/ domingo 2 de septiembre de 2018

¡Un camino hacia Dios!

“La humildad era característica en él”. Moisés Lira Serafín


Art. 611

Miguel Bañuelos Díaz


Jesús expone claramente la mecánica social dentro de los diferentes contextos que existen en el mundo entero y cómo en cada uno de ellos se observa el mismo criterio de un adecuado comportamiento, de tal forma que se obtenga la debida aceptación de los demás, en respuesta a una conducta equilibrada, dejando que el reconocimiento surja de quienes presencien el modo real de conducirse por parte de las personas: El que se humilla será engrandecido y el que se engrandece será humillado (Lc18, 9-14).

Y por eso el mismo Jesús hace hincapié en la resultante de un actuar exhibicionista o que altera la concepción real que se tenga sobre sí mismo.

Parece registrarse una contradicción y sin embargo no es así, pues a nadie cae bien alguien que se presenta lleno de soberbia y vanagloria, que vive hablando de sí mismo, sin dar lugar a que “viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt. 5-16).


El Venerable Moisés Lira Serafín hizo suyas las palabras de Jesús, las entendió perfectamente y las llevó a la práctica desde el seno familiar y durante toda su vida.

El testimonio que dan las personas que lo trataron, consultaron o compartieron con él momentos significativos, versa sobre diferentes cualidades o virtudes sobresalientes en él.

La primera es la humildad, unida a la caridad y a la sencillez, así lo afirma la Srta. Rita, “la humildad era característica en él”, fue una nota distintiva en su modo de pensar, de hablar, de vestir, de relacionarse con todas las personas que acudían a él, especialmente a los más necesitados, a los sacerdotes enfermos o quienes cargaban sobre sus hombros alguna adicción.

Es muy conveniente mencionar que la Caridad es la virtud teologal por excelencia, razón por la cual el padre Moisés siempre antepuso la caridad a cualquier otro modo de proceder, esto se hacía ver con mucha claridad y todos lo notaban ampliamente. Así reza el testimonio de la Srta. Sarita. Fue tanta su predilección por la caridad que fundó una Congregación Religiosa impregnada con el sello característico que su fundador imprimió en ellas.

De igual forma también practicaba la sencillez como un peculiar estilo de vida, no simulado o fingido, sino auténtico, completamente convencido de ello.

El P. Félix enseñó a los Misioneros del Espíritu Santo: “Ante todo contemplativos y después hombres de acción”, no se puede entender la vida del Venerable Moisés Lira Serafín, si no es íntimamente relacionada a su profundo espíritu de oración, de donde tomaba las fuerzas y luces necesarias para que su ministerio fuera muy fecundo y diferente a todos los demás, en su modo de atender en confesión, en la forma de celebrar la misa, en su trato sin distinción a cuanta persona se le acercara. Así lo comenta la Srta. Guadalupe Zárate.


“La humildad era característica en él”. Moisés Lira Serafín


Art. 611

Miguel Bañuelos Díaz


Jesús expone claramente la mecánica social dentro de los diferentes contextos que existen en el mundo entero y cómo en cada uno de ellos se observa el mismo criterio de un adecuado comportamiento, de tal forma que se obtenga la debida aceptación de los demás, en respuesta a una conducta equilibrada, dejando que el reconocimiento surja de quienes presencien el modo real de conducirse por parte de las personas: El que se humilla será engrandecido y el que se engrandece será humillado (Lc18, 9-14).

Y por eso el mismo Jesús hace hincapié en la resultante de un actuar exhibicionista o que altera la concepción real que se tenga sobre sí mismo.

Parece registrarse una contradicción y sin embargo no es así, pues a nadie cae bien alguien que se presenta lleno de soberbia y vanagloria, que vive hablando de sí mismo, sin dar lugar a que “viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt. 5-16).


El Venerable Moisés Lira Serafín hizo suyas las palabras de Jesús, las entendió perfectamente y las llevó a la práctica desde el seno familiar y durante toda su vida.

El testimonio que dan las personas que lo trataron, consultaron o compartieron con él momentos significativos, versa sobre diferentes cualidades o virtudes sobresalientes en él.

La primera es la humildad, unida a la caridad y a la sencillez, así lo afirma la Srta. Rita, “la humildad era característica en él”, fue una nota distintiva en su modo de pensar, de hablar, de vestir, de relacionarse con todas las personas que acudían a él, especialmente a los más necesitados, a los sacerdotes enfermos o quienes cargaban sobre sus hombros alguna adicción.

Es muy conveniente mencionar que la Caridad es la virtud teologal por excelencia, razón por la cual el padre Moisés siempre antepuso la caridad a cualquier otro modo de proceder, esto se hacía ver con mucha claridad y todos lo notaban ampliamente. Así reza el testimonio de la Srta. Sarita. Fue tanta su predilección por la caridad que fundó una Congregación Religiosa impregnada con el sello característico que su fundador imprimió en ellas.

De igual forma también practicaba la sencillez como un peculiar estilo de vida, no simulado o fingido, sino auténtico, completamente convencido de ello.

El P. Félix enseñó a los Misioneros del Espíritu Santo: “Ante todo contemplativos y después hombres de acción”, no se puede entender la vida del Venerable Moisés Lira Serafín, si no es íntimamente relacionada a su profundo espíritu de oración, de donde tomaba las fuerzas y luces necesarias para que su ministerio fuera muy fecundo y diferente a todos los demás, en su modo de atender en confesión, en la forma de celebrar la misa, en su trato sin distinción a cuanta persona se le acercara. Así lo comenta la Srta. Guadalupe Zárate.