de pensar, sin tener la medida del dinero, ni nada de eso, porque yo era hija de él. Él me había imbuido –propiamente– su manera de ser, que en lo que se hacía por Dios no intervenía el dinero. A mí no se me ocurría, a él ¡quién sabe sus superiores lo que le habrán dicho!

Sería muy largo enumerar tantas primeras comuniones que se me ocurrió llevar. Yo decía: ‘Van a hacer la primera comunión’ y el padre aceptaba, habiéndome enseñado él el apostolado y la caridad”.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín se encuentra en proceso de ser reconocido por la Iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 México, D.F. Tel 01(55)5547 3139 e-mail: apostoldelabondad@gmail.com